Por otro lado, los ejecutores del patrimonio de Jackson alegan que Cascio intenta “extorsionarlos”.
Por Ester Palomino

Fuente: Infobae
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La disputa legal entre Frank Cascio, uno de los amigos más cercanos de Michael Jackson durante décadas, y los ejecutores del patrimonio del cantante ha escalado con nuevas acusaciones que vuelven a poner en el centro de la discusión el legado del artista y las denuncias históricas de abuso sexual infantil.
Según documentos judiciales citados en exclusiva por Us Weekly, Cascio acusa a los administradores de la herencia de Jackson, John Branca y John McClain, de llevar adelante un intento deliberado de “difamarlo y silenciarlo” tras haberlo señalado previamente por un supuesto intento de extorsión millonaria.
Frank Cascio y su familia conocieron a Michael Jackson desde principios de los años 80. Él se convirtió en uno de los jóvenes más cercanos al cantante, especialmente durante los años 90 y 2000.
Ya adulto, trabajó como asistente personal de Jackson desde 1999 y lo acompañó en diferentes momentos profesionales y personales. Tras el fallecimiento del intérprete en 2009, publicó un libro en 2011, My Friend Michael: An Ordinary Friendship with an Extraordinary Man, descrito por los ejecutores como un tributo de “más de 300 páginas” que “honra y defiende” al cantante.

De confidente a denunciante
Durante años, Cascio negó públicamente haber visto a Jackson cometer algún tipo de abuso. Esta postura cambió tras el estreno del documental Leaving Neverland en 2019, en el que Wade Robson y James Safechuck denunciaron abuso infantil por parte del artista.
De acuerdo con los documentos de Us Weekly, tras ver el documental, Cascio y miembros de su familia “compartieron experiencias de su supuesto abuso por primera vez” y acusaron al patrimonio de Jackson de haber aprovechado esa vulnerabilidad para orquestar un acuerdo confidencial con el objetivo de “silenciarlos”.
Ese acuerdo fue presentado como un contrato de “life rights”, pero la defensa de Cascio sostiene que estaba diseñado para “encubrir” y desactivar cualquier posible futura acusación.
Según el abogado Mark Geragos: “California ha dejado claro que las cláusulas de confidencialidad y no divulgación diseñadas para ocultar los abusos sexuales son ilegales y contrarias al orden público”.

El letrado argumenta que las cláusulas impuestas frenaban que Cascio y su familia “hablaran públicamente sobre sus experiencias con Michael Jackson”.
El patrimonio acusa una extorsión millonaria
La otra versión es contundente. Branca y McClain sostienen que Cascio cambió su discurso por razones económicas.
De acuerdo con la demanda citada por Us Weekly, tras recibir pagos durante cinco años como parte del acuerdo de 2020, el entorno legal de Cascio habría exigido 213 millones de dólares o presentaría denuncias “totalmente contrarias a sus proclamaciones previas de inocencia”.
Los ejecutores lo calificaron como “un intento de extorsión civil”.
Tras la negativa del patrimonio, Cascio habría reducido su exigencia a 44 millones una vez que Geragos asumió su representación legal.

La defensa del patrimonio argumenta que todo debe resolverse en arbitraje, tal como habría sido pactado en el acuerdo de 2020.
En la orilla opuesta, los Cascio afirman que Michael Jackson los sometió a una “manipulación emocional deliberada” desde la infancia, afirmando que se los hizo sentir “únicos” para asegurar su lealtad y silencio.
Según la documentación citada por Us Weekly, dicho contacto abusivo se habría producido a lo largo de décadas y en diferentes instancias. La acusación sostiene que el artista habría aislado a los Cascio “haciéndoles sentir en deuda con él, y alejándolos de cualquier fuente de protección”.
La denuncia sostiene que el patrimonio de Jackson ha continuado esa dinámica al tratar de evitar que se cuestionara la imagen pública del artista.
Geragos argumenta que la acusación de extorsión en contra de su patrocinado “es un claro ejemplo de desviar la atención de la propia conducta indebida de los ejecutores, y de presentar como ilícitos estos esfuerzos legítimos por exigir responsabilidades”.