Fuente: Visión 360
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Rodeada de taques de hojas de coca en el segundo piso del mercado tradicional de la Asociación Departamental de Productores de Coca de La Paz (Adepcoca), ubicado en Villa Fátima, ciudad de La Paz, Nely Choque lamenta que, en la actualidad, los productores deben lidiar con una competencia desleal que golpea desde dos frentes: El desborde de la producción en otras zonas, especialmente en el Trópico de Cochabamba y el contrabando que ingresa desde Perú, afirma.
“En el Trópico de Cochabamba dan dos en una. En acá (en Adepcoca) nosotros vendemos un taque (50 libras) en 3.500 bolivianos, pero ellos allá lo dan a 1.500 bolivianos. Lo dan a la mitad de precio”, asegura Choque a Visión 360. Explica también que lo mismo ocurre con la coca que ingresa de contrabando desde Perú, la cual evade los controles y se comercializa a un costo aun más bajo.
Los productores del mercado tradicional de Adepcoca advierten que la situación actual pone en jaque al sector. Ante ello, confían en que el próximo Gobierno —que será definido en el balotaje de octubre— implemente controles eficaces para frenar tanto el contrabando como la sobreproducción de coca en zonas no autorizadas.
“A nosotros nos controlan todo, pero con el Chapare no es así”, explica René Huanca, productor y parte de la directiva de Adepcoca.
Una mirada a las cifras de cultivos de hoja de coca en Bolivia muestra una tendencia al alza en la década 2013-2023. La superficie cultivada de coca en los Yungas de La Paz pasó de 15.700 hectáreas en 2013 a 18.439, registradas en 2023, según el informe Monitoreo de Cultivos de Coca 2023 de la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito. En tanto que la superficie cultivada en Cochabamba, según ese reporte, pasó de 7.030 hectáreas, registrado en 2013, a 11.673 en 2023 (ver infografía).
El exdirigente de Adepcoca y flamante diputado electo por la alianza Libre, Armin Lluta, explica que, al revisar el monitoreo más reciente de cultivos de hoja de coca correspondiente a 2023 —elaborado por la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC)— se evidencia un claro exceso en la superficie cultivada.
“La producción de hoja de coca en 2023 alcanza una superficie de 31 mil hectáreas, cuando la ley establece un límite de solo 22 mil hectáreas. (En la norma) al Trópico de Cochabamba se le asignan 7.700 hectáreas, y al departamento de La Paz, 14.300 hectáreas”, detalla Lluta en entrevista con Visión 360.
Explica que al revisar el informe, en los Yungas de La Paz actualmente existen más de 18 mil hectáreas de coca. En el Chapare (Trópico de Cochabamba), hasta 2023, se registran casi 12 mil hectáreas. En el norte de La Paz se reportan 486 hectáreas. “Si vemos estos datos, vemos las 31 mil hectáreas, lo cual sobrepasa claramente lo que indica la ley”, advierte.
Lo que más le llama la atención, dice, es la diferencia en los volúmenes de producción: “Con 18 mil hectáreas, los Yungas producen 24 mil toneladas; pero con solo 12 mil hectáreas, el Chapare produce 33.500 toneladas. Eso es lo que me sorprende. En el norte de La Paz, con 486 hectáreas, se producen 610 toneladas. En resumen, la producción total de hoja de coca alcanza las 58.200 toneladas”, asegura Lluta.
Ahora, el flamante diputado afirma que —según datos de Digcoin—, desde el mercado legal de La Paz se han comercializado más de 24 mil toneladas de hoja de coca. “Entonces, de acuerdo con estos resultados, los Yungas, a través del mercado de Adepcoca, están cumpliendo con la producción destinada al consumo tradicional”, sostiene.
Respecto a la producción del Trópico de Cochabamba, Lluta explica que “el 94% de la hoja de coca no pasa por los puestos de control ni llega al mercado legal de Sacaba. El informe indica que solo el 5% lo hace”, afirma.
Señala que, “viendo el informe sobre los Yungas, el 96% de su producción de coca llega al mercado de Adepcoca” y pasa por todos los puestos de control. “Eso significa que la comercialización de la coca de Adepcoca va destinada al consumo medicinal y al acullico”, explica.
Lluta también indica que están planteando la abrogación de la Ley 906, por considerarla inconstitucional. Sostiene que, a través de esta norma, el gobierno de Evo Morales legalizó la producción en zonas excedentarias del Chapare. “Y lo que más preocupa es que ha perforado parques nacionales. Por ejemplo, en Isiboro Sécure existe coca; también en Cotapata, Amboró, Apolobamba y Madidi”, dice.
“Esa ley solo permite la producción en las zonas excedentarias, donde, de acuerdo con estudios, la coca del Chapare, incluida la cultivada dentro de parques nacionales, tiene como destino final el narcotráfico”, asegura Lluta.
Contrabando
En cuatro años y ocho meses de gestión, el Grupo Especial de Control de Coca (GECC) secuestró 3.563.211 libras de hoja de coca. De ese total incautado, 87.282 libras correspondían a hoja de coca peruana, introducida de forma ilegal al territorio nacional, con probable destino el narcotráfico, indicó el viceministro de Defensa Social y Sustancias Controladas, Jaime Mamani, en un informe el 10 de julio de este 2025 durante el 23 aniversario de esa entidad, creada un 23 de mayo de 2002.
“A través de este Grupo Especial, en cuatro años y ocho meses de gestión, se han secuestrado 3,56 millones de libras de hoja de coca (…), con lo cual se ha evitado el desvío para la fabricación aproximadamente de 8,9 toneladas de pasta base de cocaína”, dijo Mamani, según ABI.
El ingreso de la coca ilegal peruana es una problemática que ya fue noticia en los medios. Por ejemplo, el 7 de julio del año pasado, la Fuerza Especial de Lucha Contra el Narcotráfico (FELCN) efectuó uno de los mayores secuestros de contrabando de coca peruana de los últimos años. En medio de un operativo realizado en la tranca Aguirre, de la localidad de Colomi, en Cochabamba, se interceptó un tracto-camión que transportaba 1.032 sacos de la hoja contrabandeada.
En total eran 11,2 toneladas de hoja de coca (24.678 libras) que tenían el sello de Enaco. Su destino final, según el Viceministerio de Defensa Social y Sustancias Controladas, era el Trópico de Cochabamba.
Según especialistas y las propias autoridades, la coca proveniente tanto del contrabando como de la sobreproducción en zonas no autorizadas tiene como destino final el narcotráfico.
Sin embargo, en la actualidad, los productores de Adepcoca alertan que tanto la sobreproducción —especialmente en el Trópico de Cochabamba— como el ingreso de coca de contrabando desde Perú están poniendo en jaque a los productores tradicionales. Señalan que ese exceso de hoja se vende a menor precio y en malas condiciones, ya que muchas veces se mezcla con la coca de los Yungas.
“La coca yungueña no se compara con otra. Vienen a comprar de todo el país, incluso desde Cochabamba. Muchos la llevan para mezclar”, cuenta la productora Nely Choque, quien explica que muchas personas adquieren coca de los Yungas para mezclarla con la del Trópico y luego venderla en el departamento de Santa Cruz.
Esto ocurre, explica, porque por ejemplo un taque de coca yungueña (50 libras) se compra a cuatro mil bolivianos, mientras que una bolsa o paquete de coca cochabambina (100 libras) cuesta la mitad, de acuerdo con los productores del mercado paceño. Es decir, se obtiene el doble de cantidad por la mitad del precio.
Además, según las productoras, esta práctica se realiza con el fin de “mejorar” la mezcla incorporando algo de la calidad de la hoja yungueña.
Los dos mercados legales
En Bolivia hay dos mercados legales autorizados para la comercialización de hoja de coca: el de Adepcoca, ubicado en Villa Fátima, en la ciudad de La Paz, y el de Sacaba, en el Trópico de Cochabamba.
El primer mercado está a cargo de Adepcoca, la organización que representa a los productores de la región de los Yungas. En los últimos años, sectores afines al gobierno del MAS promovieron un mercado paralelo en Villa Fátima, lo que generó enfrentamientos y división entre los productores. Sin embargo, ese espacio paralelo ya cerró sus puertas. Su principal dirigente, Arnold Alanes, se encuentra prófugo, acusado del delito de intento de homicidio en otro caso, y sus antiguos aliados han retornado a los galpones de Adepcoca.
El segundo está a cargo de las Seis Federaciones del Trópico cochabambino, vinculadas históricamente al expresidente Evo Morales y a su anterior partido político: el Movimiento Al Socialismo (MAS), que tuvo en sus manos el poder del Gobierno del país desde 2006 hasta los últimos meses, cuando se registró el quiebre entre el ala “evista” y la “arcista”.
Los mercados de Adepcoca y el de Sacaba están reconocidos por la Ley 906, pero su control es principalmente gremial y social, aunque la Dirección General de la Hoja de Coca e Industrialización (Digcoin) y la Fuerza Especial de Lucha Contra el Narcotráfico (FELCN) supervisan aspectos como el transporte y la comercialización, especialmente para evitar desvíos al narcotráfico.
En el caso del mercado legal de Villa Fátima, de La Paz, los productores sostienen que, desde Adepcoca, se realiza un control en las comunidades productoras autorizadas. Sin embargo, expresan su preocupación por la circulación creciente de coca que llega de otros lugares, como Cochabamba y Perú, y que se comercializa de forma ilegal, sin cumplir los protocolos de control, fuera del mercado tradicional.
“Que hay harta cantidad de coca que llega, la hay”, afirma Agalo Escobar, productor y socio de Adepcoca, mientras atiende en el segundo piso del edificio de la asociación, en el galpón de Coripata. Asegura que el exceso de oferta afecta directamente al sector. “Cuando hay mayor cantidad de hoja de coca, se ve reflejado en el precio y perjudica a los productores. Si están metiendo coca ilegal que no debería entrar aquí, nos afecta directamente. Pasa como si fuera nuestra coca, y al haber tanta cantidad, el comprador tiene para escoger”, explica.
El taque de coca (50 libras), considerada la “hoja más bonita y especial”, se vende actualmente hasta en cinco mil bolivianos. “No hay más de cinco mil”, asegura Escobar. Luego están las hojas de otra calidad: la medida se cotiza en 4.500 bolivianos y la común, sin cernir, en 4.200 o cuatro mil bolivianos. Las hojas más pequeñas se venden entre 3.500 y 2.800 bolivianos.
Entonces, debido a la sobreproducción y al contrabando, los taques que llegan de forma ilegal se venden a la mitad del precio que se encuentra en el mercado tradicional. “Esa es la competencia desleal, nos afecta gravemente”, aseguran los cocaleros.
Pero, según los productores, su coca tradicional tiene una ventaja: “La hoja de los Yungas, de sectores como Coripata, Coroico, Chulumani, Uancani y Arapata, tiene un sabor y un gusto diferente al masticarla. En cambio, la coca de otras procedencias parece la hoja de otra planta, y el efecto del masticado pasa rápido. Esas son las diferencias”, asegura Escobar. “Por eso, la hoja de coca de estas zonas tradicionales es la que mayormente se busca para pijchar o acullicar”, agrega.
Según los productores de Adepcoca, para la machucada, la gente utiliza cualquier tipo de coca. “Para eso llevan lo que sea, la cuestión es que sea hoja, y le añaden todos sus ingredientes. El efecto ya no está en la coca, sino en los químicos que le ponen”, comenta.
Hace 12 años ya se había alertado que la coca del Trópico de Cochabamba no llegaba al mercado legal de Sacaba. La advertencia se hizo a través de un reportaje publicado en el diario El Deber, que describía así la escena: “Una gigantesca explanada y dos tinglados en el fondo, además de un edificio de una planta que sirve de oficinas administrativas en el ingreso de este predio, constituyen el mercado legal de la coca de Sacaba, en Cochabamba. Un detalle salta a primera vista, el lugar luce desierto, no hay el ajetreo que existe en el otro mercado cocalero autorizado, el de Villa Fátima, en La Paz”, se lee en parte de la nota.
Doce años después, al parecer, la situación no ha cambiado. Así lo advierte el analista Gregorio Lanza, consultado por Visión 360. “La coca del Chapare no llega al mercado legal de Sacaba. Se pierde en el monte, se transforma en los chacos en paquetes de pasta base y sale en aviones”, asegura. “No va a llegar nunca”, sentencia.
Para Lanza, el primer paso que debe dar el Estado es estar realmente presente en el trópico de Cochabamba.
En diversas ocasiones, dirigentes y autoridades del Trópico de Cochabamba han negado el vínculo de esta región con el narcotráfico y han pedido no ser estigmatizados.
Andrónico Rodríguez, actual presidente del Senado, aseguró que la coca consumida en el Trópico de Cochabamba proviene de esa misma región.
“Obviamente, la producción se extiende tanto del Trópico de Cochabamba como de La Paz a nivel nacional. Quien proponga que solo la coca de los Yungas es para consumo tradicional y no la del Chapare, tiene intenciones negativas o políticas en contra de la región”, afirmó durante una conferencia de prensa anterior.
Al ser consultado sobre el destino de la coca del Trópico, Rodríguez respondió tajantemente: “Va al mercado legal”.
Sin embargo, para los productores yungueños, este excedente de coca que viene del Trópico y de Perú ya perjudica al mercado legal. Ante esta situación, exigen mayores controles por parte de las autoridades.
“Debe haber un control sobre la coca excedentaria a nivel nacional”, señala el productor Agalo Escobar, de Adepcoca, quien recuerda que nació en Coripata, una tierra tradicional de producción de coca.
Sin embargo, actualmente la coca se cultiva en zonas donde antes no se producía, como Caranavi (La Paz) y el Chapare (Cochabamba). “Si existe una sobreproducción, sumada a la que proviene del Perú, ¿qué ocurrirá con los productores tradicionales?”, se pregunta.