El segundo debate presidencial, organizado por el Tribunal Supremo Electoral (TSE), se desarrolló entre críticas a los candidatos ausentes y coincidencias en la necesidad de realizar una reingeniería económica y reducir el aparato estatal. En el evento participaron únicamente Pavel Aracena, de Libertad y Progreso – ADN; Eduardo del Castillo, del Movimiento Al Socialismo (MAS-IPSP); y Rodrigo Paz, del Partido Demócrata Cristiano (PDC).
El debate se llevó a cabo en la ciudad de El Alto, comenzó alrededor de las 20:30 y fue transmitido por la señal de la red RTP. Estuvo dividido en tres ejes temáticos: el primero abordó la crisis económica, el segundo la productividad e inversiones, y el tercero la transparencia y eficiencia.
La jornada inició con la discusión sobre la crisis económica, en la que se preguntó a los postulantes qué medidas inmediatas tomarían una vez electos. En este punto, los tres candidatos coincidieron en que lograrían conseguir divisas y una inyección de efectivo para superar la actual crisis que atraviesa el país.
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Por su parte, Del Castillo aseguró que su plan contempla traer 12 millones de dólares, los cuales serían invertidos en los sectores agropecuario y minero. Aracena anunció que planea generar confianza en el país, obteniendo 6 millones de dólares, y recurrir a referendos en Oruro, Potosí y Santa Cruz para determinar el destino del 3% de las reservas de litio y tierras raras, además de permitir que los bolivianos puedan ahorrar en dólares sin que se cuestione el origen de esos fondos.
Paz fue el primero en mencionar una reingeniería del aparato estatal, una de las pocas coincidencias entre los postulantes, aunque con diferentes enfoques.
Sin embargo, en esta etapa del debate sobresalieron los ataques a los candidatos ausentes: Samuel Doria Medina, Jorge Tuto Quiroga, Manfred Reyes Villa y Andrónico Rodríguez. Llamó la atención que ninguno de los participantes se refiriera a Jhonny Fernández, quien también estuvo ausente.
Incluso, Del Castillo y Aracena acusaron a Doria Medina y a Rodríguez de negociar la venta del litio, mencionando el exministro de Gobierno a Marcelo Claure. Por su parte, Paz cuestionó tanto al presidente del Senado como a Doria Medina, y enfatizó que «Andrónico nunca está».
El segundo eje temático giró en torno al desarrollo productivo e inversiones. La pregunta se centró en tres acciones específicas; sin embargo, los candidatos se explayaron en varios aspectos de sus programas.
El representante de ADN habló sobre los pilares de su propuesta, que incluyen la libertad de producción y exportación, el desarrollo de capital humano y la «diplomacia económica».
Paz se enfocó en el apoyo a mujeres y jóvenes, “para que los emprendedores puedan iniciar sus proyectos”. También destacó la necesidad de “abrir el Estado tranca”, proponiendo la reducción de impuestos y la eliminación de la “aduana corrupta e ineficiente”.
El exministro Del Castillo prometió un “crédito de vida” y una mayor presencia estatal, además de respaldo al sector agropecuario. Asimismo, garantizó su compromiso con la carretera bioceánica.
En la segunda ronda de preguntas comenzaron los ataques personales. Del Castillo y Aracena acusaron repetidamente a Paz de vivir del Estado debido a sus gestiones en la Asamblea Legislativa, mientras que el candidato tarijeño recordó al masista que “a mí nadie me puso de ministro, yo gané elecciones”.
Entre las respuestas destacó el rechazo de Aracena a emitir “perdonazos” de cualquier tipo, así como la coincidencia, a pesar de las agresiones verbales, entre los proyectos del MAS y del PDC para abrogar leyes que causan problemas, incluyendo el código impositivo.
El último eje temático se centró en la institucionalización y la transparencia en la gestión estatal. En este punto, los tres candidatos coincidieron en prometer la reducción del aparato estatal, principalmente mediante el cierre de ministerios. Del Castillo aseguró que, de ganar, reduciría los ministerios de 17 a 12.
Paz enfatizó la necesidad de eliminar el Ministerio de Justicia para evitar la persecución política, y tanto él como Aracena se enfocaron en denunciar a los “funcionarios públicos fantasma”. Aracena afirmó que ordenaría una auditoría para identificar a los funcionarios ineficientes y calificó al Estado Plurinacional como un “estado fracasado”, señalando que es necesario “recuperar la República de Bolivia”.
Durante el intercambio de preguntas, destacó la respuesta del candidato masista a Paz, respecto al regreso del país a los arbitrajes internacionales: “Volver allí sería poner en riesgo a nuestro pueblo, porque siempre perdemos”. Por su parte, Paz recordó que en los actos del Bicentenario no participó ningún representante de los países fronterizos porque “no nos ven como una opción viable”.
Este fue el último debate del calendario electoral. Las campañas políticas se cerrarán el jueves 14, día que comenzará el silencio electoral.