Ganó el ser


El hermano de Lara es mototaxista. Edmand es el mayor de nueve hermanos. Acá vamos, conociendo al vicepresidente elegido por los bolivianos.

Fuente: José Pepe Pomacusi

El hermano de Lara es mototaxista. Y tiene a su padre que es zapatero en Los Lotes, donde tiene su caseta.
Acá vamos, conociendo al vicepresidente elegido por los bolivianos.



Edmand es el mayor de nueve hermanos. Todos vivos.

Su mamá murió a los 40 años, en el Hospital San Juan de Dios.

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¿Qué pasó? No tuvieron dinero para comprarle sus medicamentos.

Edmand, una vez apartado de la Policía, vendía ropa usada en El Torno. 2 poleras x Bs 10 y también 3 x Bs 10.
Junto a Rodrigo Paz ganaron la primera vuelta sin un solo spot ni jingle. Sin ninguna valla. Cero inversión en propaganda.

¿Cómo lograron ganarle a campañas millonarias, que tenían vallas callejeras, jingles radiales, spots televisivos, asesores que cobraban millones y organizaban cierres de campaña ostentosos, llenos de luces, pantallas, fuegos artificiales, artistas y papel picado que volaba por todas partes?

Esto es algo que muchos bolivianos aún no entienden. Algunos ensayan explicaciones fáciles, que no logran desentrañar el fondo de la realidad.

Rodrigo y Lara no se buscaron. La vida y la política los juntó. Y el resultado fue una suma perfecta en términos políticos.

La gente votó por lo que Rodrigo podía decir y seducir, por su carisma y su liderazgo diferente.
¿Y por Lara? Yo entiendo que la gente votó por lo que Lara es.

Más que por lo que decía o prometía.

En un escenario y una competencia política entre parecidos, Lara era el único diferente: cero política, ex policía, alguien que vive con su familia en un cuarto, que come como los sectores populares , baila como ellos, acierta y se equivoca como ellos, lleva palo por todo y por nada como ellos, se pone anillos como ellos, usa poleras como ellos, come en los mercados, con las manos y anda con su camiseta trucha de la selección.

Lara no era tanto lo que decía. Lara era. Eso: era.

Por eso les muestro un poco acá quien es Lara.

Rodrigo tiene el discurso, Lara la realidad.

Así derrotaron a millonarias inversiones en campaña. Porque la gente no quiere lo que les ofrecen, la gente quiere lo que necesita.

La gente eligió realidades, no disfraces.

Si Rodrigo lleva viente años bailando en festividades religiosas, rurales, originarias … imposible ganarle con dos bailes a dos semanas de ir a las urnas. Imposible, ni con poncho.

Si la gente se mira en el espejo y se ve parecida a Lara, imposible ganarle poniéndose un poncho, un chulo o un puñado de hojas de coca metidas en la boca con cierto reparo, desdén y poca costumbre. Intentando ser pueblo. Lejos de lograrlo.

Ser o no ser, escribió Shakespeare.
Ganó el ser.