En su homilía por Corpus Christi, el monseñor invitó a la población a vivir la solidaridad, a buscar líderes que den esperanza -tal «como Jesús»-, a ser coherentes con la fe y a unirse por el bien de Bolivia
Fuente: eldeber.com.bo
En la solemnidad de Corpus Christi, celebrada este jueves, 19 de junio, en la Catedral Metropolitana de Santa Cruz de la Sierra, el monseñor René Leigue ofreció una homilía cargada de mensajes sobre la solidaridad, la fe activa y la urgencia de responder a las necesidades del prójimo con esperanza y organización.
Bajo el lema «Cuerpo de Cristo, pan de esperanza», Leigue utilizó el milagro de Jesús alimentando a 5.000 como un ejemplo sobre cómo los bolivianos deberían actuar ante la actual situación del país, que estas últimas semanas ha presentado enfrentamientos sociales, bloqueos, incremento de precios y más.
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En el milagro histórico, había una gran multitud con hambre, pero los discípulos sólo tenían 5 panes y 2 peces que un niño había ofrecido para alimentarlos. Ante esto, Jesús eleva una oración y Dios responde multiplicando los alimentos. Con este milagro, Jesús logra alimentar a todos e, incluso, sobró comida.
Al reflexionar sobre el milagro de la multiplicación de los panes, el prelado enfatizó la responsabilidad de todos los cristianos de ser parte activa en la solución de los problemas sociales y económicos que atraviesa el país.
La situación del país insta a la población a ser solidarios
«Hay un reclamo de todos que nos falta el pan de cada día, las cosas suben de precio y hasta en los lugares se están peleando por su alimento. ¿Esto, acaso, no es una desesperación? ¿Esto, acaso, no sería una desesperación así como los discípulos?», cuestión el Monseñor.
Respondiendo a sus preguntas, Leigue expresó que se está viviendo momentos muy difíciles. Ante esta situación, aconsejó a las personas agradecerle a Dios por lo que tienen. Además, instó a compartir con los demás, para que nadie pase hambre.
«Creo que en este tiempo también está pasando eso. Hay necesidad, pero alguno tiene, a lo mejor, más que otro. Y si esta persona que tiene compartiera con los demás, yo creo que nadie pasaría hambre. Eso es lo que nos enseña Jesús aquí. Nos enseña cómo llevar adelante, cómo compartir (…) Hay unos que están agarrando más que otros y otros no tienen nada. Y ahí está la desesperación. Ahí está el problema», señaló el clérigo.
Asimismo, expresó que en este momento crucial, se necesita una persona líder que sea como Jesús: que esté al frente en un momento necesario, que se haga cargo y que también brinde esperanza a la población. «Creo que eso es lo que nosotros necesitamos en este tiempo», añadió.
«Esta fiesta lo que tengo que pensar es eso. El Señor no se va, se queda con nosotros. No nos abandonas y nunca nos va a abandonar. Esa es la esperanza que tenemos», aseguró Leigue.
De igual forma, invitó a los fieles a no desaprovechar el «banquete espiritual» que ofrece la Eucaristía y a buscar los sacramentos que fortalezcan su relación con Dios, como la confesión y el matrimonio eclesiástico.
Ser coherente con la fe
“Si nos falta alimento espiritual, la esperanza como que tambalea en nosotros. Entonces, creo que este momento es para renovar nuestra fe en Dios, para mirarle a Él, para poder entender lo que Él nos quiere decir”, dijo.
Leigue expresó que Jesús se quedó para todos, un valor que han perdido muchas personas ahora. «Eso también tenemos que aprender de Jesús. No se quedó para unos cuantos, se quedó para todos. Somos nosotros los humanos que nos hemos vuelto egoístas, que a veces buscamos para nosotros, para un grupo que nos interesa y dejamos a un lado a los demás», añadió.
En la homilía, el arzobispo también criticó la incoherencia entre la participación en la misa y las actitudes cotidianas contrarias al Evangelio. “¿Dónde lo ponemos a Él en nuestra vida? Nuestro corazoncito, ¿cómo está?, ¿está limpio? (…) salimos de la misa y ya empezamos a mirar mal a los otros, a hablar mal para los demás (…) ¿dónde lo he metido a Jesús? ”, cuestionó. Y agregó: “Sé coherente entre la fe y tu vida, esto es lo que tenemos que meditar hoy día”.
«No tengamos miedo, no tengamos vergüenza. Como hay algunos que, a veces, por llevar una línea política se han avergonzado del Señor, han negado su fe por estar ahí. Nosotros no tengamos miedo (…) seamos coherentes», pidió Leigue.
Unidad por el país
La homilía concluyó con un mensaje de aliento a la comunidad cruceña, marcada por divisiones sociales y crisis institucional. “Nuestra patria, nuestro departamento de Santa Cruz necesita eso: que nos respetemos, que nos amemos, que respetemos donde estamos y lo que somos, somos de este departamento, somos de esta ciudad», expresó.
Monseñor Leigue finalizó pidiendo unidad y compromiso ciudadano, recordando que el futuro del país depende de la voluntad colectiva de organizarse y actuar con fe y responsabilidad.
«Que el Señor nos acompañe, nos dé la fortaleza y que, entre todos, organizándonos bien como debe ser, podamos encontrar una salida. Creo que si lo hacemos esto, vamos a tener días mejores, y eso no perdamos de vista, vamos a tener días mejores (…) todo esto depende de cada uno de nosotros. En agosto, a lo mejor, podemos organizarnos mejor y mirar quién nos puede sacar de este momento difícil y ahí, entre todos, podemos salir de este momento que estamos viviendo tan complicado, que el Señor nos acompañe, que nos ilumine, que nos dé fuerza para que podamos salir adelante, que así sea», concluyó.