
El expresidente Evo Morales en el Trópico de Cochabamba. Foto: Evo Morales.
Fuente: La Razón
El expresidente Evo Morales recordó la relación de coordinación que mantuvo con su vicepresidente Álvaro García Linera y describió su binomio como una dupla “complementaria”. Dijo que no tenían rupturas públicas y que estaba basada en la resolución interna de diferencias.
El exmandatario recordó que las principales políticas sociales de su gobierno —como la Renta Dignidad, el Bono Juana Azurduy, Mi Agua o Mi Riego— surgieron de su iniciativa, mientras que García Linera acompañaba, respaldaba y articulaba la implementación.
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“Teníamos diferencias con Álvaro. Los dos sentados en una mesa resolvemos; (donde) mandan razones y no caprichos”, afirmó en su programa dominical de radio Kawsachun Coca.
Evo Morales
También relievó que la pareja presidencial funcionaba “desde la complementariedad”: reuniones nocturnas, tareas delegadas y una línea de comunicación constante para atender asuntos urgentes. Según Morales, la dinámica incluía definir qué autoridad debía hablar en conferencias y priorizar criterios técnicos sobre diferentes temas.
Las palabras del exmandatario contrastan con la tensa relación que atraviesa actualmente el binomio gobernante compuesto por el presidente Rodrigo Paz y el vicepresidente Edmand Lara.
A diferencia de la cohesión que Morales reivindica con García Linera, Paz y Lara protagonizaron desencuentros públicos desde el inicio de la gestión: críticas cruzadas por la conformación del gabinete, contradicciones en temas sensibles como el cierre del Ministerio de Justicia y choques recientes por la denuncia de Lara contra el comandante general de la Policía, Augusto Russo.
Rodrigo Paz
Mientras Morales presenta su experiencia con García Linera como un modelo de unidad estratégica, el gobierno de Paz enfrenta un escenario en el que el Vicepresidente actúa con un perfil propio, lanza declaraciones que generan tensiones internas.
Al respecto, el analista político Marcelo Arequipa advirtió en La Razón que esta dinámica puede afectar la gobernabilidad, especialmente en un periodo en el que el Órgano Ejecutivo promueve reformas estructurales y llama a un “Acuerdo Nacional del Bicentenario”. En su criterio, esas tensiones “deberían llamar la atención”, aunque desahució un “quiebre”.
El contraste entre ambos binomios evidencia dos estilos: uno que Morales describe como disciplinado y cerrado, y otro marcado por fricciones que se ventilan públicamente y que ponen a prueba la cohesión de la administración Paz.
Fuente: La Razón