Crece pedido para refinar crudo: ¿existen condiciones en Bolivia?


Las refinerías bolivianas tienen una capacidad de procesamiento de más de 64.000 barriles diarios, pero solo trabajan al 30%. Es factible importar crudo de Argentina, pero se deben realizar grandes inversiones

Por Raúl Dominguez



Fuente: eldeber.com.bo

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Dado que el gobierno de Luis Arce no logró solucionar el problema de abastecimiento de carburantes para el país, distintos sectores aprovechan el cambio de gobierno para proponer —por enésima vez— que se importe petróleo crudo, se lo refine en el país y se produzca el diésel y gasolina que escasean de forma permanente desde hace dos años.

El ejecutivo de la Confederación de Petroleros de Bolivia, Carlos Zabaleta, indicó hace pocos días que, al utilizar las refinerías, el Estado ahorraría el 50% del costo por comprar carburantes en el exterior y un litro de diésel llegaría a costar unos Bs 5,50. Según el dirigente, Bolivia pagó más de $us 4.000 millones solo en la importación de diésel y gasolina.

La Sociedad de Ingenieros de Bolivia también planteó en junio la importación de crudo mediante ductos y usar el 100% de la capacidad instalada en refinación, lo que permitiría ahorrar hasta un 50% de recursos de YPFB.

Por su parte, el ejecutivo de la Federación Departamental de Petroleros de La Paz, Vladimir Condori, sugirió importar crudo de países productores como Venezuela, Arabia Saudita, Irán, Irak o Catar, y que esta medida sería “una solución inmediata” para el Gobierno.

Bolivia cuenta con dos grandes refinerías operadas por YPFB, Gualberto Villarroel en Cochabamba y Guillermo Elder Bell (Palmasola), en Santa Cruz. La primera, según datos de YPFB Refinación, tiene una capacidad nominal de alrededor de 40.000 barriles por día (BPD) de crudo y, la segunda, una capacidad nominal de 24.000 BPD.

De acuerdo con expertos del sector, de esa capacidad, solo se utiliza el 30% y para cubrir el mercado interno se necesitaría por lo menos refinar 90.000 BPD.

¿Existen condiciones?

El analista y experto en hidrocarburos, Fernando Rodríguez, explicó que la factoría Gualberto Villarroel es apta para refinar todo tipo de crudos, porque incluso fabrica lubricantes y asfalto, y la de Palmasola solo petróleo liviano. Ambas tienen la capacidad de producir diésel, gasolina y GLP con calidad estándar, pero actualmente solo procesan 20.750 BPD, con tendencia a la baja.

“El tema es que tengamos el crudo adecuado. Es mucho mejor traer crudo, refinar y sacar una calidad de productos estándar, certificados, que no sean tan heterogéneos como la mixtura de mala calidad que llega al país, inclusive incluido el negociado”, consideró Rodríguez.

A su vez, propuso que YPFB “debería hacer un esfuerzo” y empezar a realizar pruebas con crudo que se puede importar desde Argentina como primera opción, luego de Brasil, que ya empezó a producir en grandes volúmenes.

Según Rodríguez, el crudo que reciben las refinerías proviene de los campos del subandino sur, que varía entre los 50 y 60 grados API. “Yo creo que lo más factible sería hacer pruebas con la Argentina, hay ductos que traen (crudo) de los campos del sur y están habilitados, pero están trabajando a poca capacidad porque no hay producción nacional”, consideró.

En ese sentido, subrayó que la refinación podría subir de 20.000 a 60.000 BPD para disminuir la importación de carburantes.

Hay que realizar estudios

El exministro de Hidrocarburos y analista Álvaro Ríos resaltó que la necesidad de importar crudo ya se había advertido hace cinco años atrás, cuando las refinerías habían sido modernizadas, pero sin materia prima para procesar.

Lamentó que más bien se haya priorizado el “negocio” de partidarios del Movimiento al Socialismo (MAS) en la importación de combustibles mediante cisternas.

“Pero yo creo que nunca es tarde. Bolivia va a seguir importando derivados del petróleo por varios años más, mientras recuperamos producción y si es que las refinerías las queremos utilizar de alguna manera (…). Pero (traer de) Argentina, Vaca Muerta, que está a miles de kilómetros de Cochabamba o Santa Cruz, hay que ver cómo es más conveniente, si construir una infraestructura, revertir poliductos, oleoductos; es un análisis que hay que hacer”, profundizó.

Ríos también subrayó que los márgenes de refinación los debe poner el mercado y no los políticos sin criterio técnico. Mencionó que, por ejemplo, en Estados Unidos el margen de refinación es de $us 3 por barril, mientras que en Bolivia es de alrededor de $us 7.

“Ese trabajo hay que hacerlo con un horizonte de 10 a 15 años hasta que recuperemos producción nacional (…). Bolivia tiene que ir normalizándose a un tema de mercado, porque si vamos a hacer que los políticos definan eso, vamos a seguir en la misma onda nacionalista, estatista, que nos ha llevado a esta profunda crisis energética”, apuntó.

Ríos descartó la viabilidad de la reversión del oleoducto Sica Sica-Arica para importar crudo, debido a los altos costos para su implementación. Advirtió también que existe una “mafia” del transporte de carburantes, unos 1.500 ‘cisterneros’ que están dispuestos a bloquear el país si el gobierno les quita el negocio.

CIFRAS DEL TEMA

20 mil barriles de crudo diarios. Procesan las dos grandes refinerías que tiene YPFB en el país. Existen otras dos pequeñas, con producción marginal

60 mil barriles de crudo diarios. Podrían llegar a procesar las refinerías bolivianas, si se importa el crudo adecuado para producir carburantes