Santa Cruz: Las rotondas quedaron chicas para el creciente caudal de vehículos


En varias intersecciones se generan embotellamientos que, incluso, llegan a paralizar el tráfico. La Alcaldía anuncia que retomará el plan de reducción de algunos redondeles. Profesionales aseguran que es necesario adecuarlas y mejorar la semaforización

 

Por Deisy Ortiz Duran



Fuente: eldeber.com.bo

Son las 19:00 y, en medio del intenso tráfico que marca el pulso de la ciudad, los vehículos quedan atrapados en los atolladeros que se forman en la rotonda del cuarto anillo y radial 26. Entre bocinazos y arriesgadas maniobras, los conductores intentan abrirse paso, pero topan con la avalancha de motorizados que intentan avanzar. Los semáforos cambian de color, pero es imposible seguirlos. El caudal de vehículos es tan denso que la rotonda se transforma en un nudo, por lo que los embotellamientos se extienden hasta la siguiente intersección, en ambos sentidos de la vía.

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Las rotondas, que en su momento fueron concebidas como una solución para distribuir el tráfico desde los anillos hacia afuera, hoy se han convertido en puntos conflictivos en varios sectores de la ciudad, especialmente en horario pico.
Un ejemplo es la rotonda de la radial 26 y cuarto anillo, donde los que más sufren son los que intentan girar hacia la izquierda, porque se quedan detenidos en la fila de vehículos.

Luis Fernández, que recorre la zona todos los días camino a su trabajo, señala que el “problema es que la rotonda quedó pequeña para la gran cantidad de vehículos que circulan”. Señala que, cada vez, es testigo de cómo los conductores, en su desesperación, hasta se bajan de sus autos para dirigir el tráfico y así logran restituir la circulación.

El martes, en el horario pico de la noche, le tomó media hora avanzar desde la avenida Cristo Redentor hasta la avenida La Salle, por los embotellamientos que se extienden hacia los carriles del cuarto anillo.
La situación se repite en las radiales 27, La Salle y Alemania; y en el tercer anillo interno con las avenidas Beni y Alemania, donde si bien se ampliaron los carriles de circulación, no se consideró la reducción de los redondeles.

Estas infraestructuras comenzaron a construirse cuando Santa Cruz de la Sierra iniciaba su despegue económico y poblacional.

La planificación de la ciudad, desde el Plan Techint (1958) hasta el Plan Director (1970), las contemplaron para acompañar crecimiento ordenado de la urbe. Entre las primeras que se construyeron estuvo la de la avenida Irala, en 1965; y la gran rotonda de El Cristo.

No obstante, conforme fue creciendo el parque automotor de la ciudad, la Alcaldía Municipal incluyó en sus proyectos de infraestructura vial la reducción y eliminación de rotondas en el segundo y tercer anillo, y en el primer anillo con el fallido BRT.
Estos planes serán retomados por el Gobierno Municipal, según informó el secretario municipal de Obras Públicas, Sergio Luna.

Señaló que, durante los ocho meses que restan de la gestión, se priorizará la reducción de rotondas entre los trabajos de infraestructura destinados a mejorar el tráfico en la ciudad.
De acuerdo con Luna, se comenzará por las radiales 25 y 26 del cuarto anillo, que son algunas de las más conflictivas.

Readecuarlas o eliminarlas

El presidente de la Sociedad de Ingenieros de Santa Cruz, Rolando Mancilla, explicó que las rotondas cumplen la función de organizar el tránsito, pero manifiesta que esto se complica en la actualidad debido al aumento del tráfico, lo que genera trancaderas.

“En su momento, funcionaron de maravilla para reducir la velocidad y evitar accidentes. Sin embargo, ahora que el flujo vehicular ha aumentado con el paso de las décadas, es necesario reorganizarlas, ver la necesidad de readecuarlas o incluso eliminarlas. Tenemos que adaptarlas a la ciudad actual, hacerlas más compactas y que funcionen con semáforos ‘inteligentes’. Hay varios puntos donde deben ajustarse según las necesidades”, indicó.

Recordó que esta situación se ha venido dando y las primeras rotondas en ser intervenidas fueron las del segundo anillo, precisamente por la  necesidad que se tenía en ese sector. Después, pasó lo mismo en el tercer anillo y ahora quieren hacer estas intervenciones en el cuarto anillo.
“En la medida que va cambiando el tránsito de una ciudad, sus vías y sus intersecciones se tienen que ir adaptando al tráfico vehicular”, recalcó el profesional.

El problema es la semaforización

Para el urbanista Fernando Prado, el problema de las rotondas radica en una deficiente semaforización. Advierte que eliminarlas significaría perder el paisajismo que aporta a la ciudad, pues estos espacios se aprovechan para áreas verdes y jardinería.

“Una ventaja de las rotondas es que aumenta el área verde para la ciudad, porque se puede poner grama, paisajísticamente es mucho mejor”, resaltó.

Recordó que las primeras rotondas se construyeron con el Plan Techint. La consultora, de origen ítalo-brasileño, contaba con un director alemán, por lo que implementaron en la capital cruceña diseños inspirados en los modelos de países europeos.

Explicó que otra de las ventajas de las rotondas es que el flujo vehicular se mantiene constante, ya que nunca se detiene, a diferencia de los semáforos, donde los conductores permanecen detenidos la mitad del tiempo.

Para Prado, en muchas rotondas no se ha implementado una semaforización adecuada, lo que provoca que el tráfico se trabe con frecuencia.  “La gente reclama, pero no es culpa de la rotonda, es que no se puede poner ese tipo de semáforos en ella”, manifestó.

“Hay soluciones con una buena semaforización, porque no se puede poner un semáforo de cruce directo en una rotonda, eso no funciona porque son dos lógicas distintas”, complementa.
Prado insiste en que la eliminación de las rotondas no incrementa de manera significativa la capacidad de cruce.

Explica que, si bien los semáforos ofrecen una señalización más clara, presentan una gran desventaja con los giros, ya que limitan la posibilidad de doblar a la izquierda, como ocurre en el segundo anillo, por eso el conductor tiene que ir a buscar una calle secundaria para volver a meterse a la avenida.

El urbanista destaca que muchas ciudades del mundo están volviendo a las rotondas, porque ofrecen mayor seguridad y mejor paisajismo. Sin embargo, requieren de técnicos que sepan semaforizarlas y de ciudadanos que conozcan las normas.

El parque automotor

En las últimas dos décadas, Bolivia experimentó un aumento en su parque automotor. Según un boletín del Instituto Boliviano de Comercio Exterior (IBCE), basado en datos del INE, el número de vehículos registrados en el país pasó de 443.888 unidades en 2003 a 2.583.319 en 2024, lo que representa un crecimiento del 482%.

En el caso de Santa Cruz de la Sierra, en 2020  había 364.741 vehículos registrados en el municipio, lo que aumentó a 370.765 en 2022. Sin embargo, hay rodados que circulan en las calles de la capital cruceña, pero que están registrados en otros municipios, lo que aumenta  el caudal de vehículos en las vías de la capital cruceña. Sucede, incluso, con los buses del transporte público, de los cerca de 10.000 que operan en la urbe cruceña, un 50% está registrado en otra comuna.