Como todos sabemos, el país atraviesa una crisis multidimensional que exige liderazgo real, compromiso con las grandes mayorías, propuestas sólidas y capacidad de acción inmediata. Sin embargo, las dos fuerzas políticas con posibilidades de asumir el gobierno el próximo 8 de noviembre siguen enfrascadas en ataques mutuos, sin demostrar aún la preparación ni la visión que exige el momento histórico que vivimos. Las tareas son enormes, las expectativas ciudadanas muy altas, y la población no ve señales claras de respuesta.
Lamentablemente, en lugar de centrar sus campañas en presentar un plan de gobierno coherente y viable, ambos frentes han optado por reciclar viejas prácticas de descalificación en el más bajo nivel, señalar con insistencia la responsabilidad del gobierno saliente del MAS y alimentar la polarización. Mientras tanto, la ciudadanía espera, con toda razón y derecho, una señal clara de que hay capacidad técnica, voluntad política y equipos suficientemente preparados para gobernar con seriedad desde el primer día.
No se trata de minimizar los errores del pasado, sino principalmente de asumir con responsabilidad el futuro. A pocas semanas de las elecciones, es inadmisible que no se hayan presentado planes de acción concretos ni se conozcan los perfiles técnicos que asumirán funciones clave en áreas críticas como economía, salud, educación, justicia o medio ambiente. En el contexto actual, esto no es un descuido menor: es una irresponsabilidad.
La ciudadanía demanda mayor empatía, certidumbre y coherencia. No se puede seguir sosteniendo un escenario político plagado de promesas vacías, discursos demagógicos y muletillas retóricas. Si los aspirantes a gobernar no corrigen el rumbo y se enfocan de inmediato en trabajar por los grandes intereses del país, difícilmente podrán sostener una gestión con la legitimidad y solvencia que la situación exige.
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El riesgo es claro: la inacción, el vacío de propuestas, la falta de liderazgo real y resultados a corto, pueden desencadenar un escenario de ingobernabilidad que nos afectará a todos, especialmente, como siempre, a los sectores más vulnerables de la sociedad.
Por ello, este llamado es urgente: basta de distracciones electorales. El país exige líderes responsables, con visión de Estado y compromiso verdadero con la patria.
Fernando Crespo Lijeron