Cochabamba es considerada como el semillero de la cultura boliviana debido a su rica herencia cultural y su protagonismo en el desarrollo de diversas expresiones artísticas como la música, el teatro, el cine y el arte, entre otros.
Fuente: lostiempos.com
Los personajes con dilatada trayectoria y que continúan vigentes, y las figuras emergentes siguen confiriéndole a la Llajta el rútulo de “cuna de artistas” .
Indiscutiblemente, Cochabamba es reconocida como el origen de talentosos músicos folklóricos y artistas que exaltan la cultura boliviana.
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Los Kjarkas se erigen como el referente del floklore boliviano y su música ha trascendido escenarios internacionales, irrandiando la riqueza cultural de Cochabamba.
Por si fuera poco, el grupo nacional oriundo de Capinota, concibió a dos nuevas generaciones: Chila Jatun, Kunan Runa, conjuntos que tienen en sus filas a descendientes de los emblemáticos Kjarkas.
Alfredo Coca es otro de los íconos de la cultura cochabambina. El experto músico se formó de manera autodidacta en el charango durante su adolescencia y, por su alta destreza y pasión, llegó a destacarse en la interpretación de este instrumento.
Las mujeres no se quedan atrás, porque Marianela Aparicio Yuja destaca porque es una pianista cochabambina reconocida por su talento y versatilidad, descollante por interpretar y arreglar música tradicional boliviana y oriental.
Una de las últimas revelaciones en el contexto musical es Lucía Cortéz Campero, vocalista y saxofonista de la agrupación Histeria. La talentosa intérprete germinó del Instituto de Educación Integral y Formación Artística Eduardo Laredo, al igual que Aparicio y otros personajes que triunfan en el ámbito musical en el país y en el exterior.
Pero hay más talento, porque varias sopranos nacidas en Cochabamba han alcanzado renombre internacional, incluyendo a Anna Pardo Canedo, quien ha actuado en Europa, Shelén Hughes, reconocida por su participación en festivales de música en Nueva York, Katia Giselle Escalera, con una carrera en la Ópera de San Francisco, y Judith Carmona, apodada la “Cochabambina de Oro”.
En el séptimo arte, los cineastas cochabambinos que sobresalen son Martín Boulocq y Tonchy Antezana, quienes han sido reconocidos por su trabajo innovador en el cine boliviano contemporáneo.
Álvaro Olmos Torrico es un cineasta de última generación con grandes proyecciones hacia el futuro.
Por su parte, el actor cochabambino más reconocido recientemente es Alejandro Marañón, protagonista de la película Mano Propia de Gory Patiño y miembro del elenco de La Reina del Sur.
Entre tanto, Roberto Mamani Mamani es un pintor de renombre que fusiona las tradiciones y colores del imaginario aimara con un estilo que él denomina “cubista andino Tiwanacota”, dando vida a lienzos llenos de dinamismo y simbolismo.
Mientras, Ruperto Salvatierra es considerado uno de los representantes más importantes del patrimonio pictórico de Cochabamba.
El artista cochabambino ha ganado todos los grandes premios nacionales, más de una vez, en tres especialidades diferentes (pintura, dibujo y acuarela). Se han organizado al menos dos exposiciones retrospectivas de su obra y ha organizado más de 60 exposiciones individuales y colectivas.
En la técnica de escultura, diferentes artistas son reconocidos por distintos aspectos de su trabajo, pero Juan García despunta por su habilidad en esculturas monumentales exportadas internacionalmente y el uso de tecnología moderna, mientras que César Terrazas es famoso por ser el creador del Cristo de la Concordia. Otro artista reconocido es Emiliano Luján, un escultor histórico del siglo XX.
Fuente: lostiempos.com