Un comentario del pasado 10 de octubre en el New York Times nos informa acerca de una nueva técnica para aprovechar la explotación del hidrocarburo fósil más limpio y menos contaminante de todos: el gas natural. El proceso –iniciado en EEUU y que se comienza a propagar– eleva las posibilidades de poder lograr una enorme expansión de las reservas mundiales. Se trata de la extracción del gas insertado en las capas de una roca negra llamada ‘shale’, piedra del tipo arcilla esquistosa que se hiende fácilmente en láminas frágiles y desiguales.
Geólogos de ultramar han llegado a EEUU para aprender a retirar el gas natural de la citada roca. Ya se están adquiriendo extensiones de tierra en Europa para la eventual exploración y posterior extracción del gas. Las compañías petroleras, al mismo tiempo, escudriñan mapas asiáticos y del norte de África en busca de potenciales nuevos campos ubicados en rocas tipo shale.
Aunque recién se inicia la fase exploratoria, ya hay grandes esperanzas de aminorar la actual dependencia europea del gas proveniente de la Federación Rusa. Se cree que las reservas pueden crecer notablemente, tal como sucedió en EEUU, donde se han expandido un 40%.
Un experto afirma que la propia geopolítica del gas podría alterarse drásticamente si se confirman las expectativas, pues existe la posibilidad concreta de identificar gigantescos recursos a lo largo del planeta y, por tanto, quitar ‘leverage’ a los productores monopólicos de este recurso natural.
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Como es sabido, el uso de gas natural disminuye el calentamiento global porque con su uso se producen mucho menos emisiones que con el uso del carbón o el petróleo. Mayor disponibilidad de gas haría también atractiva la conveniencia de cambiar la matriz de combustibles para los vehículos en muchas áreas del globo. Es más barato y menos ‘sucio’ usar gas natural comprimido (GNC) que gasolina o diésel.
El shale es una roca sedimentaria rica en material orgánico que se encuentra en muchas regiones. Fue de poco uso hasta hace unos diez años, época en la que comenzó el desarrollo de nuevas técnicas capaces de fracturar la piedra y que la taladran horizontalmente para extraer el gas.
Estudios conservadores señalan que las reservas mundiales podrían incrementarse un 20% si se explotan los yacimientos de gas ubicados en estas rocas que se encuentran diseminadas por todas partes. Un estudio más optimista predice un crecimiento de las reservas mundiales de un 50% a un 160%.
Los informes señalan que este nuevo método de producir gas es la mayor innovación energética de la primera década del siglo XXI. Los nuevos volúmenes generados en EEUU –provenientes en su mayoría de Texas, Louisiana y Pennsylvania– han aumentado de forma enorme la oferta. Se ha generado en el país del norte una abundancia de gas que hoy se refleja en la baja de su precio.
Actualmente se exploran nuevas reservas sobre la base del shale en Europa y Asia. Los datos que cito como fuente no se refieren a América Latina. Conozco poco de estas cosas, pero si el tal shale está diseminado en el mundo, es probable que en nuestro subcontinente tengamos abundancia de esa piedra y tal vez ella también exista en Bolivia. Si es así, nuestras reservas de gas podrían aumentar considerablemente.
Como profano en el tema, dejo aquí la información y la paso a los expertos. Esto puede ser algo muy interesante para el inmediato futuro.
* Ex canciller, economista y politólogo, www.agustinsaavedraweise.com