Rodrigo Paz será ministro


El fichaje de Edman Lara le ha dado una expectativa electoral que nunca tuvo: un papel fundamental en la segunda vuelta donde incluso, puede participar

Rodrigo Paz será ministro
Rodrigo Paz

 

Fuente: El País.bo



Cuando Rodrigo Paz dejó la Alcaldía de Tarija lo hizo sin mirar atrás. Desde que la vieja guardia del MIR coordinada por Jaime Paz Zamora y Óscar Eid empezó a diseñar su futuro, esa etapa ya estaba contemplada. Paz recorrió el mundo entre exilios y universidades de pago, tuvo una pequeña experiencia en el sector privado – en el Soboce de Doria Medina, por cierto – y recaló en el parlamento ya en la elección de 2002, cuya legislatura pasó por ser una de las más tumultuosas de la historia reciente.

Rodrigo Paz era la última criatura de la socialdemocracia mirista y tuvo buen roce parlamentario hasta que lo mandaron a Tarija en 2010 para ganar base territorial – Paz no era de ningún sitio -. Usufructuó el Concejo municipal como presidente cinco años para postularse como alcalde después con el partido de Óscar Montes, quince años al mando del municipio y hegemónico en ese momento. En 2015 fue posesionado y quizá hasta la ruptura con su mentor estaba planificada, por aquello de adquirir experiencia en escaramuzas.

=> Recibir por Whatsapp las noticias destacadas

Si así fue, lo cierto es que salió perdiendo. Óscar Montes había prometido retirarse a disfrutar de las vistas del lago San Jacinto, pero colocó a su esposa de concejala por la puerta de atrás a tres días de elecciones y en seis meses lo había expulsado de UNIR y declarado enemigo acérrimo. Evo con Arce un piojo tuerto que diría el Ernesto. En 2019 se hizo de rogar para “fichar” por Carlos Mesa dando un apoyo lejano porque aun pensaba en su reelección. En 2020 se metió de primer senador (haciendo a Mesa romper uno de sus compromisos “emblemáticos” de colocar a mujeres como primeras senadoras. Se iba y se iba.

Quizá Paz Zamora – Eid habían soñado con una presidencia del Senado glamurosa, pero Mesa no ganó y tocó el camino largo. Rodrigo Paz se contrató un puñado de asesores que le inventaron un logo y dejó claro que sería leal a Mesa, pero que no contaran con él para organizar la bancada, que sus planes iban por otro lado.

En 2023 dijo aquello de que quería jugar en el cambio “de titular”, en 2024 patentó el “se vienen tiempos mejores”, y en 2025 empezó a buscar sigla con desesperación. Pero también fórmula. Y algún amigo. Las expectativas de sus mentores eran grandes.

Al final apareció el PDC, que siempre estuvo ahí. Coqueteó con el capitán Edman Lara firmando el acuerdo vacío más promocionado de la historia pero fichó a un millonario potosino, Sebastián Careaga,  para acompañarlo como vicepresidente. Después de tres entrevistas, a Careaga le pareció más seguro comprarse la senaduría potosina con Samuel Doria Medina y por suerte, el capitán Edman Lara seguía ahí, con su legión de seguidores en TikTok, sus ojos claros y gran habilidad para traducir conceptos complejos a lenguaje de a pie.

Lara le ha dado lo que nadie nunca le dio: votos. El MIR le dio experiencia, y sus propias habilidades oratorias lo convirtieron en un entrevistado fácil con cierto raiting, pero su gestión como alcalde enterró su base territorial – no entraba eso en los cálculos de los viejos oráculos – y declararse “tan cruceño como orureño” no lo ayudó.

El arranque fue duro, pero Lara suma en redes y Paz cumple en los actos “gratis”: entrevistas, debates, foros. Las encuestas hoy lo colocan entre el 6 y el 8 por ciento, con posibilidades de arañar un par de diputados en el occidente del país y quizá otro en Santa Cruz, una bancada mínima, pero que según lo que se proyecta de las encuestas, puede resultar decisiva en votaciones importantes.

El expresidente Jaime Paz Zamora, siempre tan vital y telegénico, ya colocó una entrevista en la que augura un gobierno de gran coalición, y el propio Rodrigo Paz en el debate empezó a conceder propuestas de pacto de Estado poniendo ojitos a diestra y siniestra, sobre todo a Tuto, con quien el MIR lleva haciendo política toda la vida – para bien y para mal – y con quien ya colaboró en aquella campaña de 2014, donde el damnificado fue Samuel Doria Medina, pero que es en la práctica un discípulo de Jaime Paz a quien le debe su iniciación política y buena parte de su éxito profesional, que al fin y al cabo es casi lo mismo aunque ya no se hable mucho del tema.

Paz Pereira lleva tanto tiempo en política que sería buen ministro en casi cualquier área: gestionaría la Salud, haría Obras Públicas por todo el país gracias a su gran conocimiento del territorio, podría ser el Robespierre del presidente, y sobre todo, sería un excelente Canciller. Hoy lo tiene al alcance de la mano.

Si Paz Pereira no entra en la segunda vuelta, que es su objetivo fundamental y no tan lejos de sus posibilidades viendo como se está moviendo el tablero en el bloque popular de Evo, del MAS, Morena, Alianza Popular y, en este embate, de UCS, no hay duda de que intentará pactar y “endosar” sus votos.

Quedará por ver qué hace entonces el capitán Edman Lara. Obviamente. ¿O no?

Fuente: El País.bo