El reciente pronunciamiento del Ministro de Economía y Finanzas Públicas (MEFP), Marcelo Montenegro, dirigido al expresidente Evo Morales, ha reactivado el debate sobre la situación económica de Bolivia y la gestión de sus recursos estratégicos en los últimos años. A continuación, presento un análisis crítico, sustentado en datos oficiales y antecedentes de contexto.
1. Reservas Internacionales Netas (RIN): verdades a medias
El Ministro Montenegro sostiene que Evo Morales dejó al país con 6.400 millones de dólares en reservas internacionales netas tras su renuncia en 2019, y no con los 10.000 millones que el exmandatario suele mencionar. Los registros del Banco Central de Bolivia (BCB) ratifican que en octubre de 2019 las RIN alcanzaban los 6.468 millones de dólares, lejos del máximo histórico de 15.122 millones en 2014.
Sin embargo, el Ministro omite señalar que esta caída respondió a factores estructurales: la disminución de exportaciones de gas natural por menor demanda y precio, el aumento sostenido del gasto público, déficits fiscales recurrentes y el elevado pago de subvenciones, especialmente en combustibles. Llama la atención que, a la fecha, el actual gobierno tampoco ha planteado propuestas serias para reformular estas subvenciones ni para encarar el déficit fiscal, más bien ha profundizado la dependencia.
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2. Pobreza y desigualdad: el peso del liderazgo político
Montenegro atribuyó la reducción de la pobreza al “modelo económico colectivo”. Según cifras del INE, la pobreza moderada se redujo de 59,9% en 2005 a 37,2% en 2019, mientras que la extrema bajó de 38,2% a 12,9%. El Coeficiente de Gini también cayó de 0,60 a 0,42, reflejando una mejora en la distribución del ingreso.
Si bien es correcto que este modelo priorizó la redistribución mediante nacionalizaciones, bonos sociales y subvenciones, fue dirigido bajo el liderazgo centralizado de Evo Morales. Resulta válido preguntarse si Luis Arce, entonces Ministro de Economía, habría contado con el margen político y determinación para ejecutar cambios de esa magnitud. Su actual dificultad para asumir decisiones estructurales deja dudas al respecto.
3. Hidrocarburos: una crisis que no se detiene
El Ministro reconoció que desde 2015 se abandonó un plan de inversiones en hidrocarburos, y que su gobierno intenta revertirlo. Sin embargo, los datos muestran una caída continua: de 10,45 TCF de reservas probadas de gas en 2013 a 8,95 TCF en 2018, y una reducción de la inversión pública en el sector, que pasó de 2.256 millones de dólares en 2014 a 691 millones en 2019.
Pese a esta situación, la actual administración no ha logrado revertir esa tendencia ni concretar nuevos mercados exportables. Cabe recordar que durante más de una década como Ministro de Economía y Finanzas Públicas, Luis Arce tampoco implementó acciones contundentes para evitar este deterioro.
4. Minería: discurso estatalizador, práctica cooperativista
Montenegro afirmó que antes del neoliberalismo, COMIBOL controlaba más del 40% de la riqueza minera, cifra que no superó el 7% durante el gobierno de Morales. Los datos del Ministerio de Minería corroboran que en 1980 COMIBOL representaba cerca del 45% de la producción, y en 2019 su participación cayó a menos del 7%.
Lejos de revertir esta tendencia, el gobierno actual ha consolidado el poder de sectores cooperativistas, quienes evaden tributos, operan sin control ambiental y han conseguido influencia política. La Ley de Fortalecimiento de Reservas Internacionales (Ley N° 1503) refleja esta complacencia, al priorizar acuerdos con estos grupos en lugar de una reforma tributaria minera que beneficie al Estado.
5. Ley de Compra de Oro y tensiones políticas
Montenegro responsabilizó al bloque legislativo afín a Morales por el retraso en la aprobación de la Ley de Compra de Oro en 2023. La norma se promulgó en mayo de ese año, tras más de un año de postergación, debido a disputas sobre la tributación minera y una socialización deficiente a cargo del MEFP y el BCB, bajo la conducción de Montenegro y Edwin Rojas.
La acusación de “sabotaje” refleja una estrategia recurrente: culpar a otros actores de la inacción gubernamental, evitando asumir la responsabilidad de una gestión económica sin reformas de fondo.
Conclusiones
- El Ministro Montenegro omite que su administración tampoco ha mejorado de manera sustantiva las reservas internacionales ni los ingresos por gas.
• Minimiza el rol de Evo Morales como artífice inicial del modelo económico entre 2006 y 2014.
• Evade referirse a los persistentes déficits fiscales desde 2014, que se mantienen bajo su gestión.
• Presenta como éxito el proceso de industrialización, aunque los resultados son aún limitados y sin impacto tangible.
• Finalmente, el discurso de “sabotaje” y la equiparación con la oposición de derecha carecen de evidencia objetiva sobre una afectación macroeconómica real, y responden más a una narrativa política de corto alcance.
Por: Bismarck Javier Arevilca Vásquez, Ph.D.
Economista