Resiliencia: Industrias crecen en promedio 3,22%, pero urgen cambios


El sector plantea medidas urgentes para ser el “motor económico” de Bolivia y superar la crisis económica

Por Erika Ibáñez

industrias

Las industrias luchan contra la crisis en Bolivia. Foto: CNI



Fuente: La Razón

En medio de la crisis, las industrias bolivianas demuestran una notable resiliencia. A pesar de los desafíos, han logrado crecer en promedio en 3,22% al año. Sin embargo, desde el año pasado, la situación ha desmejorado y el sector demanda cambios.

=> Recibir por Whatsapp las noticias destacadas

Según cifras de la Cámara Nacional de Industrias (CNI), el desempeño de este sector refleja su capacidad para adaptarse, seguir adelante y fortalecer la economía boliviana en tiempos difíciles.

El documento Visión de la Industria de la CNI explica, con datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), que “entre 1951 y 2024 la tasa promedio de crecimiento del PIB industrial llegó a 3,22%, cuando en similar período la tasa promedio de crecimiento del PIB de Bolivia llegó a 3,07%”.

Sin embargo, la memoria institucional de 2024 refleja que en esa gestión el PIB industrial retrocedió y creció entre cero y 1%, por debajo de años anteriores debido a la crisis económica.

El Monitor Macroeconómico de la CNI en su edición de mayo de este año, informó, por ejemplo, que el PIB de la industria manufacturera creció en 2,22% durante 2020; se elevó a  3,90% en 2021; reportó 2,20% en el año 2022 y en 2023 retrocedió a 1,82%.

Las cifras del informe Visión de la Industria destacan que en 2024 el sector industrial representó el 16% del PIB del país, “valor que se mantiene estable entre 1951 y 2024”. Es decir, en promedio, de cada Bs 100 que produce la economía boliviana, Bs 16 corresponden al aporte industrial.

El aporte al PIB del sector industrias cuenta como principales rubros a alimentos con 6,6%, bebidas y tabacos con 2,48% y productos minerales no metálicos con 1,91%, resalta el informe.

Infografías: Lizeth Machaca

Cifras de las industrias

En 2024, el sector invirtió el 10% de la inversión privada total; exportó (sin minerales metálicos y derivados de hidrocarburos) 22% respecto del total de las ventas externas. Además, de contribuir con 17% en las recaudaciones tributarias y demandar 18% del crédito de la banca.

Asimismo, tiene el 12% de la población laboral, equivalente a más de 600.000 empleos y participa con el 11% de las empresas formales, es decir, más de 40.000 industrias en todo el país.

Las exportaciones del sector también resaltan pese al bajón de las cifras del comercio exterior de Bolivia. En la gestión 2024, las exportaciones industriales (sin considerar minerales metálicos y derivados de hidrocarburos) alcanzaron al 22% del total de ventas.

Históricamente, las exportaciones industriales superaron el 44% en el año 2000 y experimentan un descenso hasta el 2024.

Actualmente, los productos de mayor exportación son la soya y productos de soya con 45,3% del total de exportaciones industriales,; le sigue la carne bovina con 8,7% y la joyería de oro con 8,7%, seguidos de la urea granulada con 5,9% y girasol con 5,6%.

Sin embargo, la incertidumbre en el marco legal y la escasa inversión han llevado a que muchas empresas reduzcan su producción o incluso cierren, generando un bajón en las cifras del sector.

“Producimos en Bolivia y soñamos con una Bolivia que crezca para todos. Pero también sufrimos cuando falta diésel en las fábricas, cuando las divisas escasean, el contrabando nos asfixia y no tenemos energía para garantizar la producción. Aún así estamos de pie, no sabemos rendirnos”, resaltó el presidente de la CNI, Gonzalo Morales.

Problemas

Y justamente, esos factores, como la inseguridad jurídica, los avasallamientos, el incremento del contrabando y la informalidad, el crecimiento de la regulación, la exagerada fiscalización a las empresas formales y un sistema tributario y laboral no adecuado, están frenando a la industria.

“Necesitamos más y mejores condiciones. Garantizar el acceso a los carburantes, a las divisas, a los insumos industriales y el libre comercio para que nuestras fábricas no se detengan. Bolivia debe ser tierra fértil para poder invertir”, acotó el titular de la CNI.

Un problema que preocupa al sector es del desempleo. Según los datos del INE durante el primer trimestre de este año, la tasa de desempleo en Bolivia se situó en 3,9% y la desocupación de jóvenes alcanzó al 6%. Sin embargo, para las industrias esas cifras son cortas, pues la crisis económica ha impulsado la informalidad.

“El desempleo es un tema muy delicado para los bolivianos. Hay muy poco espacio para los jóvenes que salen cada año de las universidades. Hay que seguir generando fuentes de empleo estables y eso se logra teniendo normas claras, seguridad jurídica y con inversión extranjera”, explicó Gonzalo Morales a La Razón.

Justamente pensando a futuro, la CNI puso en mesa cuatro pilares fundamentales para que el sector continúe y mejore sus cifras económicas. Puntualizó que lo principal, es tener reglas claras y trabajar coordinadamente entre el sector público y privado.

“No pedimos privilegios, pedimos condiciones para planificar invertir y crecer. Con reglas claras, la industria será el motor de desarrollo del país”, dijo.

Crecimiento

Según el sector, la industria tiene el potencial para llevar el coeficiente de industrialización del 16% a más del 20% al año 2030. Y puede generar 800.000 empleos dignos en el país. Además, prevén que, con esas condiciones, pueden alcanzar un crecimiento del PIB industrial del 5,8%.

El empresario remarcó que el país urge un pacto productivo, donde el Estado y el sector privado sumen talentos y multipliquen oportunidades. Y donde las industrias crezcan sin miedo.

Los cuatro pilares que plantea la CNI para el próximo Gobierno son: Mirar la realidad de la industria boliviana con acceso a carburantes, divisas y el libre comercio; el segundo es crear incentivos reales para fomentar la inversión privada con seguridad jurídica; el tercero es la gobernabilidad con un país que respete las leyes, la propiedad privada y la libertad y el cuarto es el desarrollo humano apuntando a educación de calidad, salud y una jubilación digna.

Morales recordó que el sector industrial en particular, y el sector productivo en general, transita actualmente por un panorama complicado por falta de moneda extranjera en el mercado, la imposibilidad de acceder en términos competitivos a insumos, por restricciones sobre sus exportaciones, por bloqueos y paros sucesivos, la elevación desmedida de costos y, sobre todo, la incertidumbre sobre la producción y provisión de energía.

Crisis

Al respecto, el expresidente de la CNI y empresario industrial, Pablo Camacho, reconoció el gran aporte que hace la industria al país; sin embargo, advirtió que Bolivia se encamina hacia una crisis aún más profunda si no se toman medidas estructurales.

“No hay un cambio. Ya estamos en crisis, pero será severa si no se toman decisiones”, dijo.

Camacho también apunta a la escasez de dólares, la inflación creciente y la inacción política como factores que afectan la importación de productos esenciales. Dijo que hay insumos industriales que ya no están importando por los costos de la divisa.

Coincidió en que los empresarios industriales creen en Bolivia, invierten, producen, aportan con impuestos y generan empleo formal por lo que “ratificamos nuestra firme voluntad de contribuir a la reactivación económica y al desarrollo del país”.

A puertas de un cambio de autoridades de Gobierno, la CNI entiende que la probable conclusión de un modelo de país y el inicio de otro “debe necesariamente estar acompañado por un proceso de armonización de la legislación a una nueva realidad”.

La CNI advierte que en los años siguientes se agudizarán los problemas para la provisión de energía (gas y electricidad) al sector productivo por la baja producción de hidrocarburos en el país, por lo que urge también apuntar al cambio de matriz energética.

“El inicio del segundo bicentenario encuentra al país sumido en una crisis económica importante, pero lo que es más relevante aún, en la conclusión de una visión de país que, más allá de las consideraciones sobre su bondad o no, ha sido ampliamente superado por la realidad”, remarca el informe Visión de la Industria de la CNI.

Fuente: La Razón