Santa Cruz. Los hospitales suman más de un mes sin atención por las huelgas. Los pacientes también adolecen la sobresaturación del sistema, el déficit de camas y la falta de presupuestos
Fuente: eldeber.com.bo
Desde hace más de dos semanas, pacientes con el dolor marcado en el rostro llegan hasta los hospitales públicos con la esperanza que la atención sea restituida, pero los carteles confirman que la huelga continúa. Otros esperan durante horas o incluso días por un espacio en las salas de emergencias que siempre están colapsadas.
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Los paros, la precariedad y el abandono hacen que los pacientes sientan el peso de un sistema, donde buscar atención médica duele más que la misma enfermedad.
Las constantes huelgas en el sector salud agravan la crisis sanitaria y prolongan el sufrimiento de quienes esperan atención. Incluso cuando todo es normal, los pacientes enfrentan servicios saturados, déficit de camas y personal, y un presupuesto que está por debajo del promedio regional.
Según un seguimiento realizado por los propios pacientes, desde el 1 de enero hasta este miércoles suman 36 días de interrupción en la atención hospitalaria debido a paros impulsados por diversas demandas del sector. El más reciente, que ya lleva dos semanas consecutivas, exige el pago de un bono de vacunación.
Quienes llegan hasta el San Juan de Dios se encuentran con un cartel escrito a mano que anuncia que el paro continuará hasta el 8 de agosto. La medida se refleja en los rostros cansados de los pacientes, en los diagnósticos que no llegan y en los tratamientos que se postergan una y otra vez.
Muchos intentan ser atendidos por emergencia, pero la espera es larga. Las salas están saturadas, las camillas una junto a la otra, y los pasillos tan llenos que no queda espacio ‘ni para respirar’.
Algunos pacientes aguantan el dolor en silencio, otros claman ayuda. Las enfermeras y médicos hacen lo imposible por atenderlos, pero la precariedad los ahoga también a ellos.
Sentada sobre una banca, una mujer espera noticias de su familiar. Ella no esconde la bronca por el trato que recibió por parte de un profesional cuando le preguntó sobre la evolución de su paciente. “Un profesional tiene que atender como corresponde, yo solo pregunté cómo estaba mi hijo”, protestó.
Tampoco está de acuerdo con los constantes paros. “Afecta a todos, pero tampoco tienen toda la culpa, porque el Gobierno no atiende a la salud como debe ser”, dijo al pedir a los políticos que piensen en mejorar el SUS, porque considera que esto ayuda a los que más necesitan.
Marisol Ollesco también aguarda por noticias de su hijo, que después de una semana consiguió un espacio en urgencias y ahora espera por una cama en internación. Sufrió una rotura de meñisco y su familia no logró reunir recursos para costear el procedimiento en el sector privado, donde les cotizaron en Bs 25.000. “Ya tenemos todo listo, aquí solo hemos comprado los materiales, pero hay que esperar espacio”, dice.
Camas
El déficit de camas es una constante aún cuando la atención es normal, porque el sistema no abastece a la creciente demanda de pacientes. Según un estudio de la fundación Jubileo, divulgado en 2024, con datos de 2022, en Bolivia hay un déficit de 1,5 médicos por cada 10.000 habitantes, y de 6,4% licenciadas en enfermería por igual número de habitantes.
De acuerdo con la investigación, en 2022 el país tenía 16.680 camas hospitalarias, de las cuales, 8.459 (50,7%) correspondía al sector público; situación que no ha cambiado hasta ahora.
Según los estándares de la Organización Mundial de la Salud (OMS), un país debe contar con al menos 2,5 camas de internación por cada 1.000 habitantes, pero en Bolivia este el indicador apenas llega a 1,39 camas por cada 1.000 habitantes, lo que evidencia un déficit de 1,11 camas por igual número de habitantes.
En cuanto a los recursos humanos, la OMS sugiere al menos 15 médicos por cada 10.000 habitantes, pero el país, sumando médicos generales (6,4 por cada 10.000 habitantes) y especialistas (7,1), se alcanza apenas una tasa de 13,5 médicos por cada 10.000 habitantes, lo que representa un déficit de 1,5 médicos por esta población considerada. También debería haber 15 licenciadas en enfermería por cada 10.000 habitantes, pero en el país se tiene solo 8,6 por ese número de habitantes.
El estudio hace notar que se requiere aumentar un10% de personal médico y un 40% de enfermería para cubrir la demanda.
El gasto
Pero también hace falta mejorar los presupuestos. Se estima que el gasto total en salud para la gestión 2022 fue de $us 3.514 millones, de los cuales $us 1.854 millones se destinaron al sector público.
En 2022, el gasto total en salud en Bolivia representó el 8% del Producto Interno Bruto (PIB), inferior al promedio regional, que se sitúa en 8,2%. Brasil destinó el 9,9% de su PIB a la salud; Argentina, el 9,7%; Uruguay, el 9,4%; Chile, el 9,3%; Colombia, el 9%; y Ecuador, el 8,3%, según los datos de la fundación Jubileo.
Se estima que el gasto en salud por persona fue de $us 292,7 por habitante.
El secretario de Salud y Desarrollo Humano de la Gobernación cruceña, Marcelo Kramer, manifestó que enfrentan dificultades derivadas de la reducción de recursos del IDH.
Explicó que en el primer semestre presentaron una disminución del 30% de los recursos del IDH, de donde se cancela el bono reclamado por los trabajadores, lo que limitó la liquidez departamental para cumplir con esta obligación.
Indicó que la Gobernación está realizando los trámites necesarios para cumplir con las demandas del sector.