Teherán ha canalizado miles de millones en inversiones de dólares para infraestructura a través de mecanismos poco rastreables en Beijing
China perfecciona un esquema de pagos secreto para sortear sanciones y financiar infraestructura en Irán (REUTERS/ARCHIVO)
Fuente: infobae.com
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Desde el resurgimiento de las sanciones internacionales contra el régimen de Irán, la economía del país ha encontrado un salvavidas inesperado en un esquema de pagos secreto que China ha perfeccionado para esquivar las restricciones impuestas por Estados Unidos. Según destaca Wall Street Journal, hasta 8.400 millones de dólares en pagos por petróleo iraní fluyeron a través de este conducto financiero clandestino en el último año, facilitando obras de infraestructura cruciales para Irán en sectores como aeropuertos, refinerías y transporte.
La columna vertebral de esta operación la conforma un sistema de trueque sofisticado. Oficiales actuales y anteriores de distintos países occidentales, incluidos Estados Unidos, describieron el mecanismo: el crudo iraní llega a China, el mayor cliente de Teherán, y a cambio, empresas estatales chinas se encargan de construir infraestructuras en Irán. La operación evita deliberadamente el sistema bancario internacional, empleando como engranaje clave a la aseguradora estatal Sinosure—autodescrita como la mayor agencia de seguro de crédito a la exportación del mundo—y a un misterioso mecanismo financiero radicado en China bajo el nombre de Chuxin, entidad cuyo rastro es prácticamente invisible en registros públicos.
Un esquema clandestino de intercambio de crudo por obras públicas ha permitido a Teherán mantener su flujo de ingresos (REUTERS/ARCHIVO)
De acuerdo con estimaciones de la Administración de Información Energética de Estados Unidos (EIA), Irán habría exportado el año pasado 43.000 millones de dólares en petróleo—de los cuales cerca del 90% se dirigió a China. La potencia asiática consolidó su posición como principal comprador del crudo iraní desde 2018, tras la decisión de la administración Trump de abandonar el acuerdo nuclear firmado en 2015 y restablecer las sanciones estadounidenses.
A pesar de presiones como las sanciones directas a individuos y entidades chinas, la actividad exportadora de Irán hacia China continúa prácticamente sin obstáculos. Ante este escenario, Beijing ha optado por operar en las sombras, sin reportar compras de crudo iraní desde 2023 según sus autoridades aduaneras, y declarando oficialmente que considera “ilegales” las sanciones unilaterales de Washington. Wall Street Journal señala que la reacción formal del Ministerio de Exteriores chino ante consultas sobre el sistema de pagos fue negar conocimiento alguno del acuerdo y subrayar el derecho internacional a la cooperación legítima entre países, postura similar a la adoptada por Rusia ante la reimposición de sanciones contra Irán por parte de Europa.
La estructura del acuerdo, de acuerdo con fuentes occidentales consultadas por Wall Street Journal, opera de la siguiente manera: una empresa bajo control iraní registra la venta de crudo a un comprador chino relacionado con la estatal Zhuhai Zhenrong, entidad incluida en la lista negra estadounidense. El comprador realiza depósitos mensuales de cientos de millones de dólares en cuentas gestionadas por Chuxin, que posteriormente transfiere estos fondos a los contratistas chinos encargados de las obras en Irán, cuyos riesgos financieros están cubiertos por Sinosure. El papel de Chuxin resulta enigmático, ya que no figura entre las cerca de 4.300 entidades bancarias reconocidas oficialmente en China.
Así funciona el esquema de pagos secreto de China para sortear sanciones y financiar infraestructura en Irán
La llegada del crudo iraní a costas chinas se disfraza mediante rutas enrevesadas: transferencias de barco a barco y mezclas con petróleo de otras procedencias diluyen el rastro, como explican expertos de la industria y funcionarios del gobierno estadounidense.
La infraestructura financiada bajo este modelo ha experimentado un auge notable a partir del acuerdo de asociación estratégica de 25 años firmado entre ambos países en 2021. Investigaciones de AidData, laboratorio universitario estadounidense, cifran en más de 25.000 millones de dólares los compromisos financieros de China en infraestructuras en Irán entre 2000 y 2023, participando Sinosure de forma directa en 16 de 54 acuerdos consignados. Brad Parks, director ejecutivo de AidData, sostuvo al citado medio que “cada acreedor y cada contratista debe operar bajo este paraguas”, describiendo un mecanismo análogo al que Sinosure emplea en Irak, donde la aseguradora respalda créditos chinos en proyectos a cambio de petróleo.
El presidente iraní, Masoud Pezeshkian, y el líder chino, Xi Jinping, se reunieron en Beijing el mes pasado (REUTERS/ARCHIVO)
El alcance de Sinosure refleja la magnitud del apoyo estatal: la compañía asegura haber respaldado más de 9 billones de dólares (nueve millones de millones) en actividades de comercio e inversión en todo el mundo hasta finales del año pasado. No obstante, Wall Street Journal no encontró documentación pública que enlace a Sinosure de manera directa con el esquema petróleo-por-obras en Irán.
Las sanciones estadounidenses han evitado hasta ahora atacar a grandes bancos chinos o a empresas involucradas en proyectos civiles en Irán. Además del trueque por infraestructuras, Irán logra recuperar parte de sus ingresos petroleros mediante la compra directa de bienes en China y la repatriación parcial de esos fondos, según funcionarios estadounidenses citados por Wall Street Journal. John K. Hurley, subsecretario del Tesoro para terrorismo e inteligencia financiera de Estados Unidos, declaró recientemente que “las entidades iraníes dependen de redes bancarias clandestinas para evadir sanciones y mover millones”, durante el anuncio de nuevas sanciones para individuos y entidades en Emiratos Árabes Unidos y Hong Kong, supuestamente implicados en el desvío de fondos vinculados a Irán.
Hasta el momento, ni Sinosure ni Chuxin han sido sancionadas por EEUU, y el Departamento del Tesoro declinó comentar la descripción de las actividades de estas entidades chinas, confirmó el Wall Street Journal.