El Ministerio de Asuntos Exteriores japonés instó a sus connacionales a evitar desplazamientos a esa regióna, y a quienes ya se encuentran allí a abandonar el área de inmediato, en medio de los enfrentamientos entre Bangkok y Nom Pen
Fuente: Infobae
“La situación en la frontera es extremadamente volátil y existe un alto riesgo de incidentes imprevistos”, advirtió la Cancillería de Japón al elevar la alerta de viaje para las zonas limítrofes entre Tailandia y Camboya.
La advertencia, publicada en el portal oficial de advertencias de viaje del Ministerio de Asuntos Exteriores, insta a los ciudadanos japoneses a evitar desplazamientos a la región y a quienes ya se encuentran allí a abandonar el área de inmediato. Esta decisión responde a la escalada del conflicto armado, que ha entrado en su cuarto día consecutivo, pese a los reiterados llamamientos internacionales para un alto el fuego.
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La alerta de viaje emitida por el Gobierno japonés corresponde al nivel 3, el segundo más alto en la escala de cuatro niveles que utiliza el país para advertir a sus ciudadanos sobre riesgos en el extranjero.
Según la información publicada por la Cancillería, la advertencia abarca una franja de hasta 50 kilómetros desde la frontera en el lado tailandés y hasta 30 kilómetros desde la frontera en el lado camboyano. Esta medida busca proteger a los aproximadamente 450 japoneses que, de acuerdo con estimaciones oficiales, residen en las regiones afectadas.
Hasta el momento, no se han reportado víctimas entre los ciudadanos japoneses, según declaraciones recogidas por el medio local NHK.
El conflicto, que estalló el jueves en la disputada línea limítrofe entre Tailandia y Camboya, ha dejado al menos 32 muertos, decenas de heridos y miles de desplazados, conforme a las cifras oficiales más recientes.
La violencia se ha mantenido pese a los esfuerzos diplomáticos y a la presión internacional para detener los enfrentamientos. La Cancillería japonesa subrayó en su comunicado que “los choques, iniciados el jueves en la disputada línea limítrofe, presentan un alto riesgo de incidentes imprevistos y justifican la elevación de la alerta”.
La situación en la frontera entre ambos países asiáticos se ha caracterizado históricamente por una tensión latente, alimentada por desacuerdos sobre la delimitación territorial.
Según detalló NHK, la disputa actual tiene raíces profundas y ha sido motivo de enfrentamientos esporádicos en el pasado. Entre 2008 y 2011, los combates en la zona causaron alrededor de una treintena de muertos, lo que evidencia la persistencia del conflicto y la dificultad de alcanzar una solución duradera.
La escalada reciente se produjo tras la muerte de un soldado camboyano en un enfrentamiento entre los Ejércitos de ambos países, hecho que ocurrió en mayo y que reavivó las hostilidades.
Desde entonces, la tensión ha ido en aumento, hasta desembocar en los combates que actualmente mantienen en vilo a la región. Las autoridades de Bangkok y Nom Pen han manifestado su disposición a iniciar negociaciones para un alto el fuego, aunque los enfrentamientos continúan.
En este contexto, la intervención internacional ha cobrado relevancia.
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, declaró que sostuvo conversaciones telefónicas con el líder tailandés, Phumtham Wechayachai, y con su homólogo camboyano, Hun Manet.
“Ambas partes han acordado reunirse de inmediato y negociar rápidamente un alto el fuego”, afirmó Trump, según recogió la agencia EFE. Esta declaración fue confirmada por los mandatarios de Tailandia y Camboya, quienes agradecieron al presidente estadounidense su interés en poner fin a las hostilidades.
La respuesta de la comunidad internacional no se ha hecho esperar.
Diversos países y organismos han instado a las partes a cesar el fuego y a buscar una solución pacífica al conflicto. No obstante, la realidad sobre el terreno muestra que los combates persisten y que la situación humanitaria se agrava con el paso de los días.
Miles de personas han tenido que abandonar sus hogares para buscar refugio en zonas más seguras, mientras las autoridades locales intentan gestionar la crisis.
Fuente: Infobae