Una protesta indígena perturba nuevamente la COP30 en Brasil


Con exigencias para hablar con el presidente brasileño Lula y alertas sobre la situación en la Amazonía, decenas de indígenas bloquearon de forma pacífica este viernes la entrada principal a la COP30, perturbando la conferencia climática de la ONU en la ciudad amazónica de Belém.

Miembros del movimiento indígena Munduruku Ipereg Ayu protestan afuera de la sede de la conferencia climática de la ONU COP30 en Belém, Brasil
Miembros del movimiento indígena Munduruku Ipereg Ayu protestan afuera de la sede de la conferencia climática de la ONU COP30 en Belém, Brasil © Pablo PORCIUNCULA / AFP

Fuente: RFI 

 



 

 

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El bloqueo, que duró unas dos horas, ocurre cuando la seguridad del evento, coorganizado por el gobierno brasileño y ONU Clima, fue criticada luego de una incursión el martes de otros manifestantes indígenas, que irrumpieran por la fuerza en el recinto y chocaron con agentes de seguridad.

El viernes, unos 60 miembros de la comunidad munduruku, ataviados en su mayoría con ropas y tocados tradicionales, se posicionaron frente al acceso principal del complejo y una calle adyacente, perturbando temporalmente la agenda de decenas de miles de delegados y observadores.

«Luchar por nuestros territorios es luchar por nuestras vidas», proclamaba una pancarta alzada por uno de los manifestantes, en protesta contra grandes proyectos de infraestructura en la selva amazónica.

La seguridad del lugar fue reforzada con militares armados y portando escudos. Numerosos miembros de la policía militar también eran visibles.

El presidente de la COP30, André Correa do Lago, salió a encontrarlos y se reunió con los manifestantes en un edificio cercano junto a las ministras Sonia Guajajara, de Pueblos Indígenas, y Marina Silva, de Medio Ambiente.

«Lula, muestra tu cara» –

A la salida, el diplomático brasileño reconoció ante la prensa las «preocupaciones muy fuertes y muy legítimas» de los manifestantes.

«Vamos a buscar llevar adelante todas las preocupaciones que ellos tienen», añadió.

Esos miembros de la comunidad munduruku reclaman avances en la demarcación de sus tierras. También protestan por un proyecto ferroviario de más de 1.000 km en la Amazonía para la producción de cereales.

«Lula ven, muestra tu cara. Queremos ser escuchados, queremos sentarnos en las negociaciones también», lanzó Alessandra Korap, una líder indígena. «Tenemos demasiados problemas», añadió.

El grupo solicitó también una reunión con el presidente brasileño Luiz Inacio Lula da Silva, que lidera las cruciales negociaciones sobre clima en Belém.

El presidente brasileño de izquierda es un aliado declarado de la causa indígena. A su favor: la homologación de 16 territorios indígenas, la caída espectacular de la deforestación o el nombramiento de Guajajara, una figura respetada, al frente del primer Ministerio de los Pueblos Indígenas.

Alessandra Koran, miembro del movimiento Munduruku Ipereg Ayu movement, habla durante una protesta de indígenas que bloqueó la entrada principal a la conferencia climática de la ONU COP30, en Belém, Brasil
Alessandra Koran, miembro del movimiento Munduruku Ipereg Ayu movement, habla durante una protesta de indígenas que bloqueó la entrada principal a la conferencia climática de la ONU COP30, en Belém, Brasil © Pablo PORCIUNCULA / AFP

Pero sus críticos lamentan una lentitud en la demarcación de tierras indígenas y el visto bueno del gobierno a la exploración petrolera lanzada en octubre cerca de la desembocadura del río Amazonas.

El miércoles, el nonagenario cacique Raoni había advertido a Lula, de 80 años, sobre el asunto: «Voy a pedir una reunión con él y, si hace falta, voy a tirarle de la oreja para que me escuche».

Finalmente la entrada principal fue reabierta este viernes, lo que puso fin a la espera de miles de delegados que aguardaban afuera bajo el fuerte sol.

En los incidentes del martes por la noche, manifestantes indígenas habían forzado la entrada y chocado con los agentes de seguridad.

Dos policías sufrieron heridas leves, según la ONU.

Brasil reforzó el jueves la seguridad de la COP30, después de que Simon Stiell, máximo responsable climático de la ONU, dirigiera una dura carta a las autoridades brasileñas para protestar por las condiciones de seguridad, según la prensa.

En un comunicado ONU Clima dijo que la «manifestación pacífica» del viernes no generó «ningún peligro».