Tanto para los gremiales como para Conamype, la exclusión de estos sectores resulta preocupante en un escenario donde la economía boliviana enfrenta fuertes presiones externas e internas.
Fuente: ANF
La recta final de las elecciones generales en Bolivia, que tendrán una segunda vuelta el 19 de octubre entre Rodrigo Paz Pereira y Jorge Quiroga Ramírez, está marcada por la tensión y las advertencias de sectores sociales y económicos. Desde los gremios y las micro y pequeñas empresas, la preocupación es evidente: consideran que las promesas electorales no solo carecen de sustento, sino que podrían convertirse en un detonante de conflictos si no se cumplen.
El sector gremial de El Alto y la Confederación Nacional de la Micro y Pequeña Empresa (Conamype) coincidieron en señalar que los candidatos están lanzando ofertas con un carácter más electoralista que técnico, dejando de lado a sectores que generan empleo y sostienen gran parte de la economía popular del país.
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La primera vuelta, realizada el 17 de agosto, dejó un escenario polarizado y forzó a los votantes a decidir en segunda vuelta entre dos proyectos políticos que, según estos sectores, no han logrado incluir a las familias gremiales ni a las microempresas en sus planes de gobierno.
En este contexto, el secretario ejecutivo de los gremiales de El Alto Sur, Luis Paco, lanzó una advertencia frontal: “No prometan algo que no van a cumplir”, dijo a ANF, subrayando que muchas de las propuestas escuchadas en campaña son “promesas demagógicas” que no se encuentran en los programas registrados ante el Órgano Electoral.
Paco insistió en que los gremiales están siendo excluidos de los planes de gobierno de ambos candidatos y advirtió sobre las consecuencias de esta omisión. “Si los candidatos siguen prometiendo solo para acaparar votos, sin tener sustento real, van a tener problemas”, declaró. Para él, la crisis económica que atraviesa Bolivia no permite ilusionar a la población con medidas inviables.
El dirigente alertó que, si desde enero persisten las dificultades con el abastecimiento de combustibles, la inestabilidad del dólar y los altos precios de los productos básicos, la paciencia social podría agotarse rápidamente.
“Esto no es Argentina, esto no es otro país, esto es Bolivia”, recalcó, asegurando que la fuerza de movilización de El Alto será determinante en la aceptación o rechazo del próximo gobierno.
Además, advirtió que la falta de soluciones reales puede derivar en un aumento de la criminalidad. Según Paco, ya se observan grupos organizados que, empujados por la necesidad y el desempleo, han pasado de la venta ambulante a disputar espacios de manera violenta.
“Es la primera vez en mi vida que veo este nivel de organización”, señaló.
Helen Riveros, representante de Conamype, también cuestionó la manera en que los candidatos han planteado sus propuestas, calificándolas como ofertas hechas “muy a la ligera”. En su criterio, esta actitud refleja la “desesperación” de ambos aspirantes a la presidencia, quienes no han demostrado un conocimiento profundo de la economía productiva.
Riveros recordó que la micro y pequeña empresa genera el 75% del empleo en Bolivia y mueve gran parte del circulante económico, pero lamentó que ni Paz ni Quiroga tengan propuestas específicas para este sector. “Estamos muy desilusionados realmente, porque no nos incluyen en ninguno de sus programas”, afirmó en declaraciones a ANF.
La dirigente también cuestionó algunas promesas irresponsables, como la eliminación de la Aduana planteada por uno de los candidatos. “Cerrar aduanas no es la clave, podría ir en contra de la producción nacional. Están haciendo promesas que no consideran los impactos positivos y negativos”, comentó.
Tanto para los gremiales como para Conamype, la exclusión de estos sectores resulta preocupante en un escenario donde la economía boliviana enfrenta fuertes presiones externas e internas. La sensación general es que, lejos de diseñar políticas estructurales, los candidatos se enfocan en discursos populistas para asegurar votos.
La advertencia de Paco sobre posibles escenarios de inestabilidad política encuentra eco en los análisis económicos, que señalan que un eventual descontrol en el tipo de cambio o en el suministro de combustibles podría convertirse en el principal desafío del nuevo gobierno.
“Un gobierno de transición es lo que se avecina si no cumplen”, advirtió el dirigente gremial.
El mensaje de Paco, fue claro: la sociedad no está dispuesta a tolerar cinco años de incumplimientos. Dijo que el próximo presidente deberá demostrar, desde los primeros meses, una capacidad real para enfrentar la crisis. De lo contrario, la conflictividad social podría escalar.
En tanto, Riveros subrayó que la única esperanza que les queda es abrir canales de diálogo con el nuevo gobierno. “Queremos programas específicos para las micro y pequeñas empresas”, insistió, señalando que la estabilidad económica debe ser la prioridad inmediata.
Para Conamype, la clave está en cambiar el modelo de consumo por uno de producción y exportación. “Lo hemos pedido a gritos: necesitamos exportar para que entren dólares y se quede la plata en Bolivia”, afirmó Riveros. Solo así, explicó, se podrá revertir la dependencia del país de las importaciones y estabilizar el mercado interno.
No obstante, la representante advirtió un futuro difícil. “Se vienen días muy feos, tiempos muy feos el próximo año”, dijo, apuntando que la eliminación de la subvención a los combustibles podría ser un factor que agrave aún más la situación.
Pese al panorama desalentador, Riveros dejó abierta la posibilidad de que, con voluntad política, se encaminen soluciones. “Nos va a costar realmente levantar la economía de nuestro país”, concluyó.
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Fuente: ANF