La sequía extrema en Irak revela 40 tumbas ocultas bajo el mayor embalse del país


La histórica bajada del agua en el embalse de Mosul ha dejado al descubierto restos funerarios de la época helenística, sorprendiendo a expertos por el alcance de los hallazgos y su impacto cultural y climático

La fuerte sequía en el

La fuerte sequía en el norte de Irak transforma el embalse de Mosul en un inesperado escenario para una de las exploraciones arqueológicas más relevantes de la región en décadas (AFP)



 

Fuente: infobae.com

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A orillas del embalse de Mosul, en el norte de Irak, la sequía extrema reveló una extensa necrópolis con más de 40 tumbas cuidadosamente alineadas, consideradas por los arqueólogos como uno de los hallazgos más intrigantes de Oriente Próximo en los últimos años.

El descubrimiento, realizado por un equipo encabezado por Bekas Brefkany, se produjo cuando el nivel del agua descendió a mínimos históricos, permitiendo acceder a áreas sumergidas durante décadas. El embalse de Mosul, construido en los años ochenta, fue el custodio accidental de estos vestigios, según detalló Smithsonian Magazine.

Muchas tumbas, en forma de ataúdes cerámicos ovalados, presentan una lógica funeraria elaborada: los adultos ocupaban la parte alta del cementerio y los niños, la parte baja, un patrón que sugiere una estructura social jerarquizada incluso en el espacio funerario.

Los arqueólogos también hallaron ánforas, vasijas y varios objetos cotidianos que reflejan la mezcla entre la tradición helenística y particularidades locales. Todos los materiales fueron trasladados al Museo de Duhok para su conservación.

Entre los restos expuestos se

Entre los restos expuestos se identifican tumbas de la época helenística alineadas en diferentes niveles, acompañadas de cerámica y objetos cotidianos que revelan complejas costumbres funerarias (Duhok’s Antiquities and Heritage Department)

Un testimonio cultural en plena crisis climática

El hallazgo se produjo en un contexto marcado por el colapso hídrico más grave en casi un siglo. Las reservas de agua en Irak se encuentran por debajo del diez por ciento de su capacidad, una situación que, según Smithsonian Magazine, amenaza la salud, la agricultura y la seguridad de la población.

La Organización de las Naciones Unidas ya considera a Irak como uno de los países más vulnerables al cambio climático, afectado por el aumento de temperaturas, tormentas de arena y la reducción extrema de caudales en los ríos Tigris y Éufrates, agravada por represas en países vecinos.

Este fenómeno de “arqueología por sequía”, cada vez más frecuente, obliga a los equipos a trabajar contrarreloj para estudiar, excavar y preservar los restos antes de que vuelvan a quedar sumergidos. “Mientras que el retroceso de las aguas ha tenido impactos negativos, para nosotros como arqueólogos también ha brindado la oportunidad de redescubrir áreas que habían estado ocultas bajo el agua”, explicó Brefkany en entrevista con Smithsonian Magazine. Además, estudios genéticos e investigaciones osteológicas podrán arrojar luz sobre enfermedades, nutrición, causas de muerte y vínculos familiares, como subrayó el medio Muy Interesante.

Las recientes excavaciones han devuelto a la luz no solo una necrópolis helenística, sino también signos de ocupación que abarcan desde el periodo de Nineveh V hasta la época islámica, lo que demuestra la continuidad estratégica del sitio a lo largo de milenios.

Los vestigios recuperados afloran en

Los vestigios recuperados afloran en un momento crítico, evidenciando cómo el impacto del cambio climático puede reescribir las narrativas históricas y culturales de Irak (Duhok’s Antiquities and Heritage Department)

El reto de preservar una memoria frágil

El futuro de los hallazgos es incierto. Cuando suba el nivel del agua, las tumbas podrían volver a quedar ocultas o sufrir daños irreparables. Miembros del Departamento de Antigüedades de Duhok advirtieron que la conservación de estos espacios expuestos al vaivén del agua, la erosión y la falta de recursos es uno de los desafíos más apremiantes en la arqueología iraquí.

No es la primera vez que la sequía permite redescubrimientos de esta magnitud: en 2022, en el mismo embalse de Mosul, arqueólogos encontraron las ruinas de una ciudad de más de 3.000 años, probablemente de época mitani, y un raro relieve de piedra en las ruinas asirias de Nínive con la imagen de Asurbanipal, el último gran rey del Imperio Asirio, según precisó Smithsonian Magazine.

A pesar de las dificultades, Nazim Zibari, arqueólogo del proyecto, reiteró que la investigación y la preservación de estos restos requieren dedicación, recursos y una estrategia urgente para proteger la memoria de una civilización que aún sigue emergiendo entre las grietas del presente.