El presidente de la Federación de Empresarios Privados de Santa Cruz alertó que la caída del PIB en -2,4% confirma el ingreso del país a una recesión. Asegura que la crisis se agravó por la falta de dólares, el desabastecimiento de combustibles y decisiones políticas que frenaron al sector productivo.
Fuente: eldeber.com.bo
Bolivia entró oficialmente en recesión. La economía se contrajo en -2,4% y para el presidente de la Federación de Empresarios Privados de Santa Cruz (Fepsc), Óscar Mario Justiniano, el país enfrenta “una crisis profunda, resultado de decisiones políticas e ideológicas que se negaron a corregir cuando aún era posible hacerlo”. En el programa Dinero de EL DEBER Radio, el líder empresarial sostuvo que este escenario es consecuencia directa de la falta de divisas, la intermitencia en el abastecimiento de combustibles y las restricciones a las exportaciones, que paralizaron las cadenas productivas.
“No es que la economía cayó, estamos en decrecimiento. La falta de dólares ha generado escasez de combustibles y eso afectó desde la producción hasta el transporte y las exportaciones. Todos los sectores lo están sintiendo”, afirmó.
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Una recesión anunciada
Justiniano recordó que, desde hace más de un año, los análisis del Cebec y de instituciones empresariales advertían la desaceleración económica. Sin embargo, dijo, que el Gobierno “ignoró las alertas” y priorizó la ideología sobre las medidas técnicas. “En economía no hay misterio: si no se toman las medidas correctivas, el desenlace es inevitable. Hoy estamos viendo ese resultado”, lamentó.
El dirigente advirtió que la recesión reducirá el empleo formal y golpeará con más fuerza a los sectores productivos y de servicios. “Cada familia boliviana siente que lo que gana ya no alcanza. Aumentar los ingresos no sirve si la inflación crece al mismo ritmo. Es como correr en una rueda sin llegar a la meta”, graficó.
Falta de divisas y parálisis productiva
El titular de los empresarios cruceños remarcó que la escasez de dólares es el origen del actual congelamiento económico. La falta de divisas ha encarecido las importaciones, afectando al agro, la industria y el comercio. “Sin combustible y sin dólares, no se puede producir. El sector forestal, por ejemplo, cayó más del 50% en exportaciones, no porque no haya madera, sino porque no había diésel para operar en el momento oportuno”, explicó.
También criticó los cupos y restricciones a las exportaciones de carne, soya y derivados. “Más de 100 días se paralizó la exportación de carne. Eso acelera la recesión. El Estado se volvió una tranca para el que produce”, sentenció.
“Se necesitaba acudir al FMI”
Justiniano reveló que el sector privado propuso al Gobierno recurrir al Fondo Monetario Internacional (FMI) y otros organismos multilaterales para reordenar las cuentas fiscales y reactivar la economía. “Era necesario dejar la ideología de lado y acudir al FMI. No es el único ente, pero es la llave que abre la puerta para acceder a financiamiento del BID, Banco Mundial o la CAF”, explicó.
A su juicio, el país debe buscar créditos a largo plazo, con años de gracia, que permitan invertir en sectores productivos y no seguir llenando huecos. “Bolivia está como una empresa sin liquidez: necesita financiamiento responsable y sostenido para reactivar su economía”.
Menos empleo y más informalidad
El líder empresarial advirtió que la recesión ya se traduce en pérdida de empleos y caída en la actividad de la construcción, el comercio y el transporte. “Sí o sí va a haber menos empleo. Y eso afecta sobre todo al 15% que aún es formal en Bolivia. El resto —el 80% de la economía informal— también sufre, porque no hay circulante ni demanda”, señaló.
Justiniano cuestionó que durante 20 años el Estado haya “perseguido” al sector formal en lugar de incentivar la formalización. “No es negocio ser formal. Se necesita una reforma tributaria y un Estado que apoye, no que castigue al que produce”.
“No hay soluciones mágicas”
De cara a la segunda vuelta electoral, Justiniano insistió en que cualquiera sea el próximo gobierno deberá asumir decisiones difíciles. “Lo primero es conseguir dólares, eliminar las trabas a las exportaciones y garantizar combustible. El agro y la industria pueden reactivarse rápido si se les quita el peso del Estado encima”, aseguró.
Cerró con una advertencia directa: “El futuro gobierno heredará una mochila extremadamente pesada. No hay que vender falsas esperanzas. No existe el conejo del sombrero en economía. Lo que hay que cuidar ahora es la reacción social, porque las medidas necesarias van a doler. Pero son inevitables si queremos salir de la recesión”.