En el Viejo Oeste, las zonas desérticas, cargadas de historia, atraen a turistas de todo el mundo. Algunas han sido revitalizadas e incluso adquiridas por personas que sueñan con tener su propio pueblo.
Fuente: Globo G1
El escenario evoca los clásicos westerns: sheriffs implacables, duelos entre buenos y malos. Fuera de pantalla, esta región del Viejo Oeste estadounidense floreció, disfrutó de sus años dorados y luego se hundió en el olvido. Algunos lugares se convirtieron en pueblos fantasma y permanecieron así durante décadas.
Hoy, estas zonas desiertas y ricas en historia se han convertido en una atracción turística, e incluso despertaron el sueño de un comprador que decidió tener una ciudad para él solo. Vea el video arriba.
Nelson: de mina abandonada a destino turístico
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En 1994, Tony y Bobbie querían comprar una casa en Nelson, un pueblo en el estado de Nevada, pero los propietarios anteriores sólo la venderían si la pareja también compraba una mina que había estado inactiva desde 1942. La zona no tenía electricidad ni alcantarillado, pero se mudaron con sus cinco hijos y transformaron el lugar.
Hoy, Nelson recibe a diario visitantes de todo el mundo. La casa alberga miles de reliquias e incluso un congelador lleno de serpientes de cascabel capturadas en el desierto. Shawna, la hija de la pareja, dice que el pueblo tiene fama de estar embrujado:
Riolita: El auge y la caída
En el desierto del Valle de la Muerte se encuentran los restos de Rhyolite, un pueblo intacto durante más de 100 años, con el aspecto de un escenario de película. Fundado durante la Fiebre del Oro en el Valle del Oeste Americano, pasó de ser un campamento con dos hombres a un pueblo de 2500 habitantes en tan solo unos meses. En su apogeo, contaba con edificios de tres plantas, tiendas, una escuela para 250 niños e incluso una bolsa de valores.
Pero en 1907, la crisis financiera de la ciudad de Nueva York desplomó la economía local. Las minas de la región cerraron, los bancos quebraron y, para 1910, solo quedaban 600 residentes. En 1916, se cortó la electricidad. Hoy, Rhyolite ha revivido como atracción turística e impresiona a visitantes como Mary, quien vino de Irlanda:
“Está todo abandonado y en medio de la nada… Me imagino que era difícil vivir aquí”.
Durante la pandemia, Brent Underwood decidió aislarse y compró Cerro Gordo, California, por 1,3 millones de dólares. Se convirtió en el único residente del pueblo durante más de un año y medio.
Brent encontró objetos antiguos, como un camión con impactos de bala, y los colocó en el museo de esta ciudad, que una vez albergó a 4.000 personas. Decidió publicarlos en línea.