Además, la organización advirtió que los constantes ataques rusos contra la infraestructura energética podrían desencadenar una severa crisis humanitaria durante el invierno.

Fuente: Infobae
La vida cotidiana en las zonas cercanas al frente en Ucrania se ha convertido en una batalla por la supervivencia, advirtió este viernes la ONU, señalando que los constantes ataques rusos contra la infraestructura energética amenazan con desencadenar una severa crisis humanitaria durante el invierno.
Matthias Schmale, coordinador humanitario de la ONU en Ucrania, describió un escenario cada vez más devastador para la población civil al aproximarse el cuarto invierno desde la invasión rusa a gran escala iniciada en febrero de 2022. Según Schmale, 2025 ha sido aún más letal para los civiles que el año anterior, registrando un aumento del 30% en las víctimas. Además, informó que un tercio de las muertes y heridas de civiles este año ha sido causado por ataques con drones. “Esta se está convirtiendo cada vez más en una guerra tecnológica, una guerra de drones”, señaló desde Ginebra.
Según la ONU, las víctimas civiles de un ataque el jueves incluyeron a una niña de siete años que murió en el hospital tras un bombardeo en la región central de Vinnytsia. A comienzos de esta semana, otro ataque dañó gravemente un hospital infantil en la ciudad de Jersón, dejando heridos a un menor y a trabajadores de la salud. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), entre enero y octubre de 2025 se han registrado 364 ataques contra instalaciones sanitarias en Ucrania.
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El deterioro en las zonas de combate ha obligado a más de 57.000 personas a abandonar sus hogares y buscar refugio en centros de tránsito. Los mercados locales, antes fuente vital de abastecimiento, están volviéndose “cada vez más disfuncionales”, lo que profundiza la escasez de bienes esenciales.
“Más allá del terror de las sirenas y los ataques, esto se ha convertido en una lucha diaria por sobrevivir”, lamentó Schmale.

El funcionario expresó especial preocupación por los habitantes de ciudades en la línea del frente, quienes se preparan para enfrentar otro invierno potencialmente sin calefacción, agua ni electricidad, debido a los ataques rusos contra instalaciones civiles de energía. “Destruir la capacidad de generar y distribuir energía justo al comenzar el invierno afecta directamente a la población civil y constituye una forma de terror”, afirmó.
El plan de respuesta invernal de la ONU busca asistir a más de 1,7 millones de personas mediante calefacción, refugios y ayuda económica. No obstante, este programa solo está financiado al 50%, lo que aumenta el riesgo de que, si las reparaciones no logran superar la destrucción, estalle una crisis humanitaria masiva. “No hay manera de que, con los recursos disponibles, podamos enfrentar una emergencia grave dentro de otra emergencia”, advirtió.
Pese a los intentos del presidente estadounidense Donald Trump por impulsar conversaciones de paz, el presidente ruso Vladimir Putin ha rechazado reiteradamente los llamados a un alto el fuego. La ONU prevé que la guerra continúe al menos hasta 2026.
“Sobre el terreno, no hay ninguna sensación de que esto vaya a terminar pronto”, dijo Schmale. Si bien destacó la fortaleza de la población ucraniana, el funcionario insistió en que no es una situación para glorificar: “No romantizamos la resiliencia”. Además, alertó sobre el impacto psicológico a largo plazo: “El daño a la salud mental es profundo y podría afectar a Ucrania durante una generación, si no más”.
(Con información de AFP)