La figura de Edmand Lara Montaño surge en un escenario político marcado por la desconfianza de la ciudadanía; su candidatura a la vicepresidencia rompe esquemas y despierta tanto adhesiones como críticas encendidas.
Fuente: Los Tiempos
Lara Montaño es un exoficial de policía que acompaña a Rodrigo Paz Pereira en la fórmula que lideró la primera vuelta electoral; ahora continúa la carrera al balotaje previsto para el 19 de octubre.
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Para María Teresa Zegada, analista, la principal fortaleza de Lara es ser visto como un “outsider” que genera mucha expectativa en la población porque no viene de un escenario político. “Genera adhesión porque hay sentimiento antipartidista y de rechazo a la política tradicional”, dice.
Conocido como “el capitán Lara”, este cochabambino nacido en 1985 saltó al escenario público no desde las filas partidarias ni desde el activismo político, sino desde la institución policial, donde denunció con nombre y apellido supuestos actos de corrupción y extorsión dentro de la propia Policía Boliviana. Aquellos pronunciamientos le costó la suspensión de funciones.
Lara presenta como alguien ajeno a la política y, por lo tanto, se lo asocia con la renovación, explica Zegada. Le suma, su identificación con los sectores populares, con sus necesidades y expectativas. Además, la autovictimización presente en su discurso difundido a través de las redes sociales, genera empatía y solidaridad de personas que también han sufrido arbitrariedades del poder.
Su mayor debilidad es el lenguaje agresivo que utiliza para dirigirse al otro, denostando a sus opositores o adversarios; “no hay un lenguaje democrático con el otro”.
Si bien busca afinidad con su “propia gente”, divide y confronta; y lo que se necesita en este momento, a juicio de Zegada, es romper la polarización presente durante los últimos 20 años. “Lara reproduce la polarización entre lo que llama las élites y la población”.
Zegada cuestiona también la incongruencia programática que tiene Lara con su candidato a la Presidencia. “A ratos pareciera que hablaran de dos realidades distintas, de dos propuestas distintas y tiende a aparecer como el candidato único y principal. No se ubica en el papel que debe asumir en este momento”, comenta.
Discursos incendiarios
Desde que asumió la candidatura, Lara fue objeto de múltiples controversias. Universidades públicas rechazaron sus comentarios sobre la autonomía universitaria, calificándolos de “irresponsables”. Organismos civiles cuestionaron su ausencia en la firma del “Acuerdo por la Democracia” promovido por el Tribunal Supremo Electoral (TSE) contra la guerra sucia electoral.
En Montero, comparó al país con un enfermo de cáncer, afirmando que ese “cáncer” es la corrupción que impide el desarrollo del país. Las críticas no tardaron en llegar y poco después ofreció disculpas por la analogía.
Otro episodio tenso surgió cuando la defensa de un policía que lo denunció pidió una evaluación psicológica para Lara, alegando riesgos de conducta violenta tras una presunta agresión.
Y no faltan críticas sobre su tendencia populista: ciertos medios lo acusan de “firmar cheques en blanco” en su campaña, prometiendo programas de tipo renta, bonos y medidas difíciles de sustentar económicamente. En otros momentos ha respondido con energía a sus detractores, afirmando que la “envidia es la fuente de mi progreso” y llamando a confrontaciones si su compañero presidencial incumple el mandato popular.
El último tema controversial es la negativa de Lara a participar en el debate de candidatos a la vicepresidencia organizado por el Tribunal Supremo Electoral (TSE), bajo el argumento de la falta de pluralidad y de no ser en terreno neutral. Asimismo, confirmó su asistencia al encuentro alternativo por RTP con María Galindo como una de las moderadoras.
Su trayectoria
Edmand Lara fue dado de baja de la Policía Boliviana en 2023 tras denunciar hechos de corrupción dentro esa institución tras ello pasó por un mal momento económico y decidió junto a su esposa vender ropa usada para “sobrevivir”, además continuar estudiando la carrera de Derecho de la cual logró graduarse. Ahora busca la vicepresidencia junto a Rodrigo Paz por el Partido Demócrata Cristiano (PDC).
“En algún momento creí que se me venía el mundo abajo”, relató Lara. Luego de su salida forzosa de la institución policial, asegura que pasó ocho meses sin recibir salario. “Sobrevivíamos. Vendíamos con mi esposa ropa usada, comprábamos ropa usada e íbamos a vender al Torno, no lo niego, y de eso vivíamos”, contó a la comunicadora Cecilia Bellido.
Lara tiene 39 años, nació en Villa Rivero, municipio del valle alto cochabambino, pero migró a Santa Cruz de la Sierra, donde se estableció y formó su hogar con Diana Romero, con quien tiene cuatro hijos.
Junto a su esposa, quien también trabajaba haciendo servicios de transporte a través de una aplicación. Romero también fue elegida como diputada por el PDC para el departamento de Santa Cruz en las elecciones de 2025.
Lara también logró concluir sus estudios de la Universidad Unión Bolivariana de La Paz, donde hizo la carrera de Derecho a distancia. Actualmente, trabaja en ese rubro.
Fuente: Los Tiempos