A partir de los testimonios de diversos actores locales y de modelaciones científicas, los últimos cinco años, el Grupo de Trabajo para los Llanos de Moxos (GTLM) ha venido investigando los efectos de los cambios en el clima en los 19 municipios del Beni. Los impactos de la variabilidad climática en la vida de las familias benianas asentadas en los Llanos del Moxos son muy importantes por la directa dependencia de sus medios de vida y otras dimensiones de su bienestar con las estaciones seca y de lluvia. Esto se ve por ejemplo en la centralidad de la pesca, la ganadería o la agricultura.
Escenarios climáticos para los Llanos de Moxos
Con base en las proyecciones del Sexto informe de evaluación del Panel Intergubernamental de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático (IPCC), se consideraron dos posibles escenarios de cambio climático para aterrizar sus efectos en el Beni.
El primer escenario más optimista implica políticas de acción climática a nivel global y neutralidad de emisiones de Gases de Efecto Invernadero (GEI). Así, en 2050 los Llanos de Moxos tendrían un incremento de temperaturas en aproximadamente +1,9 °C.
El segundo escenario es más pesimista y supone la no implementación de políticas de mitigación a nivel global, emisiones de GEI que, para el Beni, significaría incrementos en la temperatura de aproximadamente +3,3 °C a 2050.
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Estas proyecciones desalentadoras reflejan las vivencias expresadas por comunidades indígenas y campesinas, productores agrícolas, ganaderos, pescadores, funcionarios y autoridades. Estos actores explican que sienten el cambio climático con temperaturas más altas, estaciones menos predecibles, inundaciones y sequías extremas, pérdida de nivel de agua en ríos y lagunas, golpes de frío, mayor incidencia de plagas y vientos más fuertes.
A esto se suma el incremento de la incidencia de fuegos que, si bien se debe en gran medida a procesos antrópicos de cambio de uso de suelo y deforestación, se ve favorecido por el aumento de las temperaturas, sequías y cambios en los regímenes de lluvias, que aumentan la extensión, intensidad y duración de estos incendios.
Las contribuciones de la naturaleza
Las investigaciones del GTLM brindan luces sobre las percepciones de la población beniana respecto a las contribuciones de la naturaleza a su bienestar. Las más valoradas son la provisión de agua en cantidad y calidad suficiente, la ganadería, la fertilidad de los suelos, la pesca, la calidad del aire y la posibilidad de disfrutar de la naturaleza para fines recreativos.
Sin embargo, las personas reconocen que estos beneficios disminuyeron en los últimos veinte años por distintos motivos como la sobreexplotación de recursos, el cambio de uso de suelo, las actividades extractivas (como la minería) que contaminan suelos, agua y aire, los asentamientos no planificados y el cambio climático.
Pero también el cambio climático afecta los beneficios de la naturaleza. La agricultura y la producción de alimentos son las actividades más afectadas, así como la disponibilidad de agua, la pesca, la cacería de subsistencia y la calidad del aire. En menor medida, está presente el riesgo para la ganadería, la calidad del agua, la fertilidad de los suelos, el disfrute del paisaje y su potencial turístico.
El mejor escenario: cuidar la biodiversidad
La respuesta a los desafíos de los Llanos de Moxos se encuentra en su diversidad biocultural. Beni debe adaptarse para lidiar con los impactos del cambio climático protegiendo el agua en todas sus formas y fomentando actividades económicas que sean compatibles con la conservación: pesca sostenible, ganadería en pastos nativos, turismo y aprovechamiento sostenible de los productos del bosque pueden realizarse sin destruir el paisaje, ni afectar la salud de la gente.