Santa Ana no es solo un monumento, es un testimonio vivo de la fe y la resistencia cultural, destaca la diputada Álvarez
Fuente: El Deber
La comunidad de Santa Ana de Velasco, considerada como una de las joyas más auténticas de las Misiones Jesuíticas de Chiquitos, celebra su 270° aniversario en una festividad que une fe, tradición y patrimonio.
Fundada en 1755 por el sacerdote jesuita Julio Knittel, Santa Ana de Velasco es la última de las reducciones establecidas en la región antes de la expulsión de la Compañía de Jesús.
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Su iglesia de madera tallada, declarada Patrimonio Cultural de la Humanidad por la UNESCO en 1990, sigue maravillando a visitantes con sus retablos dorados y una acústica diseñada para albergar la renombrada música barroca misional.
La diputada nacional María René Álvarez llegó hasta Santa Ana de Velasco para participar de sus actos centrales.
«Santa Ana no es solo un monumento, es un testimonio vivo de la fe y la resistencia cultural de nuestros pueblos. Es un honor acompañar a su gente en esta celebración y trabajar para que su legado siga inspirando a futuras generaciones», afirmó.
Fuente: El Deber