Desde el Ministerio de Economía destacan un control sobre la inflación y una desaceleración de los precios, la experiencia cotidiana en ferias y mercados narra una historia diferente.
Fuente: El País.bo
El Instituto Nacional de Estadística (INE) reportó que la inflación de septiembre en Bolivia se ubicó en 0,2%, consolidando, según el Ministerio de Economía, un proceso de “freno en seco” por tercer mes consecutivo. Para el Gobierno, esta tendencia representa un alivio para los bolsillos de los bolivianos. Sin embargo, economistas independientes cuestionan la lectura oficial y advierten que la inflación acumulada ya alcanza el 18,33%, la más alta registrada en los últimos 40 años.
=> Recibir por Whatsapp las noticias destacadas
Según el Gobierno: “inflación bajo control”
El Ministerio de Economía celebró el dato de septiembre como una señal clara de que las medidas aplicadas estarían funcionando.
“La inflación frena en seco y confirma la desaceleración del incremento de precios, por tercer mes consecutivo”, indicó la cartera de Estado en una publicación realizada en redes sociales.
El reporte del INE detalla que la inflación mensual, que había alcanzado un pico histórico en junio con 5,2%, descendió a 1,2% en julio, a 1,0% en agosto y a 0,2% en septiembre.
Según la publicación del Ministerio, este reporte refleja que la economía boliviana se está estabilizando y que el efecto en los hogares empieza a ser menor. Refieren que se está “dando alivio al bolsillo de los bolivianos”.
El cálculo del Índice de Precios al Consumidor (IPC), explicó el Ministerio, se basa en el monitoreo de 397 bienes y servicios en las nueve capitales de departamento y ciudades intermedias como El Alto, Viacha, Quillacollo o La Guardia. Los alimentos básicos y bebidas no alcohólicas tienen el mayor peso en la medición (27,1%), seguidos de la comida fuera del hogar (14%) y el transporte (9,1%).
Romero advierte record en inflación acumulada
Pero la lectura no convence a todos. El analista económico Fernando Romero subrayó que, pese a la aparente desaceleración mensual, el acumulado de enero a septiembre de 2025 alcanza el 18,33%, “la cifra más alta en cuatro décadas”.
Romero indica que si se compara las inflaciones acumuladas de septiembre desde 1987 hasta 2024, nunca se había registrado un nivel tan elevado, ni siquiera en los momentos de mayor tensión económica del socialismo boliviano -desde 2006 hasta la fecha-, se había visto una inflación acumulada de esta magnitud.
El economista aclaró que el descenso en la variación mensual no responde a cambios estructurales en la economía, sino a factores coyunturales y, en parte, a una caída del consumo.
El analista dejó entrever que no se aplicaron medidas para frenar la inflación. Los problemas estructurales siguen, escasez de dólares, falta de carburantes, exceso de circulante en bolivianos, contrabando, especulación y baja producción nacional.
Inflación sectorial
De acuerdo con los datos del INE, en septiembre las mayores alzas se dieron en alimentos y bebidas no alcohólicas (0,30%), comida fuera del hogar (0,84%) y salud (0,8%). En contraste, el transporte mostró una caída de -0,08% y recreación y cultura descendió -1,08%.
Romero interpreta estas variaciones como un reflejo de las tensiones en la economía real. “La sensación en el bolsillo es una totalmente diferente”, menciona,
El reto para el próximo gobierno
El economista afirma que controlar la inflación será uno de los principales desafíos del próximo gobierno. Para ello, Romero plantea medidas urgentes como reducir la oferta monetaria, sincerar el tipo de cambio del dólar y garantizar el suministro de diésel y gasolina.
La inflación no se refleja en los mercados
El más reciente reporte de precios referenciales del Consejo Regional de Abastecimiento y Mercadeo Agropecuario (CRAMA), correspondiente al 3 de octubre de 2025, presenta un escenario donde el costo de la canasta básica familiar se mantiene en niveles elevados, lo que no contrasta con los informes gubernamentales que hablan de una desaceleración en la tasa de inflación.
Un análisis detallado de la planilla revela que productos esenciales para la alimentación diaria de las familias bolivianas continúan con precios firmes e, incluso, con amplios rangos de variación que reflejan la volatilidad en los mercados mayoristas y minoristas.
En el rubro de los granos y cereales, fundamentales en la dieta local, la quinua se cotiza hasta en Bs 1.500 por quintal, con un precio al menor de Bs 40 el kilo. La lenteja y el garbanzo también muestran valores significativos, a Bs 28 y Bs 20 el kilo respectivamente. La harina de trigo se ofrece a Bs 380 el quintal, lo que impacta directamente en el precio del pan.
En las carnes, otro componente vital, los precios no ceden. La carne de res con hueso tiene un precio referencial de Bs 48 el kilo al detalle, mientras que la carne de cerdo se vende a Bs 38 el kilo. La carne de pollo, aunque más accesible, se mantiene en Bs 24 el kilo.
Los lácteos y sus derivados también sostienen su valor. El queso chaqueño ronda los Bs 60 el kilo, y la leche natural se comercializa a Bs 7 el litro. El huevo de granja, por su parte, tiene un precio minorista entre Bs 12 y 14 la docena.
La papa, un producto emblemático, presenta diferentes valores según la variedad. La papa ojosa negra, por ejemplo, tiene un precio de Bs 75 la arroba (@) para el consumidor final. La cebolla en cabeza se vende entre Bs 8 y 10 la cuartilla, y la Zanahoria entre Bs 12 y 14.
En frutas, la manzana roja puede costar Bs 35 la docena, y el plátano oscila entre Bs 8 y 15 la docena, dependiendo de la calidad y el punto de venta.
Fuente: El País.bo