En el informe Subvención a los hidrocarburos, una reforma necesaria, de la Fundación Jubileo, se plantean cinco alternativas.
Raúl Velásquez Guzmán, de esa fundación, explicó a La Razón que la primera es eliminar por completo la subvención para todos. “Desde un punto de vista económico y técnico, sería lo más recomendable porque con eso se baja el déficit fiscal, termina el contrabando e impulsa que la gente use bien el combustible”, dijo. Pero tendrá un mayor costo social alto, pues implica un incremento del 300% en el precio.
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La segunda es focalizar la subvención al transporte público y para el resto, a precio internacional. El B-Sisa sería el principal instrumento de control.
La tercera es cambiar el tipo de subvención, ya no subvencionar la oferta, sino la demanda. “Es decir, solo al transporte público se le entregaría un voucher (un vale o cupón) o una tarjeta con la cual el chofer o el sindicato cargue combustible a precio subvencionado y para el resto precio internacional”.
La cuarta es otra vez focalizar solo al transporte público y al resto precios diferenciados, no precio internacional. “Se haría de acuerdo a la marca del auto, cilindrada, año de importación”, dijo.
La quinta alternativa es subvencionar solo al transporte público masivo, no taxis, trufis ni minibuses. “Básicamente, el único que tienen en Bolivia es La Paz con el PumaKatari”. “En las cinco propuestas para no golpear fuerte al usuario habría que generar excepciones tributarias”.
Aclaró, además, que en cualquier escenario hay tres cosas deben quedar claras y escritas: A quién se va a focalizar y cómo se va a determinar ese quién, por cuánto tiempo porque no puede ser eterno y la tercera con qué fuente de ingresos.

El alto costo en la región
En Latinoamérica, el costo de la subvención a los hidrocarburos genera una factura costosa, principalmente para Venezuela, Bolivia y Ecuador.
Según el experto de la fundación Jubileo, Ecuador salió hace dos años de la subvención a la gasolina y recién lo está haciendo con el diésel. Sin embargo, esa medida desató protestas. En ese país, la subvención alcanzaba hasta el 3% de su Producto Interno Bruto.
Explicó que Colombia empezó a salir de a poco en 2021 con ajustes graduales; sin embargo, según un reporte de Bloomberg, esa política le significa un gasto equivalente a 1,20% de su PIB. “En el caso de Venezuela hay un tema más ideológico, similar a lo que ocurrió en Bolivia que hace que no salgan”, según Jubileo. En ese país, la subvención alcanzaría al 6% de su PIB.
En Argentina, el gobierno realiza ajustes a la subvención a energías y representa entre el 0,5% y 0,7% de su PIB. Otros países como Chile y Perú promueven fondos de estabilización petrolera o mecanismos de control y compensaciones.
En promedio en la región el precio del diésel es $us 1,06 el litro y $us 1,12 el de gasolina.
Fuente: La Razon
