Crónica políticamente incorrecta e irreverente
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Estética de lo feo.
Lo feo es parte de la experiencia estética, pues sin su contraste la belleza pierde sentido. Esta estética de lo feo es vieja, en 1.853 filósofos como Karl Rosenkranz ya lo analizaron y en el siglo XX lo radicalizó el dadaísmo, el surrealismo y luego el punk convirtieron lo desagradable o caótico en manifiesto político.
Estamos viviendo el proceso de cambio del paradigma estético. Pasamos de la belleza clásica (armonía, proporción, equilibrio: “lo agradable”, hacia una “cultura de lo feo” (lo chocante, lo imperfecto, lo disruptivo). Este cambio no es un accidente, sino parte de un proceso de cambio hacia el populismo cultural kitsch’ner.
Para el populismo y en lo cultural, implica el rechazo de normas impuestas por las élites y hacen de lo feo un grito de rebeldía del pueblo frente a lo burgués y donde muchas obras se conciben para incomodar más que para agradar. Además, lo feo y desagradable gusta a las bases populares y se mueve más rápido por las redes sociales.
La obsesión por la fealdad y por la cultura kitsch’ner es de lo más deprimente en nuestra vida cotidiana. Vemos en las calles a personas vestidas con pantalones totalmente rotos y deshilachados por delante y los de las mujeres, además muy ajustados para destacar las nalgas. Escuchamos el reguetón con música y letra horrorosa y en los nuevos barrios de condominios del Urubó en Santa Cruz, vemos casas como cajas de zapatos, cuadradas y todas blancas, que miradas de lejos y desde arriba parece un cementerio.
La estética de lo feo es paradójicamente una búsqueda deliberada de lo que rompe los criterios tradicionales de belleza. No es simplemente “hacer algo mal” o “sin cuidado”, sino convertir la fealdad en un lenguaje artístico y cultural con intención, sus Rasgos principales son: Rompe normas visuales, sonoras o formales. Busca incomodar, chocar y generar debate. Muchas veces se usa con humor o en tono paródico. Rechaza la perfección, la proporción y el “buen gusto” clásico y celebra lo inacabado, lo roto, lo llamado “real” aunque sea desagradable.
Esta actitud la vemos en la Música: Distorsión, desafinación deliberada, letras vulgares o repetitivas (punk, reguetón, noise, trap). En la Moda: “ugly fashion” (sandalias con medias, croks, pantalones deshilachados, combinaciones chocantes). La Arquitectura: brutalismo, estética industrial, fachadas desordenadas, casas cuadradas, materiales sin pulir. El Arte visual: colores estridentes, figuras deformadas, obras que juegan con lo grotesco.
Sus funciones culturales y comerciales apuntan hacia: la Crítica social que denuncia que la belleza “oficial” es un producto elitista: La Liberación creativa que permite expresarse sin ataduras técnicas o académicas. Con el Choque emocional que obliga al espectador a reaccionar. En la Comercialización: lo feo que genera atención mediática y se vuelve tendencia (aunque pierda su espíritu original).
El erróneo uso de los nombres.
Tahuichi es una palabra de origen tupí-guaraní que significa “pájaro grande”, en léxico camba “pichi grande”.
Este nombre es muy conocido en Bolivia debido a la Academia de Fútbol Tahuichi Aguilera: Fundada en Santa Cruz de la Sierra el 1 de mayo de 1978 por Rolando Aguilera Pareja. La academia lleva el nombre de “Tahuichi” en honor a su padre, Ramón “Tahuichi” Aguilera Costas, quien fue un destacado futbolista en su época y a quien le decían cariñosamente y con envidia “Tahuichi”.
Esta Academia es reconocida por su labor social y por haber formado a grandes futbolistas bolivianos como Marco Etcheverry y Erwin Sánchez
Un vocal del Tribunal Supremo Electoral cambió su nombre sin consultar el Diccionario. Se llamaba Daniel Atahuichi Quispe y ahora es Tahuichi Tahuichi Quispe. (Pichi grande, Pichi Grande de cristal)
Afirma que su anterior nombre es para él colonizante: “Mi nación originaria, yo soy aymara, de tierras altas. Antes yo me llamaba Daniel, un nombre colonizante, que nunca representó mi identidad. Mi nombre ahora es Tahuichi, me identifica, ahora sí ha llegado para mí la democracia. Recién me siento reconocido como un ser humano, antes no lo era, discúlpeme”.
Un copie de bandera, todos copiamos.
La bandera de los Tercios españoles data del año 1530. Es un Estandarte multicolor, cuadriculado y ajedrezado, el mismo que fue utilizado por los Tercios del Rey de España Carlos I. en las batallas contra Flandes y Holanda.
Escribió José Diez de Medina, historiador boliviano: Es posible y más probable que este Estandarte haya llegado a la América con los pacificadores españoles enviados por la Corona para dirimir posibles rencillas y luchas entre los conquistadores. Al Perú fue enviado el religioso don Pedro de La Gasca con contados Tercios que participaron en la lucha entre los pizarros, que culminó con la ejecución de Gonzalo Pizarro y Francisco de Carvajal.
El Museo del Prado en Madrid conserva una pintura que data del siglo XVI, en la que un arcabucero empuña en una mano la bandera ajedrezada y en la otra el arcabuz.
La Wiphala en al Alto Perú.
La wiphala (en aimara wiphay significa victoria) no es incaica. Germán Choquehuanca líder indígena paceño el año 1978 inspirado en la bandera de Flandes, diseño y promovió la wiphala seguramente inspirada en el arcoíris y en las banderas europeas y trajes como el de Arlequín. Él la diseñó y promovió para apartar a su pueblo aimara, del culto a la tricolor boliviana y rápidamente esta bandera se convirtió en referente de comunidades como los aimaras y posteriormente cobró gran valor entre todos los grupos andinos hasta el día de hoy. El MAS el 2009 la instituyo como bandera nacional.
Uso oficial y manejo político
Con la Constitución del MAS del 2009, la Wiphala fue declarada símbolo patrio junto a la tricolor boliviana. Para los masistas y movimientos indígenas, representa el reconocimiento tanto del Estado Plurinacional como la reivindicación de pueblos originarios. Esto genera una tensión entre el concepto de República de Bolivia, una nación unitaria” y el Estado Plurinacional con 36 naciones reconocidas.
Para muchos indígenas y mestizos andinos, la wiphala es símbolo de dignidad recuperada. Para otros, sobre todo en regiones no aimaras, se siente como imposición cultural ajena a su identidad local.
Los ciudadanos bolivianos tenemos la tricolor, que es la bandera de la nación y del Estado boliviano. Cada uno de los nueve Departamentos del país y su pueblo tienen su propia bandera, la que refleja su identidad. Los pueblos aimara y quechua tienen la Wiphala. Y así como respetamos a los ciudadanos debemos respetar su bandera y sus símbolos