La RAE presentó segunda edición de la Nueva Gramática de la Lengua Española
La gente «odia» la gramática. Si bien es una generalización, no se puede negar que muchos rehúyen estudiarla y, aún más, comprenderla. La amplitud y complejidad de sus reglas no suele resultar lo suficientemente gratificante como para que, cuantitativamente, adeptos superen a reacios y detractores.
Ignacio Bosque, miembro de la RAE, y quien dirigió la elaboración de la Nueva Gramática de la Lengua Española, segunda edición (NGLE2), ha sido irónicamente contundente: «Las gramáticas académicas han sido tradicionalmente criticadas, sobre todo por dos razones: la primera es por ser gramáticas, la segunda es por ser académicas».
Y es que, como enfáticamente lo dijo en la presentación, «la gramática no ha tenido buena prensa». Se cree que es un conjunto de restricciones que coartan la libertad expresiva de los hablantes y que se trata de minucias irrelevantes de las que podemos prescindir por completo.
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Bosque reconoce que hay una creciente resistencia a las academias de la lengua. Son percibidas como instituciones que muestran una actitud monolítica hacia el idioma, lo que se cristalizaría en la publicación de obras de tono dogmático e intransigente.
Sin embargo, desde hace 20 años se va imponiendo una mayor flexibilidad. Sin abandonar lo normativo, las obras académicas se han abierto a la descripción del uso de la lengua y a su carácter panhispánico.
La NGLE2 tiene tres tomos y se publica 15 años después que su predecesora. ¿Qué ha cambiado para que tenga ahora un volumen más? «Quienes han cambiado fuimos nosotros», responde sin dudarlo Ignacio Bosque. Ahora hay más información sobre la distribución dialectal y más recursos informáticos que permiten obtener datos gramaticales. Se han incrementado considerablemente las fuentes y ha mejorado nuestra capacidad para establecer relaciones entre estructuras conocidas, pero no vinculadas hasta ahora.
La nueva edición, preparada por un equipo de lingüistas de la RAE, consultores externos y miembros de las diferentes academias de los 23 países de habla hispana, estuvo bajo la coordinación de Cristina Sánchez, catedrática de la Universidad Complutense.
El director general de la RAE, Santiago Muñoz, fue quien hizo la presentación oficial en el solemne acto. No fue un lanzamiento más. Ha sido el testimonio documental de como va evolucionando el sistema lingüístico que permite comunicarnos.
El «miedo» a la gramática puede disiparse si asumimos que este sistema lo adquieren los niños, inconscientemente, cuando aprenden a relacionar ideas con palabras y las combinan. No es solo un conjunto de reglas arbitrarias para «hablar bien». Es el armazón invisible sobre el cual construimos nuestras ideas. Bosque lo resumió de manera inmejorable: «La gramática es la arquitectura del pensamiento».
Delmar Méndez, Madrid