El análisis de un experto explica la inquietud de Putin ante la posibilidad de que la resistencia ucraniana cuente con armamento letal de largo alcance provisto por Estados Unidos. Este viernes se reúnen Trump y Zelensky en Washington, pero Putin quiere hablar antes
Un experto analiza qué supondría para Ucrania recibir misiles Tomahawk: «Los rusos tendrían de qué preocuparse»
(Con información de Reuters)
Fuente: infobae.com
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Mientras el presidente ucraniano Volodimir Zelensky se prepara para reunirse con su homólogo estadounidense Donald Trump en la Casa Blanca, la posibilidad de que Washington suministre misiles de crucero Tomahawk a Kiev ha generado un intenso debate sobre el potencial impacto de estas armas en el conflicto que ya supera los tres años. Y crece la preocupación de Rusia, cuyo líder Vladimir Putin ha mostrado interés en dialogar con la Casa Blanca antes de que lo haga el mandatario ucraniano.
Matthew Savill, director de Ciencias Militares del Royal United Services Institute, advierte que aunque los misiles no serían un “arma milagrosa”, los rusos “tendrían sin duda algo de qué preocuparse” si estas armas llegaran realmente a manos ucranianas.
Un arma de alcance y precisión excepcionales
Cómo son los misiles Tomahawk que EEUU evalúa suministrar a Ucrania
El Tomahawk es un misil de crucero de ataque terrestre desarrollado por Estados Unidos a lo largo de varias décadas. Normalmente se lanza desde barcos o submarinos, aunque existen variantes que pueden dispararse desde lanzadores terrestres. La propuesta implicaría proporcionar estos misiles junto con un lanzador para permitir que Ucrania ataque en profundidad territorio ruso y, potencialmente, alcance objetivos militares, energéticos u otros elementos críticos del complejo militar-industrial ruso.
FOTO DE ARCHIVO: Un misil de ataque terrestre Tomahawk (TLAM) es lanzado desde el crucero de misiles guiados USS Cape St. George, arch 23, 2003. REUTERS/U.S. Navy/Intelligence Specialist 1st Class Kenneth Moll/File Photo/File Photo
Las ventajas que aporta un Tomahawk son considerables. Según explicó Savill a Reuters, las diferentes variantes pueden tener un alcance de entre 800 y 1.500 millas (1.200 y 2.400 kilómetros). Aunque no tienen una ojiva enorme, son potentes y pueden atacar objetivos blindados. Pero lo más importante es su precisión excepcional: cuentan con una variedad de sistemas de guía que les permiten alcanzar una parte específica de un objetivo con una precisión de uno o dos metros.
Estos parámetros contrastan significativamente con el arsenal actual de Ucrania. El misil de crucero Tomahawk puede alcanzar objetivos a una distancia de 1.600 kilómetros, superando ampliamente el alcance del ATACMS estadounidense, que llega hasta 305 kilómetros, o los Storm Shadow europeos, con un rango de 250 kilómetros.
Reto para las defensas rusas
Los misiles Tomahawk supondrán «un reto que las defensas aéreas rusas tendrán que tener en cuenta”, según el experto.
Sin embargo, Savill advierte contra el optimismo excesivo. Los rusos se han enfrentado a retos similares y se han adaptado lentamente con el tiempo. Cuando se proporcionaron sistemas de lanzamiento múltiple de cohetes guiados para el campo de batalla dentro de Ucrania, los cuarteles generales y puntos de suministro rusos sufrieron graves daños, pero entonces comenzaron a retirarlos fuera del alcance.
Cuando llegaron los Storm Shadow y los Scalp, fueron muy precisos y devastadores, pero los rusos se adaptaron con el tiempo reforzando sus defensas y estableciendo sistemas más extensos. Eso no ha impedido que esos misiles pasen, pero significa que los ucranianos tienen que ser más astutos en su uso, utilizando más señuelos y otras tácticas.
“Un Tomahawk no es un arma milagrosa”, enfatizó Savill. “Es poco probable que se suministre en cantidades que transformen radicalmente la guerra. Pero supondrá un reto que las defensas aéreas rusas tendrán que tener en cuenta”.
El experto señaló que los ucranianos probablemente aumentarían sus ataques combinando el uso de Tomahawks con sus propios drones y misiles de crucero, ampliando así la amenaza a la que tienen que hacer frente los rusos.
Cambio significativo en la posición estadounidense
El hecho que Trump evalúe enviar los misiles demuestra su frustración ante la negativa de Putin a acordar un alto el fuego desde que recibió al líder ruso en una cumbre en Alaska en agosto. (REUTERS/Kevin Lamarque/archivo)
El presidente ruso Vladimir Putin ya ha advertido que la decisión de Estados Unidos de suministrar misiles Tomahawk a Ucrania provocaría una nueva escalada importante con Washington, aunque afirmó que no cambiaría la situación en el campo de batalla. Putin sostuvo que Rusia simplemente derribaría los misiles y mejoraría su propia defensa aérea.
Savill se mostró “un poco escéptico” sobre si los Tomahawks aparecerán finalmente. Si lo hacen, advierte, no van a ganar la guerra. Pero los ucranianos podrán utilizarlos para causar graves daños. Lo más significativo, según el analista, sería el cambio que representaría en la posición estadounidense, ya que Washington tendría que proporcionar tanta inteligencia y datos que estaría apoyando directamente el uso de estas armas.
Trump ha denegado en el pasado las solicitudes de Ucrania para utilizar misiles de largo alcance, pero se ha frustrado por la negativa del presidente ruso a alcanzar un acuerdo de paz. Aunque no ha tomado una decisión definitiva, el hecho de que ahora esté sopesando esa medida demuestra su frustración ante la negativa de Putin a acordar un alto el fuego desde que recibió al líder ruso en una cumbre en Alaska en agosto.
Mientras, desde Moscú se observa el debate con escepticismo. Dmitrij Suslov, vicedirector del Centro de Estudios Europeos e Internacionales de la Escuela Superior de Economía y asesor escuchado por el Kremlin en política exterior, declaró al Corriere della Sera que “sobre los Tomahawk a Ucrania, Donald Trump está bluffeando”.
Respuesta a la intensificación de ataques rusos
Un incendio en un edificio residencial tras un ataque ruso en Nizhyn, en la región ucraniana de Chernihiv. Rusia disparó más de 300 aviones no tripulados y 37 misiles contra el país durante la noche, dejando a ocho regiones sin electricidad. (Servicios de Emergencia de Ucrania vía AP)
Desde la perspectiva ucraniana, argumenta Savill, el suministro de Tomahawks sería una respuesta al aumento de los ataques aéreos rusos. Actualmente se observan cientos de drones Geran-2, que son misiles de crucero copiados de los Shahed iraníes. Rusia ha lanzado continuos ataques con misiles balísticos y de crucero contra objetivos militares y civiles ucranianos.
En el bombardeo más reciente del jueves, Zelensky afirmó que Rusia disparó más de 300 aviones no tripulados y 37 misiles contra el país durante la noche, dejando a ocho regiones sin electricidad. Moscú continúa su estrategia de atacar infraestructuras energéticas ante la llegada del invierno, una táctica que las autoridades ucranianas denominan “convertir el invierno en un arma”.
“Creo que, si eres ucraniano, todo esto es justo y, en el mejor de los casos, sería una especie de indicación de que Estados Unidos no va a desvincularse por completo”, señala Savill.
Implicaciones para la OTAN y Europa
Un misil de ataque terrestre Tomahawk de imitación se ve a bordo del HMS Artful de la Marina Real británica. (REUTERS/Phil Noble/Foto de archivo)
El analista británico considera que si Estados Unidos proporciona estas armas, habrá muchos dentro de la OTAN y Europa que lo encontrarán alentador, porque representaría un cambio de tendencia en la retirada retórica de Estados Unidos de este conflicto y de la seguridad europea.
Sería una contribución importante que va en contra de algunas de las formas en que el presidente Trump ha estado hablando de apoyar a Ucrania. Aunque ha puesto a disposición de los países europeos más equipo militar estadounidense para que se lo entreguen a Ucrania, una donación como esta sería el primer apoyo militar importante acordado directamente por la administración Trump, a diferencia de la entrega de armas previamente aprobadas por la administración Biden.
El secretario de Defensa Pete Hegseth advirtió el miércoles en Bruselas que si el Kremlin no cede en sus objeciones y se niega a negociar un acuerdo de paz, Estados Unidos “tomará las medidas necesarias para imponer costos a Rusia por su continua agresión”.