El cambio de Gobierno remeció el mercado de forma positiva. La cotización del dólar paralelo se asienta en una franja de Bs 10,68. En tanto, que el temor por invertir en el país cae, tras el giro en la administración del Estado
Fuente: eldeber.com.bo
=> Recibir por Whatsapp las noticias destacadas
Bolivia amaneció en otra etapa. La llegada de Rodrigo Paz al poder marcó el cierre de un modelo que dejó heridas profundas: un dólar paralelo que llegó a cotizarse cerca de los 19 bolivianos, un poder adquisitivo golpeado y un clima de desconfianza que asfixió a empresas y hogares. Ese ciclo empieza a moverse, al menos en los indicadores que miden la temperatura del mercado.
Este sábado, 8 de noviembre, el tipo de cambio real en el mercado paralelo retrocedió hasta 10,67 bolivianos para la compra. Este descenso hace meses parecía impensable y que, para los analistas, refleja la expectativa de un reacomodo institucional y un cambio de rumbo económico. Pero la señal más contundente, sin embargo, llega desde afuera: el riesgo país.
El economista Fernando Romero explicó que al 6 de noviembre este indicador cayó hasta los 1.039 puntos, el nivel más bajo registrado en lo que va de 2025. La cifra no es menor. Durante meses, Bolivia se había mantenido entre los países más riesgosos de la región para los inversionistas, lastrada por un Estado que gastaba más de lo que generaba, una política de subsidios que drenaba recursos públicos y una producción de hidrocarburos en declive.
Romero señaló que la mejora está fuertemente influida por las expectativas ante el inminente cambio de gobierno. La nueva administración ha dado señales explícitas de que buscará abrir el país a la inversión extranjera y devolver protagonismo al sector privado —nacional y foráneo— en la reconstrucción económica. Ese discurso, todavía en la fase de promesas, ya produjo un reacomodo en la percepción internacional sobre Bolivia.
Contexto
A nivel interno, la población respira con cautela. La caída del tipo de cambio paralelo es un alivio inmediato, pero también un recordatorio de la fragilidad del sistema: el mercado no se normaliza por decretos, sino por confianza. Y el país llega a esta transición con un banco central debilitado, reservas internacionales por el suelo y subsidios que generan pérdidas millonarias.
Según el reporte del Banco Central de Bolivia las Reservas Internacionales Netas (RIN) hasta el 31 de octubre de 2025, alcanzaron los $3.227 millones, pero de esta cantidad un 95% están oro y el resto en efectivo. Esto generados cuestionamientos de parte analistas.
Otro dato no menor es el alza de precios. De acuerdo con información oficial del Instituto Nacional de Estadística (INE), la inflación en octubre alcanzó una cifra de 0,75% mientras la acumulada a la fecha llegó a 19,22% y según las estimaciones de economistas y organismos internacionales, la cifra podría ser de 25% a 30% hasta finales de gestión.
El Gobierno entrante tendrá que lidiar con una economía exhausta. La distorsión del mercado cambiario dañó operaciones comerciales, encareció las importaciones y empujó a miles de personas a buscar dólares en redes informales. La brecha entre el tipo de cambio oficial (que se mantiene aún en 6.96 bolivianos), y el real desnudó la incapacidad del Gobierno del MAS para sostener su modelo económico.
La reducción del riesgo país y del dólar paralelo, si bien alentadora, no es una victoria asegurada. Pero son buenas señales, por ahora, Bolivia vive un momento poco habitual: los números empiezan a alinearse en la dirección correcta.

