Tras una propuesta del presidente estadounidense Donald Trump, ambos gobiernos manifestaron su disposición a negociar una salida pacífica. No obstante, “los combates comenzaron a las 04:50 del domingo”, informó una portavoz del Ministerio de Defensa camboyano.
Los gobiernos de Camboya y Tailandia anunciaron su disposición a dialogar para alcanzar un alto el fuego en la frontera común, luego de una propuesta del presidente estadounidense Donald Trump. Sin embargo, los enfrentamientos armados continuaron el domingo por cuarto día consecutivo, con nuevas detonaciones de artillería en la zona en disputa.
El primer ministro de Camboya, Hun Manet, declaró que su gobierno “está dispuesto a discutir un alto el fuego con Tailandia con base en la propuesta de Trump”. También indicó que el canciller Prak Sokhonn establecerá contacto con el secretario de Estado de Estados Unidos, Marco Rubio, para coordinar los términos del cese de hostilidades.
El Ministerio de Relaciones Exteriores de Tailandia, por su parte, confirmó en un mensaje en la red social X que “Tailandia acepta en principio tener un alto el fuego”.
=> Recibir por Whatsapp las noticias destacadas
Trump, desde Escocia, afirmó que habló con los mandatarios de ambos países y aseguró que las partes habían acordado reunirse y “llegar rápidamente” a un cese el fuego. La cancillería tailandesa indicó que el primer ministro interino Phumtham Wechayachai pidió al mandatario estadounidense “transmitir a la parte camboyana que Tailandia quiere convocar un diálogo bilateral lo antes posible”.
Según el Ministerio de Defensa de Camboya, han muerto 13 personas en su territorio —ocho civiles y cinco soldados— y 71 resultaron heridas. El ejército tailandés reportó 20 muertos, incluidos seis soldados.
Más de 138.000 personas fueron evacuadas de aldeas fronterizas tailandesas y otras 35.000 del lado camboyano. “Las relaciones solían ser buenas, éramos como hermanos”, dijo Sai Boonrod, de 56 años, refugiado en un templo en Kanthararom. “Solo quiero que terminen los combates para que podamos volver a ser como hermanos”.
Durante la reunión en Nueva York, el embajador camboyano ante la ONU, Chhea Keo, pidió “un alto el fuego inmediato e incondicional” y llamó a resolver el conflicto por la vía diplomática. En la misma línea, Phumtham Wechayachai advirtió que “si la situación se agrava podría derivar en una guerra”.
Cada país acusa al otro de iniciar las hostilidades. Tailandia denunció ataques contra infraestructuras civiles, entre ellas un hospital y una gasolinera. Camboya respondió que el ejército tailandés utilizó bombas de racimo. En la ONU, el representante camboyano cuestionó la versión tailandesa y señaló que su país, con menor capacidad militar, no inició el conflicto.
El choque representa una escalada significativa en una disputa territorial de larga data. En 2013, la Corte Internacional de Justicia falló a favor de Camboya en un litigio anterior, lo que calmó las tensiones durante más de una década. Sin embargo, la muerte de un soldado camboyano en mayo reavivó el conflicto. Actualmente, decenas de kilómetros de la frontera común siguen sin delimitar.
(Con información de AFP)