Bolivia enfrenta el crecimiento económico más bajo de Sudamérica


El Gobierno calculaba un crecimiento del 3,51%, una meta que los informes lo muestran como inalcanzable ante el deterioro productivo, la falta de divisas, la escasez de combustibles y la inflación creciente

Bolivia enfrenta el crecimiento económico más bajo de Sudamérica
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Fuente: El País.bo



Bolivia atraviesa uno de los panoramas económicos más delicados de la última década. En su más reciente informe de Perspectivas Económicas, la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) redujo nuevamente su proyección de crecimiento para el país, estimando que el Producto Interno Bruto (PIB) apenas crecerá un 1% en 2025, la cifra más baja de toda Sudamérica. Y el informe del Fondo Monetario Internacional (FMI) tampoco es alentador.

La proyección contrasta con la estimación del Gobierno boliviano, que calculaba un crecimiento del 3,51%, una meta que los analistas califican como inalcanzable ante el deterioro productivo, la falta de divisas, la escasez de combustibles y la inflación creciente.

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“El crecimiento del PIB se verá limitado por la falta de dólares, la escasez de carburantes y un contexto político y social cada vez más tenso”, señala la Cepal en su informe.

El organismo también advirtió que para 2026 la situación podría empeorar, con un crecimiento proyectado del 0,5%, lo que colocaría a Bolivia entre las economías más rezagadas de América Latina, solo por encima de países con crisis estructurales como Haití o Cuba.

El crecimiento más bajo de la región

Con el 1% proyectado para 2025, Bolivia ocupa el último lugar de Sudamérica en desempeño económico. Países como Venezuela (6%), Paraguay (4,5%) y Argentina (4,3%) liderarán el crecimiento regional, seguidos por Panamá, Costa Rica y Guatemala, que registrarán tasas superiores al 3%.

En cambio, la economía boliviana apenas supera a naciones con severas crisis sociales o institucionales como México (0,6%), Cuba (-1,5%) y Haití (-2,3%).

Para la Cepal, esta desaceleración responde a factores internos —como la caída en la producción hidrocarburífera y la falta de políticas de reactivación— y externos, entre ellos los menores precios internacionales de las materias primas y la contracción de la demanda global.

El FMI advierte inflación

El FMI también presentó un panorama poco alentador para el país en su reporte Perspectivas Económicas Mundiales, donde afirma que la economía global “sigue siendo volátil” y que los impulsos temporales de crecimiento del primer semestre de 2025 “se están desvaneciendo”.

En el caso de Bolivia, el FMI proyecta un crecimiento del 0,6% para 2025, el segundo más bajo de América Latina y el Caribe, solo por encima de Venezuela (0,5%). La región, en promedio, crecerá 2,4%, lo que refleja el rezago del país frente a sus vecinos.

Más preocupante aún es la inflación, que el FMI estima alcanzará el 20,8% en 2025, con una posible escalada hasta el 26,2% a fin de año, lo que convertiría a Bolivia en la cuarta economía más inflacionaria del continente, solo detrás de Venezuela, Argentina y Haití.

El organismo también prevé un déficit en cuenta corriente del -3,4% del PIB y una leve subida en el desempleo, que pasaría del 5% en 2024 al 5,1% en 2025. Sin embargo, no ofrece proyecciones a mediano plazo (2026-2030) como lo hace con otros países, algo que analistas interpretan como una señal de incertidumbre sobre la estabilidad económica nacional.

Romero: Hay recesión

El economista Luis Fernando Romero Torrejón, analizó las proyecciones internacionales y advirtió que Bolivia ya se encuentra técnicamente en recesión.

Refirió que la Cepal ha sido la más optimista y el Banco Mundial la más pesimista, pero también la más realista. Explicó que la proyección del Gobierno del 3,5% es imposible de alcanzar, sobre todo con una economía de baja producción nacional, limitada por la falta de carburantes, la escasez de dólares y una inflación elevada.

Romero recordó que el PIB boliviano decreció un 1,12% en 2024, y que durante el primer semestre de 2025 se contrajo un 2,4%, según datos oficiales del Instituto Nacional de Estadística (INE).

“Si los principales organismos internacionales hubiesen tenido esta información, la rebaja de nuestras tasas de crecimiento proyectadas para esta gestión y años posteriores serian más reducidas. Para el nuevo gobierno será un gran reto estabilizar la economía, sacar al país de la crisis y evitar que esta recesión se agudice y se profundice más tiempo”, indicó.

Los informes de la Cepal y del FMI coinciden en que Bolivia enfrenta un agotamiento de su modelo económico, sostenido por las rentas de los hidrocarburos y un gasto público expansivo que ya no puede mantenerse sin mayores ingresos externos o inversión privada.

El reto del nuevo gobierno

El presidente electo Rodrigo Paz asumirá el mando en noviembre con el desafío de reencauzar la economía, garantizar el abastecimiento de combustibles y recuperar la confianza del sector privado.

La magnitud del ajuste que deberá enfrentar su gobierno dependerá de las decisiones que se adopten en los próximos meses: renegociación de la deuda, reordenamiento fiscal, estímulos productivos y medidas de control inflacionario

Sin embargo, Paz ya ha buscado acercamiento con los diferentes sectores productivos del país con el objetivo de trazar acciones que permitan al país superar esta crisis.

Fuente: El País.bo