Factos para ir al cine en noche de brujas


 

El cine de terror vive un gran momento. Este auge no solo ha revitalizado las salas y la taquilla, sino que también ha impulsado al género a explorar nuevos terrenos: sagas exitosas como El conjuro o Scream, y actores de renombre que antes huían del terror, hoy protagonizan sus historias más oscuras.



 

Teléfono negro 2, esta vez la llamada no fue tan impactante  

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Cuando vimos por primera vez El teléfono negro (2022) quedamos fascinados por el equipazo que habían armado el Director Scott Derrickson, Jason Blum (El capo de la productora de cine de horror Blumhouse) un impresionante Etha Hawke y el carismático Mason Thames. Además la película tenía un buen pedigree: Estaba basada en un relato corto del 2005 de autoría de Joe Hill, hijo de su majestad y rey del terror Stephen King

 

El éxito fue enorme. Hawke como «The Grabber» nos dio un villano espectacular con una de las mejores máscaras de los últimos años. La película mezclaba una historia sobre abusos, un asesino en serie y miedo sobrenatural. Se caía de madura la posibilidad de una continuación y es así que se ha estrenado recientemente Teléfono negro 2 (2025)

 

¿De qué va Teléfono negro 2?. Es octubre de 1982 y han pasado cuatro años después de que Finney (Thames) matara The Grabber. Gwen, hermana menor de Finney comienza a tener sueños en los que ve asesinatos que ocurrieron en un campamento invernal para adolescentes en Alpine Lake en 1957. Esta parte del guion, hay que decirlo, se siente algo forzada. Aun así, los hermanos se lanzan a investigar los crímenes en medio del gélido paisaje de Alpine Lake.

 

Los asesinatos son todo lo sanguinario y crueles que se pudiese esperar y se repite la trama de las víctimas contactando con Gwen y Finney en una conexión igual de perturbadora que en la primera película.

 

La película tiene un par de momentos espeluznantes como todo lo que sucede en el lago congelado, pero, y siento decirlo, no está a la altura de la primera parte. Teléfono negro 2 mantiene parte de la esencia de una muy buena idea que, tristemente, no ha tenido tan buen “llamado” como la primera.

 

 

¡Good boy, eres la estrella Firulais!

 

¿Cuál es la máxima muestra de amor que un director de cine puede tener por su compañero de cuatro patas? Pues convertirlo en una estrella. Esto hizo el director Ben Leonberg en su ópera prima Good Boy (Buen chico 2025). El hecho de que haya tardado 3 años en convertir a Indy, un carismático Labrador, en un gran actor ya de por sí es anecdótico.

 

Good boy es un ejemplo de la búsqueda de nuevas formas de llevar el miedo a la pantalla grande. La premisa es simple: Cómo reaccionaría tu perro frente a una amenaza sobrenatural que quiere hacerte daño. La película consigue esta tensión haciéndonos conectar con la travesía emocional de Indy. El director Leonberg lo define muy claramente:  “Good Boy es una historia sobre la lealtad y el sacrificio, sobre lo que significa seguir luchando incluso cuando no entiendes contra qué”.

 

Uno de los grandes aciertos de la película es que está filmada desde el punto de vista de Indy de forma tan certera que muchas veces ni vemos los rostros de los escasos actores bípedos de la película. Otro punto a su favor es su austeridad con el tiempo: Todo se resuelve en 72 minutos que no tienen desperdicio.

 

En resumen Good Boy es una cachetada de frescura a un género que necesita nutrirse de nuevas historias y protagonistas y si, me uno al pedido, ¡Óscar para Indy!!

 

Roberto Marcelo Vera