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Hace un par de semanas Bolivia como nación jurídica cumplió 200 años de existencia.

Bolivia nace y se organiza políticamente en Occidente y para occidente, el resto del país, una zona muy poco conocida como el oriente es anexada de manera unilateral sin la consulta de los delegados del oriente boliviano; sin embargo, nótese que esto no es en lo mínimo un justificativo para argumentar que los del llano no pretenden ni se sienten identificados con lo que sucede en el occidente de la nación.

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Cuando hablamos de nación, existen tres acepciones del concepto, las cuales son: Nación jurídica. Nación Política y Nación cultural. La jurídica es aquella en la cual todas las personas se encuentran vinculadas por derecho a un Estado, ejemplo de ello es nuestra partida de nacimiento. Luego está la Nación política que según Sieyes; es el artificio que sirve para justificar el dominio territorial de un Estado sobre personas de distintas etnias, lenguas, religiones o culturas. Luego está la acepción de la Nación Cultural que promueve la identificación de una persona con la colectividad estatal sea por medio de un proceso histórico de consolidación o imposición colonial que tiene por objetivo una homogeneidad cultural.

Luego de esta breve explicación del concepto Nación, podemos identificar lo que desde lo político el MAS promovió en sus veinte años de paso por el gobierno, es oportuno aclarar que todos los gobiernos estatales tienen como objetivo políticas de homogenización cultural, caso contrario es débil la identificación del individuo con lo Estatal y su paso por el gobierno se convierte de carácter fugaz, ejemplo de ello tenemos el antecedente de los Demócratas El 2019, cuando Jeanine orientalizo la jerarquía burocrática En La Paz sede de gobierno, pero esto no es una interpretación coyuntural, ya Rene Zavaleta Mercado habla sobre: «La hegemonía, si se produce, se produce en algún lugar. Esta, por tanto, vinculada a un símbolo-espacio, a una suerte de Tótem geológico». Es por ello que los andinos se perciben como hijos del Estado a diferencia de lo que ocurre del otro lado de la nación que en lo que concierne a la categoría de la antropología social responde a otros tipos de estímulos culturales en lo colectivo como sociedad, no sienten un arraigo a lo Estatal a raíz de la ausencia institucional desde los orígenes de la nación boliviana, sus formas de supervivencia económica se vincula a lo individual, la tierra la percibe para el cultivo antes que para lo mineral extractivo, es reacio a la obediencia y solo se organizan cuando ven atentados sus intereses económicos o perciben algún tipo de agravio a lo simbólico. Ahora, sería un error considerar que el oriente por su enorme extensión territorial, y las políticas de relocalización minera impulsada Por El MNR y años después promovida por el MAS no ha gestado otra composición social lejana a sus creencias y simbología que cargan los migrantes que llegan desde el occidente, estas personas, como todos, al estar fuera de su lugar de origen tienden a tener otra comprensión sobre el relato y la realidad; sin embargo, al momento de ejercer su voto existe un retorno y una fuerte carga de aquel estructuralismo genético del entorno inmediato que recibe en los primeros años de su vida, la carga cultural es fortísima en la persona. Ejemplo: un cruceño puede residir años en Japón, pero al escuchar un Taquirari, algo pasa, y eso mucho más se connota en las personas que llegan del occidente y tienen relación directa con sus creencias y rituales al no estar fuera de las fronteras nacionales.

Entonces, el voto en Bolivia responde a una carga histórica cultural, más que a temas programáticos o de urgencia nacional, es por aquella razón que los resultados lejanos a responder a una agenda mediática coyuntural, con la ausencia del poder de cohesión del MAS, la izquierda ha migrado a un partido Tercerista según su composición filosófica y ha enfrentado lo nacional popular a las estructuras conservadoras, es importante dejar en claro, que lo nacional popular no está exento de caer en las modas y ser parte de las tendencias en un momento de incertidumbre ideológica.

Hoy Bolivia puede caer direccionada por la imprudencia de actores políticos en la polarización que vivió por el 1958 y 2008, esperemos que esto no llegue a suceder, y que si se llega a dar tensión, el campo de batalla sean las ideas dentro del parlamento y no la violencia en las calles.

Sergio Vega Morales

Presidente del Colegio de Politólogos Santa Cruz