El Banco Central solo devuelve 3,7% de los dólares retenidos a la banca


El ente emisor mantiene inmovilizados más de $us 2.700 millones de la banca comercial. Expertos advierten que la falta de devolución afecta la liquidez en divisas y pone presión sobre el sistema financiero.

Ernesto Estremadoiro Flores

 

El Banco Central de Bolivia administra miles de millones en fondos del sistema financiero, pero solo ha devuelto una fracción del total entregado
El Banco Central de Bolivia administra miles de millones en fondos del sistema financiero

 



Fuente: El Deber

En un contexto de escasez de divisas y con un dólar paralelo ya consolidado en el mercado, el Banco Central de Bolivia (BCB) mantiene compromisos con la banca privada por más de $us 2.700 millones (Bs 18.773 millones), de los cuales solo liberó $us 100 millones (Bs 700 millones), es decir, apenas el 3,7%.

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En teoría, estos recursos —constituidos como garantías o encajes legales— sirven como colchón ante emergencias o desequilibrios financieros. Sin embargo, una parte significativa ha permanecido inmovilizada, incluso en momentos en que las entidades financieras enfrentan dificultades para atender la demanda de dólares de sus clientes.

Solo basta recordar que, en mayo de 2024, la Asociación de Bancos Privados de Bolivia (Asoban) pidió al ente emisor la devolución de parte de estos fondos —entregados originalmente en divisas— para responder al público. En 2023, la cifra adeudada por el BCB llegaba a $us 2.856 millones.

En respuesta a este medio, el BCB aclaró que esas operaciones no representan una deuda de la entidad, sino una obligación de las entidades de intermediación financiera (EIF) que tomaron préstamos del BCB y entregaron garantías en dólares.

“Cuando las EIF paguen los recursos prestados, el BCB devolverá la garantía comprometida, en línea con el vencimiento legalmente establecido”, indicó la entidad. Según su balance 2024, el sistema financiero mantiene una deuda con el BCB por Bs 14.607 millones ($us 2.098 millones).

Estas operaciones están vinculadas a cuatro Fondos de Préstamos de Liquidez vigentes: Créditos Productivos y de Vivienda de Interés Social (CPVIS II y CPVIS III); Incentivo al Uso de Energía Eléctrica y Renovable (FIUSEER) y Créditos para el Sector Productivo (CPRO).

El BCB señaló que estos instrumentos fueron creados entre 2017 y 2023, con recursos surgidos a partir de una reducción del encaje legal y aportes voluntarios de los propios bancos.

Sobre los plazos, el ente emisor confirmó que las devoluciones están previstas hasta marzo de 2026, plazo fijado desde julio de 2023, con la finalidad de dar a los bancos tiempo suficiente para honrar los préstamos que tomaron.

La reciente devolución de Bs 700 millones fue presentada por el BCB como una “optimización de la liquidez”. No obstante, en la práctica representa una fracción mínima de los recursos comprometidos y llega en un momento en que la demanda de divisas supera ampliamente la oferta.

A esto se suma otra medida clave: el BCB modificó el “Reglamento de Posición de Cambios”, reduciendo de 50% a 40% el límite de dólares que pueden tener los bancos en relación con su patrimonio. También amplió el uso de instrumentos en UFV, una unidad de cuenta en bolivianos ajustada por inflación. Esta estrategia, según el BCB, busca fortalecer la estabilidad del sistema financiero y la moneda nacional.

El informe del ente emisor también advierte que el año 2024 fue especialmente difícil, marcado por fenómenos climáticos extremos, conflictos internacionales y bloqueos internos, todos factores que afectan tanto el comercio exterior como el flujo de divisas.

Pese a ello, la lectura oficial es optimista. Las pruebas de resistencia realizadas por el BCB concluyen que el sistema puede soportar “choques extremos”, aunque sin ofrecer detalles sobre cómo se enfrentarían escenarios como una corrida por dólares o mayores restricciones al acceso de divisas.

Análisis

El economista Carlos Aranda advierte que el Banco Central de Bolivia (BCB) se verá obligado a conseguir financiamiento externo en dólares si quiere evitar una crisis de liquidez en el sistema financiero. Según explica, el BCB debe devolver alrededor de $us 2.500 millones a las entidades financieras, monto que corresponde a encajes legales, depósitos voluntarios e inversiones en instrumentos emitidos por la propia entidad.

“Sí o sí, para levantar las restricciones en el sistema financiero, especialmente en dólares, el BCB tiene que devolver ese dinero a los bancos comerciales”, enfatizó Aranda. De no hacerlo, advirtió, una eventual unificación cambiaria —por ejemplo, a Bs 15 por dólar— podría provocar un retiro masivo de depósitos y poner en riesgo la estabilidad de las entidades financieras.

Actualmente, los depósitos a plazo fijo vienen cayendo ante tasas de interés poco atractivas frente a la inflación. Según el analista, los bancos no cuentan con suficiente liquidez para enfrentar un retiro masivo de fondos. Esta situación ha incrementado la desconfianza de los ahorristas y dado lugar a lo que muchos llaman un “corralito financiero” en dólares: clientes que no pueden disponer libremente de su dinero.

Aranda estima que Bolivia necesitará al menos $us 7.000 millones en 2026 para cubrir obligaciones clave como: $us 2.500 millones para la devolución a la banca comercial, $us 2.000 millones para importación de combustibles. Además, $us 1.900 millones en pagos de deuda externa, y entre $us 1.000 y 1.500 millones para cubrir el déficit fiscal del próximo gobierno.

“Es muy difícil conseguir esa cantidad de dinero en un solo año”, sostuvo, y advirtió que el próximo gobierno deberá priorizar un programa de ajuste fiscal creíble, acompañado de financiamiento externo.

Obligación

El economista Germán Molina advierte que la situación de iliquidez en dólares que afecta al sistema financiero tiene su origen en el uso indebido de los encajes legales depositados por los bancos comerciales en el Banco Central de Bolivia (BCB). Pero su juicio, el ente emisor no enfrenta una deuda como tal, sino una “obligación monetaria” derivada de una política que hoy compromete la confianza de los depositantes.

“El encaje legal no es deuda, es una disposición monetaria del BCB. Cuando un cliente depositaba, por ejemplo, $us 100 en un banco, este debía dejar un porcentaje —digamos un 12%— como garantía en el Banco Central. Eso se acumuló y hoy representa entre $us 2.000 y 2.500 millones que el BCB no ha podido devolver cuando los bancos lo requieren para cumplir con sus clientes”, detalló.

Molina indicó que cuando los clientes acuden a los bancos para retirar sus depósitos, estas entidades deben solicitar al BCB la devolución del encaje legal correspondiente.

Pero el Banco Central no dispone de esos fondos, ya que los habría utilizado en otros gastos, cuyo destino no se ha transparentado.

Como consecuencia, los bancos solo pueden devolver pequeñas cantidades semanales, de entre 50 y 100 dólares, lo que ha alimentado la desconfianza en el sistema.

Para resolver esta situación, Molina sostiene que el BCB debe ser capitalizado con dólares. “La única salida es que el Banco Central reciba recursos externos para reponer esos montos a los bancos, y así estos puedan devolver el dinero a sus clientes. Solo así se puede restaurar la confianza y credibilidad en el sistema financiero”, advirtió.

Para Molina, el actual gobierno del presidente Arce no tiene la capacidad de implementar una solución, por la falta de divisas. “Difícilmente se adoptará una política de devolución en lo que queda de su gestión. Todo apunta a que esto deberá resolverse a partir del 8 de noviembre, cuando asuma el nuevo presidente”, dijo.

Molina también explicó que la política de encaje legal es común en todo el mundo y sirve como respaldo en caso de problemas de liquidez. En el caso boliviano, el uso no transparente de estos recursos por parte del BCB ha generado un cuello de botella.

“No se sabe con certeza en qué se usaron los fondos”, dijo.

Fuente: El Deber