El inesperado papel de los ríos del oeste de Estados Unidos en la reducción del carbono atmosférico


Un análisis pionero desafía creencias pasadas y demuestra que los ríos de regiones áridas del oeste norteamericano pueden desempeñar un rol crucial, ampliando el horizonte de soluciones naturales frente al cambio climático

Nuevos hallazgos sobre ríos en

Nuevos hallazgos sobre ríos en el oeste de Estados Unidos redefinen su impacto ambiental y abren el debate sobre su relevancia climática global (Freepik)



 

Fuente: infobae.com

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Una porción considerable de los ríos del oeste de Estados Unidos podría estar cumpliendo un rol inesperado en la lucha contra el cambio climático, al absorber más dióxido de carbono del que emiten.

Así lo indica un reciente estudio liderado por el Cary Institute of Ecosystem Studies, que desafía la visión convencional sobre el papel de los ríos en el ciclo global del carbono y apunta a que estos ecosistemas, especialmente en áreas áridas y de matorrales, funcionan como sumideros de carbono.

La investigación, encabezada por la biogeoquímica acuática Taylor Maavara, en colaboración con Pete Raymond (Universidad de Yale) y otros expertos, analizó todas las redes fluviales del territorio continental estadounidense.

El equipo aplicó técnicas de aprendizaje automático a datos del US Geological Survey, lo que permitió estimar las tasas de fotosíntesis y respiración en cientos de puntos de muestreo en todo el país. Este enfoque evitó el sesgo de estudios previos, centrados solo en ríos boscosos del noreste, y ofreció una visión más amplia al incorporar ríos de regiones áridas y de matorrales.

Ciertos tramos fluviales en paisajes

Ciertos tramos fluviales en paisajes secos operan como auténticas trampas de carbono, contrarrestando emisiones y modificando el balance natural (Freepik)

Factores claves: luz, materia orgánica y caudales lentos

Según el Cary Institute of Ecosystem Studies, el análisis representa la mayor evaluación hasta la fecha del metabolismo de los ríos, al considerar registros mensuales y anuales de fotosíntesis y respiración.

El modelo identificó como factores esenciales para la absorción de carbono en los ríos occidentales la mayor disponibilidad de luz solar por escasa cobertura vegetal, la baja cantidad de materia orgánica que limita la respiración, y caudales lentos que permiten una penetración profunda de la luz en el agua.

Estas características, propias de ambientes áridos, contrastan con los ríos boscosos, que presentan mayor materia orgánica y menor luz, favoreciendo la emisión de dióxido de carbono.

El estudio revela que cerca del 25% de los tramos fluviales occidentales absorben más carbono del que emiten anualmente, superando el 11% detectado en los ríos del este. Aunque la suma total de los ríos de Estados Unidos aún resulta emisora neta de carbono, el déficit es menor al estimado con anterioridad.

Maavara explicó: “Los ríos son una de las partes más inciertas del ciclo global del carbono”, y subrayó la importancia de entender el origen y destino del carbono fluvial para ajustar los presupuestos globales.

La interacción entre radiación solar,

La interacción entre radiación solar, baja fertilidad orgánica y flujos de agua pausados transforma la dinámica de absorción de CO₂ en los ambientes acuáticos áridos (Freepik)

Impacto global y nuevos retos

El estudio también advierte que el cambio climático podría estar aumentando temporalmente la capacidad de los ríos occidentales para actuar como sumideros de carbono.

El ascenso de las temperaturas y la disminución de las precipitaciones han ralentizado los caudales, lo que mejora la penetración de la luz y la fotosíntesis, incrementando la absorción de carbono. No obstante, el efecto se perdería si los ríos llegaran a secarse por completo y pasarían a ser emisores netos.

Las implicaciones del estudio trascienden el caso estadounidense. El 65% de la superficie terrestre en el mundo corresponde a zonas áridas o semiáridas, por lo que el fenómeno identificado por el Cary Institute of Ecosystem Studies podría ser común a escala planetaria. Maavara afirmó que, “nuestro trabajo sugiere que los ríos que antes se consideraban excepciones podrían ser mucho más corrientes en regiones poco estudiadas”.

A pesar de los avances, persisten dudas significativas en la estimación de los presupuestos de carbono en ríos y arroyos. Raymond señaló: “Este trabajo mejoró nuestra comprensión de cómo funcionan los arroyos, lo que permitirá una mejor gestión de estos ecosistemas tan importantes”, según recogió el Cary Institute of Ecosystem Studies.

Este avance acerca a la ciencia a cerrar la brecha en el conocimiento del ciclo del carbono y facilitará una gestión más eficaz y la mitigación del dióxido de carbono en la atmósfera.