Carta abierta a la psiquiatra y diputada chilena María Luisa Cordero


Por Gabriela Ichaso.

Más allá de su desconocimiento sobre la geografía de un país limítrofe al suyo, deseo de todo corazón que los pacientes que hubieran pasado por su consulta (¡hasta en pandemia de forma virtual) hagan revisar con urgencia -con un médico psiquiatra calificado- los diagnósticos “científicos” con los que ha afectado sus vidas por la medicación que les ha prescrito.



Los bolivianos, a los que ha descrito como disminuidos mentales por falta de oxígeno, son los valientes trabajadores que emplean, desde hace años, los productores chilenos para sacar adelante las cosechas que tienen a Chile como uno de los más importantes exportadores de frutos del campo.  También son bolivianos los que potencian el abandonado Norte chileno, con ese potencial económico que no consiguen en su país de origen por falta de oportunidades. Y son notables profesionales bolivianos los que las aulas universitarias chilenas han albergado y formado para bien de ambos países.

Lamento que una organización política seria haya vuelto a dar un lugar de representación parlamentaria a una persona desaforada hace poco por acusar a una senadora no vidente de falsear su condición, luego de haber sufrido la pérdida de visión en las confrontaciones callejeras a causa de la actuación desafortunada de las fuerzas del orden; que volviera a tener sentada en el respetado Congreso chileno a una profesional involucrada en la otorgación de licencias médicas falsas y expulsada del Colegio Médico por tal delito.

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La contaminación ambiental de Santiago de Chile no es la causante del embotamiento cerebral que Ud. parece adolecer. Son sus afirmaciones y sus decisiones delictivas personales las que la ponen al descubierto.

El pueblo chileno sale adelante a pesar de personajes como Ud., chanta sin remedio.

Y no será Ud., ¿doctora? ¿honorable diputada?, la que detenga la posibilidad próxima que Chile y Bolivia necesitan para restablecer relaciones diplomáticas para combatir en conjunto a los ilícitos que dañan a ambas naciones: el contrabando, el narcotráfico y el robo de vehículos.

Chile y Bolivia tienen más interrelación social y económica, actual y futura, que pasado para confrontar. Y tienen mucho menos tiempo de ocuparse de expresiones funestas y xenofóbicas como las suyas.  Alguien que la aprecie le recomendaría visitar a un buen psiquiatra.

Saludos misericordiosos de una ciudadana agradecida con ese Chile pujante y de brazos abiertos, que Ud. pretende hacer ver odiador, como los delirios que algunos le admiten sin mandarla a su casa.