Quién es Óscar Montes y por qué no quiere a Rodrigo Paz


Ambos figuras tempranas del mirismo, compartieron partido y Montes le cedió la Alcaldía de Tarija en 2015, pero la sucesión no resultó como esperaba

Rodrigo Paz y Óscar Montes

Fuente: El País

Óscar Montes y Rodrigo Paz tienen un embrión común: el Movimiento de Izquierda Revolucionario (MIR), solo que con un recorrido diferente. Montes fue fichado casi a golpe de talonario desde el Comité Pro Intereses de Tarija por los “cardenales” del MIR que habían hecho del valle central su cuartel general y último reducto de influencia. La otra “estrella” del momento, Mario Cossío, fue fichado por el MNR y el incombustible Motete Zamora parecía dar sus últimos coletazos en la política municipal. En una de esas apuestas estratégicas y mucha negociación, Montes se sentó en el sillón municipal en 1999 con 39 años. Montes había bregado lindo en los campos petroleros primero hasta que, licenciado en economía y con una ágil lectura política, empezó a ligar consultorías que le dieron roce político e internacional.



Paz Pereira, sin embargo, aterrizó prácticamente en la cámara de diputados luego de ganar la circunscripción más tradicional de Tarija en 2002, donde había pasado parte de su infancia y adolescencia, y donde Paz Zamora había establecido su residencia definitiva tras los diferentes avatares políticos. Tenía 35 años y un Currículum Vitae plagado de colegios y universidades de prestigio en el extranjero.

Montes repitió triunfo en la Alcaldía en 2004 aún sujeto al MIR; Paz Pereira se integraría en 2005 en las listas de Podemos de Tuto Quiroga y volvería a gozar de la diputación, pero el MIR estaba sentenciado a nivel nacional. Montes tomó el control en Tarija capital y se transformó en UNIR, la enésima escisión, apoyado por varios jóvenes impetuosos que se convertirían después en piezas clave de sus sucesivas gestiones.

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Ni Jaime Paz –que aún se marcó un último baile tratando de ser el primer prefecto electo de Tarija – ni ningún otro cuadro del viejo MIR puso resistencia a Montes, al contrario, se entendió con naturalidad el relevo generacional en una plaza donde los lazos familiares y compadrazgos siguen siendo el meollo de la política.

En 2009 el MAS había consolidado su poder y la oposición quedó hecha jirones. Rodrigo Paz buscó refugio en Tarija y Montes lo acomodó en sus listas de 2010 para ser el presidente del Concejo Municipal durante cinco años. Su perfil siempre fue alto para esas lides, pero se entendía que ganaba tiempo y experiencia mientras el MAS disfrutaba de sus mejores años. Fue leal a Montes, un gestor de los de antes, de los que controlaban cada una de las decisiones que se tomaban en su jurisdicción, y aunque dudó en algún momento, cumplió el pacto tal vez no escrito nombrándole sucesor en la campaña de 2015.

Los últimos días de aquella campaña fueron raros: Una candidata de UNIR del entorno de Paz Pereira, Patricia Paputsakis, fue inhabilitada a una semana de elecciones y el curul lo ocupó la propia esposa de Montes, Ruth Ponce. Las hostilidades no tardaron ni seis meses en empezar, y al más puro estilo Evo – Arce, pronto se cruzaron insultos y descalificaciones acusándose de deslealtad. Montes lo acusó de torpedear el partido; Paz se defendió asegurando que le molestaron los cambios en sistemas clave, como el de las compras menores. Montes se llevó UNIR, Paz creó Primero la Gente.

Hubo choques por casi todo, pero acabó siendo la construcción de un puente, el 4 de Julio, y un hito turístico al ingreso de la ciudad, consistente en un gran mástil, el que acabó por torpedear la gestión: el costo elevado de dos obras más ornamentales que útiles en tiempos en los que Tarija empezaba a atravesar la crisis de la caída de ingresos de los hidrocarburos acabó horadando la gestión.

Paz Pereira evitó durante muchos meses comprometerse con la reelección como alcalde y Montes, que se había retirado oficialmente en 2015, deslizó su intención de volver a la primera línea. En 2019 Paz Pereira se sumó a la coalición de Comunidad Ciudadana haciéndose de rogar y en segunda línea, pues la franquicia la había copado el gobernador Adrián Oliva. Montes apostó entonces por unirse a la apuesta de los Demócratas de Rubén Costas con Óscar Ortiz, aunque la campaña fue tibia.

Tras la caída de Evo y la asunción de Áñez, tanto Montes como Oliva apostaron por unirse a la apuesta de Juntos, con Áñez y Samuel Doria Medina como cabezas de cartel. Rodrigo Paz se mantuvo fiel a Carlos Mesa, que lo colocó como primer senador. Era una apuesta segura. Salió de Tarija sin mirar atrás. Montes ganó la Gobernación, pero hace dos meses anunció que daría un paso al costado de la política en la siguiente cita electoral. La situación, con Rodrigo Paz en la segunda vuelta, puede haber cambiado.