“Bienaventurados los que trabajan por la paz”, proclamó el pontífice durante el rezo dominical del Ángelus
Fuente: Infobae
El papa León XIV animó a rezar “incesantemente” por la paz y recordó el sufrimiento y la esperanza de niños y ancianos en zonas de conflicto, durante el rezo del Ángelus dominical desde la ventana del Palacio Apostólico.
“Prosigue incesantemente nuestra oración por la paz, particularmente con el rezo comunitario del santo rosario. Contemplando los misterios de Cristo junto a la Virgen María, hacemos nuestro el sufrimiento y la esperanza de los niños, madres, padres y ancianos víctimas de la guerra”, señaló ante miles de fieles reunidos en la Plaza de San Pedro.
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El pontífice estadounidense expresó su agradecimiento por “los muchos gestos de caridad evangélica, de cercanía concreta y de solidaridad” que surgen del rezo en estas circunstancias.
Concluyó reconociendo a quienes día a día, con confianza y perseverancia, mantienen el esfuerzo por buscar la concordia.
“Bienaventurados los que trabajan por la paz”, proclamó el Papa.
Asimismo, defendió este domingo su idea de una iglesia que escucha a todos sus miembros, “sin excluir a nadie” por encima de “diferencias de sexos o roles”, para superar sus “tensiones” y sus “contraposiciones ideológicas”.
“La regla suprema en la Iglesia es el amor. Nadie está llamado a mandar, todos lo son a servir; nadie debe imponer las propias ideas, todos deben escucharse recíprocamente; sin excluir a nadie, todos estamos llamados a participar; ninguno posee la verdad toda entera, todos la debemos buscar con humildad, y juntos”, sostuvo durante la misa del Jubileo en la basílica de San Pedro del Vaticano dedicada a los equipos sinodales.
La ‘sinodalidad’ es un proceso de participación en la iglesia que busca decidir sobre temas de calado y que fue institucionalizado tras el Concilio Vaticano II, en 1965, con la fundación del Sínodo, una asamblea de obispos que se reúne para acercar posturas.
Sin embargo, el papa Francisco decidió abrir el Sínodo por primera vez a laicos y mujeres con derecho a voto en las deliberaciones.
León XIV citó en dos ocasiones a su antecesor para defender que la vocación de la iglesia es “caminar juntos”, a pesar de las incomprensiones que en su historia derivaron en cismas o de los últimos pulsos entre reformistas y tradicionalistas en su seno.
“Hoy quisiera invitarlos a que, en la escucha del Espíritu, en el diálogo, en la fraternidad y en la parresia, nos ayuden a comprender que, en la Iglesia, antes de cualquier diferencia de sexos o de roles, estamos llamados a caminar juntos en busca de Dios, despojándonos del clericalismo y la vanagloria”, reclamó.
Esta actitud, apuntó, aliviará “las tensiones que atraviesan a la iglesia”, dividiéndola, dijo, “entre unidad y diversidad, tradición y novedad o autoridad y participación”, haciendo que “no se conviertan en contraposiciones ideológicas y polarizaciones dañinas”.
Precisamente ayer sábado, los defensores de la misa tradicional y tridentina en latín volvieron a celebrarla en el altar de la basílica de San Pedro después de tres años relegados a una capilla por las limitaciones de Francisco, muy criticado por los conservadores.
León XIV, consciente de los encontronazos de los últimos tiempos, urgió a acabar con las “facciones” que entorpecen la unidad del catolicismo, citando al obispo italiano Antonio Bello, en proceso de beatificación.
“Sobre ustedes, sobre todos nosotros, sobre la Iglesia extendida por el mundo, invoco la intercesión de la Virgen María (…) Ayúdala a superar las divisiones internas. Interviene cuando el demonio de la discordia serpentea en su seno. Apaga los focos de las facciones. Reconcilia las disputas mutuas. Atenúa sus rivalidades”, pidió.
Iglesia abierta
León XIV ha abogado por una iglesia “abierta” a las preguntas de la humanidad, aunque estas pongan “en crisis” sus enseñanzas, durante una audiencia con los peregrinos llegados este sábado a Roma por el Jubileo.
“¡Cuántas preguntas ponen en crisis nuestra enseñanza! Preguntas de los jóvenes, de los pobres, de las mujeres, de quienes han sido silenciados o condenados por ser diferentes de la mayoría. Estamos en un tiempo bendecido: ¡cuántas preguntas! La Iglesia se convierte en experta en humanidad si camina con la humanidad y lleva en su corazón el eco de sus preguntas“, alegó.
El pontífice estadounidense recibió este sábado en la Plaza de San Pedro a miles de peregrinos llegados a Roma por el Año Santo, entre los cuales pasó a bordo del papamóvil, aunque haciéndose esperar, pues apareció con unos veinte minutos de retraso.
En su discurso, habló del teólogo Nicolás de Cusa y de su tiempo, el “agitado” siglo XV, una época “en la que la cristiandad se sentía amenazada desde fuera”, marcada también por las divisiones internas, así como por las guerras y las cruzadas.
“Muchos de sus contemporáneos vivían con miedo; otros se armaban preparando nuevas cruzadas. Nicolás, en cambio, eligió desde joven frecuentar a quienes tenían esperanza (…) Creía en la humanidad. Comprendía que hay opuestos que deben mantenerse unidos”, refirió.
Por eso, León XIV recordó que la iglesia “no tiene respuestas para todas las preguntas” pero defendió la necesidad de componer “un pueblo en el que los opuestos se componen en la unidad”.
(con información de EFE)
Fuente: Infobae