“Un poder judicial respetado, confiable e independiente no es un detalle de un Estado cualquiera; es la centralidad de la patria, es la roca sobre la que descansa la democracia”, afirmó.

Fuente: ABI
El presidente de Bolivia, Rodrigo Paz, afirmó este viernes que la transformación estructural del sistema judicial es la tarea más urgente y decisiva para el país, y sostuvo que ese proceso no depende únicamente de una voluntad gubernamental, sino de un mandato directo expresado por la ciudadanía en las urnas, por lo que pidió una reforma de raíz para acabar con la justicia sometida al poder político.
“El futuro de Bolivia depende de la integridad de quienes ejercen la justicia. Con ustedes, con su independencia y con su valentía, comienza la nueva justicia para Bolivia. Por donde veo huele mal, por donde veo hay corrupción, esto es una cloaca y depende de nosotros acabar con ese Estado tranca”, afirmó y señaló que su gestión, a menos de una semana de haber comenzado, se encontró con un Estado deteriorado y con múltiples irregularidades.
En un discurso extenso frente a autoridades judiciales, legislativas, del Ejecutivo y del Órgano Electoral, durante la inauguración del Diálogo Interinstitucional para la Reforma Judicial, realizado en la ciudad de Sucre, el jefe de Estado insistió en que la justicia debe convertirse en el eje sobre el cual se reconstruya la institucionalidad boliviana y se recupere la confianza pública.
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“Si hay algo que va a definir el destino de la patria es la justicia; sin justicia no tenemos destino”, afirmó Paz al comenzar su intervención, remarcando que la nueva etapa política, inaugurada el 8 de noviembre, exige decisiones profundas y valientes.
El mandatario insistió en que la justicia no es un elemento secundario del Estado, sino su pilar fundamental.
“Un poder judicial respetado, confiable e independiente no es un detalle de un Estado cualquiera; es la centralidad de la patria, es la roca sobre la que descansa la democracia”, afirmó.
El presidente recordó que tanto, en las elecciones del 17 de agosto, como en la segunda vuelta del 19 de octubre, la ciudadanía expresó de manera clara su deseo de transformaciones.
“Este cambio no es responsabilidad solo de un parámetro judicial o legislativo; esta es una necesidad de la patria que ha sido reflejada por voluntad popular. Hay una responsabilidad casi con el 100% de la voluntad popular para reformar nuestra justicia”, subrayó.
Paz hizo un llamado a todas las instancias del Estado —Ejecutivo, Legislativo, Judicial y Electoral— a comprender que no se trata de un proceso sectorial, sino de un mandato nacional.
Asimismo, anunció medidas concretas para garantizar transparencia y eficiencia en la administración de justicia.
“Vamos a digitalizar todos los procesos judiciales, vamos a crear un sistema nacional de expedientes. No habrá más casos perdidos, archivos que desaparecen o expedientes extraviados”, afirmó.
Agregó que el Gobierno respaldará todos los procesos de cooperación internacional destinados a fortalecer el sistema judicial, asegurando la credibilidad del país.
El presidente también convocó al “Gran Acuerdo del Bicentenario”, un espacio que irá más allá de la reforma judicial para promover transformaciones estructurales en el Estado boliviano.
“Lo que hagamos ahora va a ser el fundamento de lo que sea la construcción de la patria en los siguientes 100 años”, dijo. Este acuerdo convocará a todas las fuerzas políticas con representación parlamentaria, así como a universidades, iglesias, organizaciones sociales, sectores profesionales, empresariales y sociedad civil.
“O acabamos con el Estado tranca y le damos futuro a la patria, o el Estado tranca nos va a ganar como país”, advirtió el mandatario, remarcando que la reforma judicial es la base para la viabilidad misma del Estado. Aseguró que la administración trabajará con transparencia, valentía y acompañamiento ciudadano.