Para el experto, la estrategia del PCC combina violencia, territorialidad y corrupción, lo que le permite consolidar poder tanto en el mercado ilegal como en instituciones vulnerables.
Fuente: ANF
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El especialista en crimen organizado y política contra las drogas, Rubén Vargas, alertó que el Primer Comando Capital (PCC) ya opera en Bolivia con un poder creciente que abarca desde el control de la cocaína hasta el negocio del oro ilegal. Según sus declaraciones, la organización brasileña se ha convertido en la estructura criminal más peligrosa que actualmente amenaza a la región.
Vargas explicó que el PCC no es una banda común, sino una red transnacional con fuerte capacidad de organización. “El Primer Comando Capital, insisto, está operando en Bolivia, está involucrado en los negocios de la cocaína, del oro ilegal, controla territorios, tiene una estructura piramidal y son extremadamente violentos y territoriales”, sostuvo en entrevista con ANF.
El experto criticó la falta de visión de las autoridades bolivianas, a quienes acusa de negar lo evidente y no dimensionar la magnitud de la amenaza. “Es cuestión simplemente de abrir un poquito más las perspectivas y de análisis de las autoridades y se van a dar cuenta de que el monstruo está en la sala, y no está ni siquiera en el patio, está dentro de la casa”, advirtió.
En su criterio, uno de los principales riesgos es la normalización de la presencia del PCC en el país. Vargas señaló que restar importancia a una organización de este nivel equivale a poner en riesgo la seguridad de la población y la estabilidad de las instituciones democráticas. “Una de las características del Primer Comando Capital es su enorme poder corruptor”, añadió.
La advertencia no se limita al ámbito interno. Vargas recordó que Bolivia comparte fronteras extensas y vulnerables con Brasil, uno de los principales consumidores de cocaína de la región. “¿Quién crees que controla el mercado de la cocaína en el Sur de Brasil? El Primer Comando Capital”, aseguró.
Además del narcotráfico, el especialista enumeró otros circuitos de negocio donde el PCC tiene presencia. “¿Cómo crees que es el modus operandi del circuito de negocio de la cocaína, del oro ilegal y de los autos robados en Bolivia? Del gran negocio de los cigarrillos. Son estructuras criminales mayores. Y sería importante que tengan una mayor perspectiva y cuidado de no seguir engordando el monstruo”, dijo.
En ese sentido, enfatizó que el PCC no actúa de manera aislada, sino que forma parte de un ecosistema criminal transnacional en expansión. Si bien mencionó al Tren de Aragua como otra organización con impacto mediático, precisó que la verdadera amenaza radica en el poder y la magnitud del Primer Comando Capital.
“Desde mi punto de vista, la más peligrosa de todas estas estructuras criminales transnacionales que están operando en nuestras fronteras, la que compartimos con Bolivia y con Brasil, es el Primer Comando Capital”, recalcó.
La influencia del PCC, según Vargas, ya se extiende al sistema penitenciario boliviano. “Esta organización criminal está operando en nuestras fronteras comunes, está empezando a controlar los establecimientos penitenciarios en Bolivia, como lo hace en Paraguay, y está también ingresando al Perú”, alertó.
Para el experto, la estrategia del PCC combina violencia, territorialidad y corrupción, lo que le permite consolidar poder tanto en el mercado ilegal como en instituciones vulnerables. Su capacidad de penetración, explicó, lo convierte en una amenaza mayor a cualquier otra organización criminal de la región.
En contraste con esta realidad, Vargas lamentó que la respuesta estatal siga siendo fragmentada y poco contundente. A su juicio, la miopía institucional y la falta de coordinación regional están favoreciendo el crecimiento del grupo brasileño en Bolivia.
“Desde mi punto de vista esa es la más peligrosa, el PCC, por la magnitud que implica y significa esta estructura criminal. Hay otras también, pero insisto, la más peligrosa es el Primer Comando Capital”, concluyó Vargas.
/ANF/