En Irak, el primer ministro saliente Mohamed Shia al-Sudani proclamó su victoria tras el anuncio de los resultados preliminares de las elecciones legislativas celebradas la víspera. Su coalición logró atraer a los electores en la mayoría de las provincias del centro y sur del país, pero esta victoria no le garantiza la formación del próximo gobierno. Con información de nuestra corresponsal en la capital, Marie-Charlotte Roupie.

En la plaza Tahrir, en Bagdad, un desfile de coches y banderas con los colores de Irak celebró la noticia. Partidarios del jefe de gobierno ondearon banderas nacionales para festejar los resultados preliminares.
La coalición de Mohamed Chia al-Sudani se impuso ampliamente en Bagdad, superando a su principal rival dentro de la alianza chiíta parlamentaria, Nouri al-Maliki.
«Nuestra coalición ‘Reconstrucción y Desarrollo’ llega en primera posición», escribió al-Sudani en X, expresando su «profunda gratitud hacia el pueblo iraquí por su apoyo».
Esta ventaja, confirmada en la mayoría de las gobernaciones del centro y el sur, le permitiría obtener entre 45 y 50 escaños de los 329 que conforman el Parlamento. Los resultados definitivos aún deben ser validados.
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Negociaciones para formar mayoría parlamentaria
Pese a la fuerte movilización de sus seguidores, esta victoria no garantiza a al-Sudani la formación del próximo gobierno. Se abrirá una fase de negociaciones entre las distintas fuerzas políticas para constituir una mayoría parlamentaria, un proceso que se prevé complejo.
En su discurso, Mohamed Shia al-Sudani afirmó que tendrá en cuenta «la voluntad de todos los electores y los intereses de todo nuestro pueblo, incluidos quienes decidieron boicotear» el escrutinio, como el influyente líder chiita Moqtada Sadr.
Por su parte, su adversario Nouri al-Maliki se mostró firmemente opuesto a que al-Sudani obtenga un nuevo mandato como primer ministro.
Los iraquíes fueron a votar el martes tras un periodo de inusual estabilidad en los últimos años mientras el país intenta superar décadas de guerra y represión bajo el régimen de Sadam Husein, y los estragos de la invasión liderada por Estados Unidos que lo derrocó.
No obstante, este país de 46 millones de habitantes sufre de infraestructuras y servicios públicos deficientes, además de una corrupción endémica. Además, Irak enfrenta la difícil tarea de mantener un equilibrio entre sus distintos aliados, países tan disímiles como el vecino Irán y Estados Unidos.
Esta tarea se complica en un contexto donde estas alianzas quedaron sacudidas por un año turbulento en Oriente Medio.
La tasa de participación fue de un 55% del electorado, una sorpresa ya que muchos observadores temían una afluencia muy baja, tras un llamado de boicot del influyente clérigo chiita Moqtada Sadr. En las elecciones de 2021, la participación fue del 41%.
Las autoridades ya publicaron el recuento de los votos por provincia, pero no anunciaron cuántos escaños tiene cada formación.