El presidente de Estados Unidos fue examinado por los médicos de la Casa Blanca por una leve hinchazón en las piernas. Este jueves, la secretaria de prensa confirmó el diagnóstico. Cuáles son los síntomas y cómo se aborda.
Por Cecilia Castro
Fuente: Infobae
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Este jueves, la secretaria de prensa de la Casa Blanca, Karoline Leavitt, leyó una carta redactada por un médico sobre el estado de salud del presidente de Estados Unidos Donald Trump.
Leavitt detalló que Trump percibió una “leve hinchazón” en la parte inferior de sus piernas, por lo que fue evaluado por el equipo médico de la Casa Blanca.
Los exámenes realizados no detectaron “ninguna evidencia de trombosis venosa profunda o enfermedad arterial”, aunque sí indicaron que el mandatario presenta insuficiencia venosa crónica.
La portavoz subrayó que se trata de un problema habitual en adultos de más de 70 años. Trump celebró su cumpleaños número 79 el mes pasado.
¿Qué es la insuficiencia venosa crónica?
De acuerdo con MedlinePlus, el sitio a cargo de la Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos, la insuficiencia venosa crónica es una afección de larga duración que se produce con mayor frecuencia por un mal funcionamiento de las válvulas en las venas, aunque también puede deberse a la presencia previa de un coágulo sanguíneo en las piernas.
Entre los factores que aumentan el riesgo de desarrollar esta condición se encuentran la edad avanzada, los antecedentes familiares, la trombosis venosa profunda previa, la obesidad, el embarazo, la permanencia prolongada en posición sentada o de pie y la estatura elevada.
Los síntomas suelen manifestarse como dolor intenso, sensación de pesadez o calambres en las piernas, acompañados en muchos casos por picazón, hormigueo y molestias que empeoran al estar de pie y tienden a aliviarse al elevar las piernas, según MedlinePlus.
También pueden observarse cambios visibles en la piel, como hinchazón, resequedad o irritación al rascarse, enrojecimiento y dermatitis de estasis, así como la presencia de venas varicosas superficiales, engrosamiento de la piel en piernas y tobillos (lipodermatoesclerosis) y, en casos más avanzados, úlceras que demoran en cicatrizar.
En diálogo con Infobae, el doctor José Ceresetto (MN 74596) jefe en el Departamento de Hemostasia y Trombosis del Hospital Británico, explicó: “Lo que le encontraron a Donald Trump es una enfermedad muy frecuente en las personas de más edad. Es una patología crónica, es decir que permanece en el tiempo. Las válvulas que están dentro de las venas en las piernas, por alguna razón —generalmente porque han tenido alguna trombosis venosa—, se han dañado y no contienen a la sangre. Entonces, se hinchan las piernas porque la columna de sangre desde el corazón, por la fuerza de la gravedad, hace que la presión sobre esta zona, que es la más baja del cuerpo, sea mayor. Se produce, así, una extravasación de líquido en el territorio de las piernas; de los tobillos, habitualmente, y que aparezca una hinchazón”.
“En el caso del presidente de Estados Unidos -amplió Ceresetto- se ha llegado a la conclusión, con una ecografía Doppler, un estudio de imágenes que mira las venas de las piernas, que tiene insuficiencia venosa crónica. No hay mucha solución para eso, porque las válvulas, una vez que están dañadas, no se pueden reparar o recomponer”.
Según el experto, en ese contexto suelen usarse “medicamentos venotónicos, que son agentes que sirven para la insuficiencia venosa crónica. Tienen un efecto antiinflamatorio y provocan cierta tonicidad en las venas, y eso hace que funcione mejor el sistema venoso y no tenga tanta retención de líquidos”.
“Si no, se pueden usar medias elásticas, por ejemplo, que se recomiendan para los vuelos en avión. Son medias compresivas, elásticas y graduadas, que hacen que la presión sea mayor a partir de la punta de los pies. Esto va generando como si fuera una venda, pero con una media, para contener esa extravasación de líquido y contener a las venas para que no sean insuficientes», repasó Ceresetto.
Según Cleveland Clinic, este cuadro es frecuente en la población adulta. Las várices afectan a uno de cada tres adultos, y aproximadamente una de cada 50 personas con várices desarrolla insuficiencia venosa crónica cada año.
En segundo lugar, Ceresetto repasó: “El principal problema de la insuficiencia venosa crónica es que hay veces que termina generando lo que se llama un síndrome postrombótico o posflebítico, que es que esa retención de líquidos crónica en la pantorrilla, en la pierna, en los tobillos —sobre todo en la zona baja— termina provocando un cambio de color y un engrosamiento de la piel, que se vuelve ocre y como acartonada. Se pierden los pelitos de las piernas, las glándulas sudoríparas y hay riesgo de que se genere una úlcera venosa crónica, que sería como el peor escenario de la insuficiencia venosa crónica».
“Casi un tercio de los pacientes que han tenido una trombosis venosa profunda y que han generado este daño en las venas pueden llegar a sufrir el síndrome postrombótico, a pesar de haber sido anticoagulados o tratados con drogas para que no vuelvan a tener trombosis. El daño que ocurre por el evento trombótico —que se termina llevando las venas de las piernas, del sistema venoso profundo— podría generar este grado de insuficiencia venosa, que en la mayoría de los pacientes solamente es una hinchazón, pero que puede llegar —en el espectro de severidad— a generar estas úlceras venosas», dijo el especialista consultado por Infobae.
La insuficiencia venosa crónica, según Ceresetto, no suele tener un tratamiento quirúrgico: “El tratamiento quirúrgico de los flebólogos suele quitar el sistema venoso superficial, lo que son las várices superficiales. Al final del día, lo único que significa tener várices es dilataciones de las venas superficiales. Muchas veces son problemas estéticos; muchas veces provocan síntomas, pero no es esto lo que le estaría pasando. La insuficiencia venosa crónica suele dañar el sistema venoso profundo y no el superficial. Y el sistema venoso profundo no se puede operar con una solución quirúrgica para reemplazar la vena que está insuficiente”.
“La mayoría de las veces, el tratamiento es médico. Muchos pacientes duermen con las piernas levantadas o están acostados más tiempo para que se vaya la retención de líquido que ocurre en las piernas. Pero la realidad es que el tratamiento es más médico que quirúrgico. Y, de vuelta, son los flebólogos los que suelen tener el seguimiento”, enfatizó el experto del Hospital Británico.