Cavilaciones sobre unas elecciones mágicas


 

Nuevamente, quienes nos guiamos por lo que señalaban las encuestas, quedamos atónitos por los resultados del domingo, cuando los bolivianos nos portamos como unos perfectos caballeros. Rodrigo Paz Pereira recorrió al trote el Camino del Inca y fue dejando en el trayecto, uno a uno, a sus adversarios, hasta que en la última jornada dejó atrás al favorito y ganó.



¿Cómo interpretar lo sucedido? No existe una manera lógica, salvo reconocer que Paz Pereira fue un apasionado y ardoroso postulante, y, que, esta vez, su posición moderada y alejada de los insultos, lo benefició. Pero también lo favoreció la guerra entre los masistas, que, viéndose perdidos ante una derecha segura, buscaron en la papeleta el mejor de los males y encontraron a Rodrigo. Para eso tuvo que ver el TikTok mágico del otrora masista capitán de policía Lara, que atrajo a un electorado lleno de incertidumbre. Ahora se presenta como un vencedor con peligrosas muestras de bipolaridad.

Además de Rodrigo Paz y sus partidarios, que deben haber disfrutado de su triunfo, Evo Morales también debe estar alegre. Se debe sentir contento porque ha visto muertos a todos sus rivales (Arce, Choquehuanca, Andrónico, del Castillo, Eva Copa y otros muchos) y él ha quedado vivo. El MAS ya no existe y él sí, si es que el que asuma en noviembre no lo encarcela. Además, Morales ha visto derrotada a la derecha, desde Samuel Doria y el capitán Reyes Villa, y debe estar relamiéndose porque le suceda lo mismo a Tuto Quiroga en la revancha.

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El MAS ha quedado a dos décimas de perder la sigla, pero todos sus candidatos fueron barridos, al extremo de que el masismo no tendrá ni un solo senador. Ahora Morales se reirá a carcajadas de Arce y de su ingrato ahijado, principalmente. Eso de que un político novato en elecciones presidenciales, haya aparecido de la oscuridad como un fantasma, y se haya llevado el santo y la limosna, lo debe llenar de júbilo.

Habrá que ver qué sucede en el balotaje de octubre. Tuto Quiroga tiene mucha fuerza en el oriente conservador y seguramente que podrá obtener algo de los partidarios de Samuel Doria, que no serán tan obedientes con su jefe como para apoyar a un candidato que no es de su línea. Pero se va a necesitar algo más ante un masismo enfilado ahora, chuscamente, con la democracia cristiana.

Dejémonos de historias y mirémonos en la cara: en este momento la zurdería baila en una pata con el triunfo de Rodrigo Paz. Lo estamos viendo. Los filósofos masistas deben estar elucubrando sus discursos sesudos y oportunistas para aparecer en los medios, comentando cómo Bolivia se hinca ante los manes andinos, aunque sea sin el MAS, y que el Estado Plurinacional sobrevivirá.