El magnate habló sobre sus posibles efectos si impactara con la Tierra, mientras un reconocido astrofísico plantea que podría tratarse de un artefacto tecnológico.

Fuente: https://elcomercio.pe
El empresario habló sobre 3I/ATLAS en el podcast Joe Rogan Experience el 31 de octubre de 2025, justo un día después de que el cometa pasara por su punto más cercano al Sol, a unas 130 millones de millas (210 millones de kilómetros) de distancia, según datos de la NASA.
Durante la charla, el tema captó rápidamente la atención de los oyentes por una teoría que podría cambiar la forma en que entendemos estos objetos.
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Elon Musk explicó qué ocurriría si un cuerpo de ese tamaño impactara contra el planeta. (Foto de Allison
Joe Rogan mencionó la posibilidad de que 3I/ATLAS no sea un objeto natural, debido a que estaría compuesto principalmente de níquel. Musk aclaró que este elemento químico es común en cometas y asteroides, pero añadió que, si el cuerpo estuviera formado enteramente por níquel, podría tratarse de “una nave espacial pesada”.
Hasta ahora, los expertos de la NASA no han podido calcular con precisión el tamaño del cometa, aunque estiman que su diámetro oscila entre 1.444 pies (440 metros) y 3,5 millas (5,6 kilómetros). Algunos comparan sus dimensiones con Manhattan, ya que el punto más ancho de la isla mide aproximadamente 2,3 millas (3,7 kilómetros).
Al hablar sobre el posible impacto de un cuerpo de ese tamaño, Musk fue contundente: si un objeto así chocara contra la Tierra, “sería como arrasar con un continente entero. O peor”.

Luego, cuando Rogan le planteó que un evento de tal magnitud podría acabar con la vida humana, el fundador de SpaceX respondió que todo dependería de la masa total de 3I/ATLAS.
El magnate recordó que los registros fósiles muestran al menos cinco grandes eventos de extinción provocados por impactos cósmicos; sin embargo, destacó que esos casos documentan solo los episodios que generaron extinciones masivas, no los que pudieron “destruir un continente entero”. Por eso, Musk considera posible que la Tierra haya enfrentado múltiples colisiones de esa magnitud a lo largo de su historia.
Por su parte, el físico teórico Avi Loeb comentó en un artículo publicado en el portal Medium que el 3I/ATLAS presenta una aceleración no gravitacional, según datos de la NASA.

Loeb explicó que este comportamiento podría deberse a la eyección de gas, como ocurre con un cohete, o bien a una señal tecnológica de un motor interno, lo que reforzaría la idea de que no estamos ante un cometa ordinario.
Aun así, la NASA mantiene que el objeto viaja a 37 mil millas por hora (221 mil kilómetros por hora) y que su paso, a 170 millones de millas (270 millones de kilómetros) de la Tierra, no implica ningún riesgo.
Se espera que el cometa vuelva a ser visible desde telescopios terrestres a inicios de diciembre de 2025, una oportunidad única para seguir resolviendo sus misterios.
Avi Loeb no descarta que el 3I/ATLAS sea “mucho más” que un simple cometa
Las afirmaciones de Avi Loeb, sobre un posible origen artificial del cometa interestelar 3I/ATLAS, no son nuevas. Desde hace varios meses, el astrofísico sostiene que el cuerpo celeste podría ser “mucho más” que un cometa común.
Según el experto, el comportamiento del objeto no coincide con ningún cuerpo natural observado hasta ahora en el espacio, lo que abre la posibilidad de que tenga un origen tecnológico.
Mediante su blog, Loeb reportó que el 3I/ATLAS está expulsando una aleación de níquel puro sin rastros de hierro, un material que no se encuentra de forma natural en cometas de nuestro sistema solar. Este metal se utiliza en la industria moderna para la fabricación de componentes de alta tecnología, lo que levantó sospechas sobre su procedencia.
Además, el objeto mostró un fenómeno conocido como “anti-cola”, un chorro de partículas que, en lugar de alejarse del Sol como en cualquier cometa, apunta directamente hacia él.
Loeb afirma que este comportamiento podría tratarse de una especie de mecanismo de propulsión o maniobra controlada.
Otro dato que alimenta el misterio es su trayectoria hiperbólica. A diferencia de los cometas tradicionales, que orbitan alrededor del Sol, 3I/ATLAS viene desde el espacio interestelar y abandonará el sistema solar para no regresar jamás.
Lo anterior indica que el cuerpo celeste no forma parte de nuestro vecindario cósmico y podría ser un visitante artificial “enviado” desde otra civilización.
Para el experto, ignorar las anomalías de este objeto sería un error científico. Por eso, insiste en que es fundamental observarlo con el máximo detalle posible antes de que se aleje definitivamente y perdamos la oportunidad de descubrir si realmente estamos ante una señal de otra civilización.
