Según la proyección del Banco Mundial, Bolivia vivirá tres años consecutivos de recesión. En ese marco, especialistas perfilan una agenda urgente que, para su ejecución, requiere acuerdos entre el futuro gobierno, la nueva Asamblea Legislativa y la sociedad civil.
Fuente: Sumando Voces
Yolanda Salazar
La crisis económica se perfila larga y profunda, tal como lo revela la última proyección del Banco Mundial, que ha previsto para Bolivia una recesión (decrecimiento en vez de crecimiento) para los próximos tres años.
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En ese marco, especialistas perfilan una agenda urgente que, para su ejecución, requiere acuerdos entre el futuro gobierno, la nueva Asamblea Legislativa y la sociedad civil. Esta agenda debería incluir, en principio, la escasez de combustibles, el tipo de cambio y la escasez de dólares, los precios de la canasta familiar y las oportunidades de trabajo, en un marco de diálogo, transparencia y compromiso para sacar al país de la crisis.
“Ya no más peleas”, señala el director del Centro para la Participación y el Desarrollo Humano Sostenible (Cepad), Carlos Hugo Molina, a su juicio, es momento de pensar en acuerdos, en consensos e incluso en reconciliación porque la población necesita certidumbre.
“Ya no queremos más peleas, ya no queremos más guerra sucia (…) todos vamos a exigirle a los parlamentarios, más allá del origen de su voto y su filiación partidaria ideológica, que se aprueben leyes que estamos necesitando, porque ya no podemos seguir viviendo en esto”, manifiesta Molina.
Es por eso que es necesario que se construya una agenda nacional con temas que pueden ser “difíciles” de abordar, pero que es importante hacerlo con “transparencia” y conociendo la verdadera “realidad del país” para que la crisis no se profundice en los próximos años, explica el analista de la fundación Jubileo, René Martínez.
“Está la responsabilidad por hacer lo que se tiene que hacer y es ir realizando políticas que nos lleven a retomar la estabilidad económica. Son políticas complicadas, complejas, pero eso es lo que el momento demanda, entonces esperemos también que el partido que gane la elección esté a la altura del desafío actual, es un desafío muy complicado desde el punto de vista político, pero tiene que afrontarlo”, enfatiza Martínez.
Según la proyección del Banco Mundial, Bolivia vivirá tres años consecutivos de recesión, registrando el 2025 un crecimiento de -0,5%; el 2026, de -1,1%; y 2027 de -1.5%.
Según el estudio Delphi de la Fundación Friedrich Ebert Bolivia (FES) , la crisis económica (87 %) es la mayor preocupación de los bolivianos, seguida de la debilidad del nuevo gobierno (26 %) y la ingobernabilidad poselectoral (23,6 %).
Temas urgentes
Algunos de los temas que los expertos indican como urgentes de abordar es la provisión de combustibles, ya que hace varios meses las largas filas para conseguir gasolina y diésel se han vuelto parte de la cotidianidad en el país. Por eso, gane quien gane el próximo 19 de octubre en el histórico balotaje, deberá ocuparse de esta situación lo antes posible, lo que incluye tomar una decisión sobre la subvención al precio.
Molina señala que la falta de combustible está afectando, por ejemplo, la siembra y la cosecha de varios productos, una situación que atañe la economía de los productores y de otros sectores que se dedican a producir y transportar alimentos en el país.
Por su parte, Martínez explica que hay varios “desajustes” en el gasto público, lo cual ha generado un “desequilibrio fiscal” por lo que es necesario bajar los gastos internos y externos, una situación que obliga a analizar la subvención de hidrocarburos, que a este punto es “insostenible”.
El actual Gobierno destinó para esta gestión unos 56 millones de dólares semanales para la subvención de hidrocarburos, tanto diésel como gasolina, para que se mantenga el precio.
Otro tema importante que se debe abordar es el “ingreso y salida de las divisas de dólares”. Martínez indica que es necesario hablar sobre el tipo de cambio oficial que está “congelado” y que está generando desequilibrio en la balanza comercial, ya que las importaciones especialmente de contrabando han aumentado. A esto también se suma la caída de las reservas internacionales (RIN), por lo que es importante abordar la escasez de dólares y la flexibilización del tipo de cambio, como también “reconstituir el sector exportador”.
El Banco Central de Bolivia presentó los datos de las RIN a septiembre de este año que alcanzaron a 3.275 millones de dólares, una cifra que aumentó respecto al último dato de diciembre del año pasado que llegó a los 1.298 millones de dólares, la cifra más baja reportada.
De la misma forma, Bolivia registró de enero a julio de este año un déficit comercial de 496 millones de dólares, según información del Instituto Boliviano de Comercio Exterior (IBCE). Las exportaciones llegaron a los 4.962 millones de dólares, mientras que las importaciones alcanzaron los 5.458 millones de dólares. Las ventas al exterior redujeron un 5 % respecto al mismo período del año pasado.
Molina añade que la escasez del dólar y la venta de esta divisa en el mercado informal a más del doble del cambio oficial ha “desvalorizado los sueldos” y que muchos deben tener más de un trabajo para poder subsistir, ya que los altos precios de los productos no van acordes con las ganancias de las familias.
También es necesario que los nuevos gobernantes tomen decisiones para que haya mayor oportunidad de trabajo en el país, según Molina, ya que la informalidad cada vez crece más por la falta de laburos.
Martínez añade que es importante que haya seguridad jurídica para el productor nacional, ya sea pequeño, mediano o grande, para fomentar la formalización y la economía productiva y así impulsar la producción boliviana sin tantos pesos tributarios que inducen a la informalidad.
Madurez política
Ambos expertos enfatizan que es primordial abordar estos temas con la “madurez política” y la mayor transparencia posible para que Bolivia salga de la crisis. Es un trabajo complejo y los resultados se verán a mediano o largo plazo, pero son necesarios para que esta situación no ahogue más al país.
“Aquí no hay una varita mágica, es difícil abordar esto y no es de la noche a la mañana que se va a resolver, de ninguna manera, son problemas, desajustes estructurales que está dejando el gobierno saliente, que son muy complicados y son temas que se van a resolver del mediano plazo para adelante”, recalca Martínez.
Molina indica que es momento de que haya acuerdos en el ejecutivo, el legislativo y también desde la sociedad civil para que en democracia haya consensos para sacar a Bolivia de la crisis.
“Necesitamos que se pongan de acuerdo. La hipótesis de que no se pongan de acuerdo en un escenario de crisis como la que estamos viviendo en este momento no puede ser considerada”, señala Molina.
Otras agendas importantes
Varios sectores tienen sus propias agendas con los temas importantes, por ejemplo, desde la sociedad civil, la Plataforma por la Transparencia y la Honestidad, que aglutina a más de 60 organizaciones, identificó cuatro ejes como centrales: la crisis económica, la crisis de institucionalidad, la crisis ambiental y la deuda social.
De la misma forma, las nuevas mujeres parlamentarias se reunieron para construir una agenda de trabajo que comprende temas de derechos humanos, democracia paritaria e igualdad de género.
El país enfrenta una encrucijada: acuerdo o más crisis. La construcción de una agenda nacional común, transparente y realista será la única hoja de ruta capaz de devolver certidumbre y estabilidad teniendo en cuenta todos los sectores.