El Alto colapsa por la falta de diésel: largas filas de transporte pesado bloquean avenidas


Camiones, cisternas y buses interdepartamentales esperan por días en la avenida Ladislao Cabrera para acceder a un combustible cada vez más escaso. La crisis golpea al transporte y genera preocupación en la población alteña.

Ernesto Estremadoiro Flores

Fuente: eldeber.com.bo



La escasez de diésel volvió a desbordar las calles de El Alto. En la avenida Ladislao Cabrera, una de las principales vías que conecta con Viacha, centenares de vehículos de transporte pesado forman largas filas en busca del combustible, cuya provisión se ha vuelto crítica.

Los carriles de la amplia avenida de ocho vías se encuentran tomados casi por completo por camiones de alto tonelaje, cisternas y buses de transporte interdepartamental. Los choferes denuncian que deben permanecer varios días en espera para abastecerse en los surtidores, sin garantías de que el producto alcance para todos.

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La cola comienza en inmediaciones de la terminal de buses alteña y se extiende sin un final visible, según el recorrido realizado por EL DEBER. La magnitud del congestionamiento responde a la ubicación de dos estaciones de servicio en los extremos de la avenida, lo que ha provocado que se formen filas dobles y un virtual colapso de la circulación.

La falta de diésel en El Alto no solo afecta al transporte, sino que amenaza con interrumpir el abastecimiento de alimentos y mercancías hacia La Paz y otras regiones del país. Los transportistas advierten que, si no se restablece el suministro, se verán obligados a paralizar operaciones, lo que podría agravar la ya delicada situación económica.

Anteriormente, el presidente de YPFB, Armin Dorgathen, reconoció un déficit de aproximadamente 300 millones de dólares en pagos para importar combustible, lo que limita la capacidad de la empresa estatal para realizar sobre despachos y reducir efectivamente las filas.

Adicionalmente, Dorgathen señaló que el verdadero problema estructural radica en la escasez de divisas, afirmando que “aunque cobremos 20 bolivianos el litro, la gasolina y el diésel no se compran con bolivianos, se compran con dólare