Podemos estar mejor


 La última encuesta de Red Uno pinta un escenario esperanzador para los que apostamos por un cambio democrático. Si sumamos a Samuel, Tuto, Manfred y Rodrigo, el bloque opositor disperso supera el 50% de la intención de voto. Mientras tanto, los del MAS apenas llegan al 20%, repartido entre Andrónico, Eva, Eduardo y Jhony. Abro paréntesis, es importante identificarles correctamente, todos ellos son el MAS. La encuesta muestra que todavía hay un 28% entre indecisos, blancos y nulos.

Hay dos buenas noticias y un dato para el análisis.



Primera buena noticia: la oposición —aunque dispersa— lidera la intención de voto, está claro, la mayoría del electorado quiere algo diferente al “proceso de cambio”. Si tuviéramos una candidatura unificada, estaríamos hablando de un favorito indiscutible.

Segunda buena noticia: hay uno que empieza a despegar. Samuel Doria Medina saca ventaja a Tuto Quiroga por encima del margen de error. Algunos lo subestiman, pero el dato está ahí y hay que leerlo con objetividad. La diferencia es pequeña para alentar voto útil, también es verdad.

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Lo que debe motivar el análisis de estrategas y equipos políticos: 28% de gente que aún no sabe por quién votar, o que directamente piensa anular su voto o dejarlo en blanco. Eso dice mucho. El voto blanco es una expresión de insatisfacción o desaprobación de todas las candidaturas, es una protesta silenciosa. El voto nulo es la expresión de protesta y rechazo. Los indecisos son los expectantes, los que no encuentran a su candidato entre las opciones presentadas en la boleta. Y aquí lanzo una pregunta: ¿una parte importante de esos votos flotantes son antiguos fieles de Evo Morales?

Recordemos que en la última encuesta donde se le midió —la de Marcelo Claure, en noviembre de 2024— Evo tenía 18% de intención de voto. Encuestas posteriores lo sacaron de la lista por el impedimento constitucional, pero su peso simbólico no desaparece tan fácil, tiene importante arrastre en sectores rurales, populares y sindicales.

Hay quienes dicen que el voto no se transfiere, que es emocional. Cierto. Pero también influyen factores como la identidad, el discurso y la trayectoria. Si el relato se construye bien, por ejemplo: “salvar el proceso de cambio”, puede que algunos evistas decidan apoyar al heredero designado.

Como ya señalé antes, la izquierda populista está fracturada, pero no me sorprendería que en algún momento encuentren la fórmula para reunificarse dejando de lado lo que hoy parece irreconciliable.

Andrónico quizás no quiera que lo abracen en público, pero en política todo se puede negociar. Los estrategas sabrán cómo hacerlo para minimizar posibles daños. Y los otros candidatos oficialistas —Eva, Eduardo y Jhony— tienen tan poca fuerza que seguramente aceptarán replegarse y sus pretensiones no serán exageradas.

Me inclino a pensar que en este mes de julio veremos a los masistas, bajo la sigla MTS, abrazados y festejando el reencuentro, arengando unidad para salvar el “proceso de cambio”.

Las encuestas reflejan el estado de ánimo en un momento, pero no predicen. Recordemos en 2005 las encuestas daban empate entre Evo y Tuto y el 2020 empate entre Mesa y Arce; los resultados fueron absolutamente diferentes. El mensaje es claro: no hay que confiarse, las campañas individuales son importantes y están haciendo lo suyo, el electorado está ávido de señales constructivas, salvadoras, CERTIDUMBRE.

La guerra sucia, las puñaladas entre candidatos, no suman. Todo lo contrario: desilusionan al votante. ¿A dónde irán esos votos desencantados? Jaime Dunn, pudo canalizar ese hartazgo. ¿Lo harán otros candidatos menos favorecidos con la intención de voto? ¿O, peor aún, veremos un voto castigo que beneficie a Andrónico?

La salida es clara: dejar de pelear y empezar a construir. La gente quiere ver madurez, quiere ver a los candidatos opositores hablando entre ellos, trabajando comprometidos el Gran Acuerdo por Bolivia.

No esperemos a que los masistas se reconcilien para recién reaccionar. El momento de actuar es ahora.

Jaime Navarro Tardío

Militante de Unidad Nacional, ex Diputado Nacional y ex Secretario Ejecutivo Nacional de UN.